Con un gran poliamor vienen grandes responsabilidades: así se vive la diversidad afectiva en CDMX

Poliamor es un concepto que pareciera explicarse de forma tautológica. Sin embargo, es mucho más complejo de lo que parece. No existe una sola estructura relacional para encasillar al poliamor. Por ejemplo, Axel tiene dos novios: Edgar y Elliot….

Poliamor es un concepto que pareciera explicarse de forma tautológica. Sin embargo, es mucho más complejo de lo que parece.

No existe una sola estructura relacional para encasillar al poliamor.

Por ejemplo, Axel tiene dos novios: Edgar y Elliot. Los tres viven juntos en la misma casa. Por su parte, Alonso y Súcubo Disidente conforman una polícula en la que ambos consideran al otro como su relación principal. Pero también tienen relaciones secundarias. Él sabe que existen otras personas en la vida de ella y viceversa, aunque no se conozcan entre sí.

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Tanto la de Axel con Edgar y Elliot como la de Alonso y Súcubo Disidente son relaciones poliamorosas, pero cada una tiene sus propios acuerdos. Y ahí está la complejidad y a la vez la clave de la diversidad afectiva.

Platicamos con personas y polículas chilangas para conocer sus acuerdos, su forma de relacionarse romántica y afectivamente, la forma en que organizan sus tiempos e insertan a sus vínculos en su vida familiar. También les preguntamos qué deberían tomar en cuenta quienes quieran experimentar el poliamor. Esto es lo que nos platicaron.

Estos vínculos deben contemplar aspectos que generen acuerdos entre las personas que participan. Foto: Shutterstock

¿Qué es el poliamor?

El poliamor es una manera de entender que estamos construidos de muchas relaciones“, explica Alonso en entrevista con Chilango.

Además de relaciones románticas y sexuales, existen las amistosas, las familiares y, por supuesto, la relación con uno mismo.

Así, para Alonso, el poliamor implica la libertad de vivir todo tipo de relaciones:

“Nuestra sociedad tiene una visión de las relaciones que gira mucho en torno al amor heterosexual monógamo. A veces cuando las personas empiezan a andar con alguien se les acaba la vida social. Se aíslan de amigos o de la familia porque tienen una pareja muy celosa o simplemente porque el enamoramiento es muy bonito y por pasarlo bien con su pareja descuidan otras relaciones. Entonces, el poliamor implica también una aproximación a otro tipo de relaciones afectivas y amistosas de distinto tipo”, considera Alonso.

Polículas y acuerdos

Pero si todo fuera color de rosa, todxs practicarían el poliamor. En cambio, la realidad es que “por pura matemática, todo se multiplica”, explica el propio Alonso. Por supuesto, eso incluye también las responsabilidades:

“Una relación siempre implica responsabilidades. Entonces, si entras al poliamor, hay muchas más responsabilidades. Tienes que ser responsable con tu tiempo, con tu cuerpo, con el tiempo y el cuerpo de otras personas, con sus emociones y contigo mismo”.

En las relaciones poliamorosas, la principal responsbilidad es la de respetar acuerdos y, sobre todo, construirlos y reconstruirlos:

“La monogamia pone ciertos límites que a veces ni siquiera se discuten”, considera Súcubo Disidente. En cambio, en el poliamor se trata de establecer límites claros para que todas o todos los integrantes estén cómodos.

En el mismo sentido, Axel remarca que “los acuerdos no son inamovibles y siempre están abiertos a discusión”.

Estos acuerdos también definen en parte la forma de las polículas:

“Hay todo un lenguaje en el poliamor, y un concepto muy importante es el de las polículas. Las polículas son la forma en que describes la forma en que te vinculas con otras personas”, comenta Súcubo Disidente.

En su polícula, Súcubo Disidente y Alonso tienen parejas principales y secundarias. En cambio, Axel forma parte de una trieja.

“Yo uno células a mis vínculos”, dice Axel. Su entrada al mundo del poliamor se dio de forma muy natural. En 2019 conoció a Edgar e iniciaron una relación en la que desde un inicio plantearon el acuerdo de poder salir con otras personas. “Nos pasó por accidente que conocimos a un chico y se involucró mucho con nosotros”, cuenta.

Aunque esa primera incursión en el poliamor no funcionó, Axel y Edgar conocieron después a Elliot. Actualmente los tres llevan tres años juntos:

“Simplemente empecé a entender estas relaciones como complementarias. Sentía que funcionábamos como una red de apoyo entre nosotros. Nuestras relaciones se complementan y ya hemos formado una sinergia muy triangular. Ya no me imaginaría tener esta relación solo con uno de ellos, también cada quien tiene sus momentos con los otros porque no podemos estar todo el tiempo juntos”.

Foto: Shutterstock

Sexo, celos y otros mitos del poliamor

Si bien el poliamor forma parte de la diversidad afectiva, Súcubo considera que no se trata de una práctica tan alejada de la cotidianidad de la gente. Hay maneras de formar polículas afectivas que muchas personas han experimentado:

“Un divorcio exitoso es una polícula si tu puedes ir a una cena con tu hijo, llevar a tu pareja y que también esté tu expareja con su nueva pareja. Son situaciones que se acomodan para que haya más libertad para todas las partes y no está ajeno a la cotidianidad de las personas. También cuando eres buen amigo de tu ex y puedes convivir con la nueva novia de tu ex y nadie tiene pedos porque todos entienden que fue algo muy importante que marcó la vida de esas dos personas”.

En ese sentido, las prácticas sexuales y afectivas de las personas amorosas tampoco están alejadas de la práctica de cualquier relación.

Alrededor del poliamor existen varios mitos. Se suele hipersexualizar a las personas que se definen como poliamorosas y a considerar que no sienten celos. Pero la práctica del poliamor tampoco está tan alejada de la cotidianidad de cualquier relación afectiva.

“La gente cree que tengo sexo todo el día y que tengo una vida de libertinaje, y no es así. Soy una persona bastante ocupada y paso tiempo de calidad con las personas que considero mi familia”, dice Axel. Aunque el acuerdo con sus novios permite que tengan relaciones con otras personas, él prefiere mantener únicamente esos dos vínculos.

El poliamor tampoco escapa al tema de los celos:

“Los celos existen y siempre están ahí. Lo que es muy importante saber es qué hacer con tus celos, saber que es una inseguridad tuya y ser muy vocal, decir qué te incomoda y por qué situación. Todo es comunicarse con las personas con las que estás involucrado, ser sincero con lo que sientes y con lo que quieres y escuchar a las personas”.

Así, la clave es relativamente sencilla: la comunicación. Pero esto también hace que las relaciones poliamorosas sean complejas en el sentido de que requieren madurez de las partes:

“Si no hay tanta gente practicando la diversidad afectiva es porque es muy confrontativa. Vas a tener que hacerte responsable de tus emociones. Lo que tú sientes es responsabilidad tuya, pero tienes que hacer un trabajo emocional para poder hacerte cargo de lo que sientes a través de los límites. Los límites no son una manera de controlar al otro, es una manera de cuidarte a ti mismo”, considera Súcubo Disidente.

Poliamor en CDMX: muchas formas de amar

Por otro lado, para Súcubo Disidente, la forma en que vive el poliamor también se enmarca en un contexto como el de la Ciudad de México, que tiene múltiples particularidades:

“Aquí en la Ciudad de México hay un estilo particular de poliamor que tiene rasgos mucho más feministas. Se entiende que las mujeres también podemos tener múltiples relaciones afectivas. Tiene cierta perspectiva de género“.

En CDMX existen diferentes grupos de personas poliamorosas que entienden sus vínculos de distintas formas. El poliamor también es una postura política que implica puntos de vista sobre la libertad propia y la forma de interactuar efectivamente con otras personas:

“Todo mundo se imagna que nos reunimos y vamos a hacer orgías, pero no. Hay grupos que abordan el poliamor desde la literatura, grupos de estudio, grupos que practican el BDSM, grupos de nudistas, escritores, poetas, feministas, activistas LGBT y gente que lucha contra la gordofobia. Todos podemos ir a esos grupos si queremos. Eso te habla acerca de lo que es esta ciudad”.

Alonso también considera que vivir en un entorno como el de la Ciudad de México en un privilegio:

“Soy muy afortunado de vivir en un lugar como la Ciudad de México, en un lugar donde la gente sabe que esto existe y no me he sentido juzgado”.

“Vivo en un segundo clóset”

Las personas poliamorosas no están exentas de prejuicios sobre sus relaciones:

“Hay muchos prejuicios sobre las relaciones poliamorosas. Siento que las personas toman menos en serio mi relación cuando se las presento, a pesar de que ya llevo casi tres años en ella”, relata Axel.

En ese sentido, la familia suele ser uno de los espacios en donde más difícil resulta integrar las relaciones poliamorosas:

“Lo que más me causa conflicto es que no puedo explicárselo a mi familia. Mi familia los conoce a ambos, pero es muy complicado para mi explicárselos. A mis papás les encanta pretender que son mis amigos. Me siento muy limitado a poder llevarlos con mis familias, porque siento que va a ser muy shockeante para ellos. Mi familia es muy conservadora. Siento que me me metí a otro clóset. Salí del clóset y luego me metí a otro clóset para no decirle a mi familia que tengo dos novios”.

Alonso, por su parte, cuenta con el apoyo de su familia, aunque para ello también tuvo que atravesar un proceso:

“El lugar más complicado fue con mi familia, aunque, de nuevo, soy muy privilegiado. Mi familia lo entendió. A quien más le brincó fue a mi mamá. Como que todavía no lo entiende. Mi madre siempre cree que mis relaciones son una fase, pero me quiere y lo acepta si yo estoy bien”.

¿Qué hay que tener en cuenta para probar el poliamor?

Para quienes desean incursionar en el poliamor, Axel recomienda realizar un proceso de autorreflexión y autoconocimiento:

“Antes de querer incursionar es muy importante revisar en qué punto estás. El poliamor no es para todos en el sentido de que implica mucho autoconocimiento, mucho contacto con tus emociones. Lo más importante es que aprendas a ser sincero contigo mismo, a entender por qué ciertas cosas te molestan, por qué te hacen sentir inseguro. Si llegas a intentar establecer vínculos con otras personas cuando tú mismo no entiendes tus propios sentimientos e inseguridades y de dónde vienen, vas a tener una muy mala experiencia”.

Por su parte, Alonso considera que la clave es ejercer el poliamor desde una perspectiva responsable, con el consentimiento de todas las personas involucradas:

“Los acuerdos que para mí son importantes: el primero es que las personas involucradas sepan de la existencia de otras personas y que sepan que tengo una relación principal”.

Por último, Axel remarca la importancia de la comunicación:

“Cuando eres sincero, abierto y estás dispuesto a escuchar y ser escuchado hay menos error y te agarran en curva menos cosas. En las relaciones monógamas suele pasar mucho que las personas se guardan cosas por miedo a lastimar al otro”.


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