El feminismo es, sin duda, la gran revolución social de los últimos dos siglos.
Gracias a la lucha individual y colectiva de las mujeres, hoy tenemos derechos que les fueron negados sistemáticamente a las que nos antecedieron.
Por citar algunos ejemplos de una larga lista: logramos dejar de ser consideradas dependientes de nuestros maridos, divorciarnos si así lo deseamos y tomar decisiones sobre la educación y crianza de nuestros hijos e hijas; conseguimos reivindicar nuestro derecho a estudiar, elegir una carrera y trabajar a cambio de un salario; cambiamos las leyes para poder recibir herencias, obtener préstamos bancarios y tener propiedades, y logramos que se reconociera nuestro derecho a votar y ser votadas.
Estos avances indiscutibles han sido impulsados por el movimiento feminista y han mejorado la vida de la mitad de la población: las mujeres y las niñas.
Esta capacidad transformadora ha logrado que hoy el feminismo sea más visible que nunca en México y en todo el mundo. Ha logrado que muchas mujeres de todas las edades y de una diversidad de contextos se identifiquen con sus luchas y se reivindiquen como FEMINISTAS.
El feminismo se ha expandido, está en boca de todo mundo y se ha convertido en una tendencia. Hoy podemos ver diversas manifestaciones de esta lucha en íconos de la moda, conciertos masivos, películas y series de televisión, espacios escolares y en el espacio público, que ni la pandemia ha podido detener.
Pero qué significa ser feminista
Para nosotras, que somos una organización que fortalece liderazgos sociales y políticos de mujeres desde hace más de 20 años, el feminismo es una forma de vida que se practica todos los días. Es una forma cotidiana de cuestionarnos todo para transformar la realidad en busca de una sociedad diversa, igualitaria y justa para todos, todas y todes.
El feminismo es un movimiento amplio y diverso, tanto como lo somos las mujeres, y por ello nos gusta referirnos a él en plural, como los feminismos, ya que emanan de diversos grupos de mujeres con circunstancias, necesidades, demandas y perspectivas de vida diferentes.
Es un movimiento revolucionario que busca la justicia y se atreve a imaginar y trabajar por un nuevo orden social, una lucha que cuestiona los orígenes de la desigualdad relacionada con el género, la clase o la raza.
Hoy por hoy, te asumas o no como feminista, todas y cada una de nosotras contribuimos a esta lucha y somos igual de importantes para generar cambios sustantivos, porque juntas somos y seremos siempre más fuertes para cambiar lo que es urgente.
Las feministas seguimos luchando para transformar estas realidades y otras desigualdades. No solo queremos alcanzar condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, sino también combatir la discriminación, el racismo, el clasismo, la homofobia y la transfobia. Por todo esto y más, el feminismo sigue siendo urgente, vigente y fundamental.
Contra la desigualdad
- En México las mujeres ganan en promedio 34% menos que un hombre; esto quiere decir que por cada $100 que gana una mujer, un hombre ganará $134.
- Seguimos destinando más tiempo que ellos al trabajo doméstico y de cuidado: destinamos 25 horas de trabajo a labores domésticas, mientras que los hombres emplean solo 9, y dedicamos 49.93 horas las al cuidado de niñas y niños, mientras que los varones solo 24.71.
- Aún hoy en día vivimos acoso y violencia por el simple hecho de ser mujeres. En nuestro país más de 10 mujeres al día son asesinadas y 66.1% de las mexicanas mayores de 15 años declaran haber sido víctimas de algún tipo de violencia en su vida.
Feminismo congruente
Si quieres sumarte a la lucha feminista y estás en proceso de deconstrucción o estás empezando a reconocerte como feminista, te damos algunos puntos clave para hacer de tu lucha algo del día a día:
- Recuerda que todas las mujeres somos diversas, hemos vivido realidades distintas y nos hemos enfrentado a diferentes tipos de desigualdades o discriminaciones.
- Amplía tus horizontes reconociendo la diversidad de voces y mujeres que existen, solidarízate con sus causas y aprende de ellas.
- Lucha por tus derechos, pero también por los de las otras mujeres: si empleas a una trabajadora del hogar, garantiza sus derechos laborales (aguinaldo, vacaciones pagadas, seguridad social, jornada máxima de 8 horas).
- Ama a tu cuerpo y no critiques o te burles del cuerpo de lxs demás; hagamos un movimiento de amor y reconocimiento de todas las corporalidades.
- Identifica y reflexiona sobre tus propias prácticas racistas, clasistas, machistas, homofóbicas, transfóbicas… todes podemos deconstruirnos.
- Reconoce la importancia del trabajo doméstico y de cuidados, pues sostiene la vida, y permite que la economía y la vida pública sean posibles.
- Si oyes a alguien haciendo un chiste o un comentario machista, manifiéstate. Di por qué ese comentario no es apropiado.
- Haz visibles a las mujeres cuando te comuniques, aprende sobre lenguaje incluyente y no sexista.
Sigue, apoya y dona a movimientos y organizaciones feministas en redes sociales o anímate y únete a una colectiva o agrupación feminista.