Considerado por la crítica y por otros autores como uno de los mejores escritores de su generación, Adam Haslett (1970) ha ido construyendo de forma lenta una carrera muy sólida.
Primero, en 2002, publicó Aquí no eres un extraño, volumen de relatos por el que fue finalista del National Book Award y del Pulitzer Prize. Después, en 2010, presentó su primera novela, Union Atlantic, la cual también recibió muy buenas reseñas por parte de la prensa.
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Esta pequeña introducción sirve para hablar sobre su libro más reciente: Imagina que no estoy. La historia, contada por cinco voces distintas, se centra en una familia muy peculiar y sus problemas. Margaret y Celia, madre e hija, son los dos personajes más fuertes de la novela. Son las dos rocas que sostienen la familia y sus narraciones son las que mezclan mejor emoción y análisis. También están John y Michael, el padre y el primogénito, quienes sufren depresión y cuya voz refleja a la perfección la desesperación y desilusión que provoca vivir con esta enfermedad. Finalmente está Alec, el más pequeño de los hijos, el mismo que sufre todas las burlas de sus hermanos, justo gracias a lo cual desarrolla un carácter muy marcado.
Estos cinco personajes le sirven a Adam Haslett para hablar, a veces de una forma llena de tristeza pero otras veces de forma muy divertida, de lo importante que es contar con otras personas en nuestras vidas, de los sacrificios que son capaces de hacer los padres por sus hijos, de lo mucho que duele crecer, pero, sobre todo, de lo mucho que podemos complicarnos la existencia a nosotros mismos.
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Imagina que no estoy se suma a la tradición de historias anglosajonas protagonizadas por familias peculiares y turbulentas como Sukkwan Island, David Vann; Las correcciones, de Jonathan Franzen; La hija de la amante, de A. M. Homes; Sobre la belleza, de Zadie Smith y Una historia conmovedora, asombrosa y genial, de Dave Eggers.
(Imagina que no estoy, Adam Haslett, Alianza de Novelas, Ciudad de México, 2017, 415 páginas, $216)
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