El jueves 30 de agosto de 2018 se inauguró “Sismos 1985-2017. De los escombros a la esperanza”, muestra en la que participa el fotoperiodista Daniel Aguilar. El evento se realizó en el tercer piso del Museo Memoria y Tolerancia, mientras que, en la planta baja, el Fideicomiso Fuerza México presentaba un informe.
Al terminar la inauguración, rumbo a la salida, Aguilar vio una pequeña exposición de fotografías que habían ganado un concurso convocado por el Fideicomiso Fuerza México y Zona Maco. Dichas piezas serían vendidas y el dinero se destinaría a una causa altruista: la reconstrucción de inmuebles.
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Debido a que ambas muestras abordan el 19S, él pensó que estas últimas piezas eran un apéndice de “Sismos”. Sin embargo, algo lo detuvo: una de las fotografías había sido tomada por él, pero llevaba otra firma: Sol Lara.
“Nadie la conoce en el gremio y no tuve forma de rastrearla”, cuenta el también ganador del Premio Nacional de Periodismo y del World Press Photo. Parte del registro fotográfico que Daniel hizo del 19S fue publicado en El Universal y en su blog personal, fuentes que —según refiere Aguilar— Lara probablemente consultó.
Tras el eco que halló en Twitter, Daniel fue contactado por la gente de Fideicomiso y Zona Maco, quienes le explicaron cómo fue el proceso del concurso y se comprometieron a darle todo su apoyo.
La madrugada del sábado 1º de septiembre, una persona desconocida le escribió a través de Facebook y le mostró capturas de pantalla que revelaban cómo Lara había enviado esa misma fotografía al concurso Hecho en México. Esto puede corroborarse en el siguiente link.
“Ya se está armando la carpeta legal para la demanda. En el marco de la ley haré todo lo que esté en mis posibilidades”, continúa.
“En cierto sentido, lo que uno sube a las redes sociales pertenece al dominio público. Aunque la mayoría de la gente lo hace con el afán de compartir, lo ideal sería que todo trabajo sea acreditado. Punto y aparte es decir que uno es dueño de una obra que no le pertenece; aunque no haya dinero de por medio, pero sí reconocimiento, ya implica cuestiones legales. La cultura del agandalle en México es tremenda y no debo minimizar esto”.
“Quiero subrayar que la gente del Museo Memoria y Tolerancia solo prestó el inmueble. Tampoco quiero poner en tela de juicio la gran labor de Zona Maco y Fideicomiso Fuerza México. Aquí la única persona culpable es Sol Lara; robó, mintió, plagió y abusó de la confianza de personas que están haciendo un trabajo muy loable”, concluye.
Reporteros de esta casa editorial intentaron contactar a Sol Lara, pero no obtuvieron ninguna respuesta.
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