En “Feministlán”, Karen Villeda escribe sobre feminismo. Puedes leer su columna quincenal acá. En esta entrega: ¡por fin hay justicia para Lesvy Berlín Rivera Osorio!
El 3 de mayo de 2017 Lesvy Berlín Rivera Osorio fue asesinada por Jorge Luis González Hernández. Tenía 22 años. Esto es un hecho.
La encontraron junto a una cabina telefónica frente a la Facultad de Ingeniería en Ciudad Universitaria. Esto es un hecho.
Fue estrangulada con el cable del teléfono. Esto es un hecho.
La Procuraduría General de Justicia de la CDMX tuiteó básicamente que la víctima “era alcohólica y mala estudiante”, “estaba drogándose con unos amigos” y “se había ido de casa y vivía en concubinato con su novio”. También presentó su primera hipótesis: había sido un suicidio. Esto es una tergiversación de los hechos.
La comunicación oficial, dizque resultado de las “primeras investigaciones”, fue sumamente inapropiada puesto que revictimizó y criminalizó a Lesvy. Los tweets fueron borrados porque rebasaron “principios” (¿cuáles?, ¿el no ser misóginos?) de la PGJCDMX pero nosotras estallamos de indignación en Twitter. Con el hashtag #SiMeMatan (https://twitter.com/search?q=%23SiMeMatan&src=typed_query), especulamos sobre lo que dirían de nosotras si nos asesinaran y compartimos nuestras experiencias de ser constantemente juzgadas bajo el doble estándar y la doble moral que imperan en nuestra sociedad mexicana, la cual le permite y le perdona todo, absolutamente todo, a los varones.
El 5 de mayo de 2017 se convocó a una marcha en la UNAM para exigir justicia y la madre de Lesvy, Araceli Osorio, declaró que “ser mujer” era la única culpa de su hija. Esa es la principal razón detrás de un feminicidio: te matan por ser mujer. Un par de meses antes, El País publicó el especial Feminicidios que contabilizaba a 7,404 mujeres asesinadas (tomando en cuenta que solamente el 25 por ciento de los casos son investigados como feminicidios según el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio). Siete mexicanas eran asesinadas cada día y hoy son diez mujeres. En marzo de ese mismo año, Jorge Luis González Hernández le dió un cabezazo a Lesvy. Había sido violento con ella anteriormente pero no lo denunció (en este país se denuncia poco menos de un 7 por ciento de los delitos).
A Jorge Luis González Hernández se le acusó de homicidio simple doloso por omisión en julio de 2017, lo cual significaba que Lesvy había atentado contra su propia vida. Seguimos el caso, lleno de lagunas. Los familiares y sus abogados apelaron presentando un sinfín de recursos que demuestran que Lesvy no se suicidó, por ejemplo, los videos de seguridad que muestran claramente la violencia que inflige él sobre ella. La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal emitió una recomendación en la que señala la obstrucción de justicia.
Pasó casi un año para que que Jorge Luis González Hernández fuera acusado de feminicidio agravado. A dos años del feminicidio de Lesvy, Ernestina Godoy, titular de la Procuraduría capitalina ofreció una disculpa pública a la familia de Lesvy Berlín.
El 11 de octubre de este año POR FIN Jorge Luis fue declarado culpable del feminicidio de Lesvy. Este caso no quedó en la impunidad como muchos otros. La madre de Lesvy declaró al conocerse la sentencia que “la verdad salió adelante, hoy empieza un camino hacia la justicia en el caso de Lesvy. ¿Cuánto tiempo tenemos que esperar para que la justicia llegue para todas y cada una de las mujeres que fueron asesinadas en este país?”.
Todas somos Lesvy: ¡Justicia!
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