La andanada de críticas que le generó el retrasar un vuelo hacia Mexicali, le costó la chamba a Josefa González-Blanco Ortiz-Mena, quien se desempeñó hasta el fin de semana pasado como titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Pero la crisis que vive la dependencia va mucho más allá del escándalo, pues hablamos de la secretaría que tendría que garantizar el desarrollo sustentable y un equilibrio ambiental.
Sin embargo, en los últimos meses, la Semarnat ha tenido que despedir a más de 16 mil trabajadores y afrontar un recorte de más del 40% al presupuesto de la Comisión Federal Forestal y a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, así como la cancelación al fideicomiso de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, por lo que está de más decir que la situación que vive el organismo es más que crítica.
De acuerdo con uno de los estatutos publicados en el portal de la propia institución, la secretaría “tiene como propósito fundamental, constituir una política de Estado de protección ambiental, que revierta las tendencias del deterioro ecológico y siente las bases para un desarrollo sustentable en el país”, por lo que su desempeño es vital para el futuro de todos, sobre todo si tomamos en cuenta el momento que estamos atravesando, entre contingencias extraordinarias, el sargazo que está ahogando las playas del Caribe mexicano, el alto consumo de combustibles fósiles y las pocas políticas para impulsar energías renovables.
A esto debemos de sumar problemas como la degradación de los recursos naturales, la crisis de escasez y contaminación del agua, la continua pérdida de bosques y selvas, así como la acelerada pérdida de biodiversidad —como está ocurriendo con la vaquita marina—, sin contar la escalada de violencia contra los defensores ambientales, de los cuales 15 han perdido la vida en lo que va del año, sin que ninguna de estas muertes se haya aclarado hasta el momento.
La crisis ambiental es real y los estragos nos están afectando directa o indirectamente a todos, por lo que deberíamos prestar mucha mayor atención a lo que está ocurriendo al interior de la Semarnat, más allá del escándalo y vuelos retrasados, pues el nombramiento de Víctor Manuel Toledo como nuevo titular de la dependencia debe de venir acompañado por la exigencia de tener e implementar políticas públicas que garanticen un desarrollo sustentable y un equilibrio ambiental.
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