El futbol une personas, porque en la cancha no existen nacionalidades, posturas políticas, preferencias sexuales o ideológicas, y el mejor reflejo de ello es Alma de África, el primer equipo de futbol profesional en España que es exclusivamente integrado por inmigrantes africanos, utilizando el deporte como herramienta de inclusión, participación y cohesión de una sociedad que permita dignificar la vida de aquellos que han sido forzados a abandonar su lugar de origen.
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Conformado por migrantes de 12 países diferentes —como Nigeria, Camerún, Guinea, Costa de Marfil, Marruecos, Mauritania, Senegal, Ghana, Burkina Faso y Togo—, Alma de África nació en 2015 en Jerez de la Frontera, una ciudad sureña de la región de Andalucía reconocida como una de las principales puertas para la inmigración africana. Y probablemente sea el único equipo de futbol profesional cuyo sueño no es ganar títulos, sino que sus derechos universales sean reconocidos.
Así es como, a través de diversas acciones y donaciones, han logrado subsistir por tres temporadas, convirtiéndose no solo en el equipo español con más extranjeros, sino también en uno de los que más insultos recibe. Por lo que, en uno de sus más recientes encuentros, Alma de África decidió pasar a la acción y visibilizar el racismo al que sus jugadores están expuestos diariamente, abanderando una campaña en la que han puesto estos calificativos en un lugar donde pudiera ser vistos por todos: el dorsal de sus camisetas. De esta forma, sus jugadores, en vez de portar sus nombres —como Omar, Thiam, Mahu o Abdjel—, vistieron uniformes en lo que se leían palabras como Negro, Esclavo, Simio o Sin papeles.
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“Lo hicimos para decirle al mundo que no somos delincuentes. Que somos personas y que no molestamos a nadie estamos hartos del desprecio”, explicaron.
En esa ocasión, el marcador no fue nada favorable para el Alma de África, que perdió por marcador de 6-1; sin embargo, lo importante no era el resultado, sino expulsar el racismo del terreno de juego, convencidos de que proyectos como este pueden promover una mejora en la aceptación y sensibilidad de miles de migrantes que se enfrentan a este desprecio diariamente alrededor del mundo.
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