En “Feministlán”, Karen Villeda escribe sobre feminismo. Puedes leer su columna quincenal acá. En esta entrega: Una horrenda década para ser mujer.
En 2009 se perpetraron más de 2 mil 300 feminicidios en México y América Central (según la Campaña Regional por el Acceso a la Justicia para las Mujeres). Ese mismo año, en noviembre, la Corte Interamericana de Derechos Humanos responsabilizó al Estado mexicano por el caso Campo Algodonero, sobre la desaparición y asesinato de Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez en Ciudad Juárez, Chihuahua.
En 2010 Mariana Lima Buendía fue asesinada por su esposo, un judicial con un historial violento hacia ella. Se dictaminó ese asesinato como un suicidio. Irinea Buendía, la madre de Mariana, luchó por la verdad y llegó hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En 2016 le dieron la razón.
En 2011 fue tipificado el feminicidio en el Código Penal de la Ciudad de México como un delito cuya sanción es de entre treinta y sesenta años de cárcel. Se considera feminicidio cuando “la víctima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo”.
En 2012 fueron asesinadas cinco mujeres diariamente.
En 2013, a finales, un artículo de un periódico nacional afirmaba que “entre 2012 y 2013 fueron asesinadas 3 mil 892 mujeres”.
En 2014 fueron asesinadas seis mujeres diariamente.
En 2015 se lanzó un reporte que confirma que se duplicaron los asesinatos de mujeres entre 2007 y 2014.
En 2016 fueron asesinadas siete mujeres diariamente.
En 2017 hubo 914 asesinadas durante los primeros seis meses, según el INEGI. Ocupamos el lugar 16 en homicidios contra mujeres y 46.5 millones de mujeres mayores de 15 años enfrentaron violencia de cualquier tipo.
2018 nos recibió con la noticia de que varias mujeres que trabajaban para el portal Zona Divas fueron brutalmente asesinadas. Además, fueron víctimas de trata de personas.
En 2019 fueron asesinadas diez mujeres diariamente.
Cada año, algún titular aparece con la misma cantaleta de siempre: “Este es el peor año para ser mujer”. La discriminación, la desigualdad y la violencia contra nosotras persiste. Somos víctimas de sistemáticas formas de violencia y seguimos viviendo en un continuo atemorizamiento sexista en todos los niveles: mientras no nos matan nosotras sufrimos acoso, violencia psicológica, sexual, física… Este es nuestro país patriarcal cubierto de cruces rosas. Triste Año Nuevo donde la tendencia de feminicidios está a la alza.
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