Más que solo músculos: historias de mujeres fisicoculturistas
Todas ellas tienen grandes y definidos músculos, pero la fuerza de las mujeres fisicoculturistas en CDMX va más allá de una figura imponente.
Por: Diana Delgado Cabañez
Vía: Portafolio: José Luis Castillo
Todas ellas tienen músculos superdefinidos. También poseen una gran resistencia física y pueden levantar mucho peso. Sin embargo, su fortaleza va más allá: son mujeres que libran obstáculos, discriminación y violencias. Para todas ellas, las mujeres fisicoculturistas en CDMX, el deporte y la disciplina fueron el punto de partida para descubrir una fuerza interior que desconocían.
La fuerza de las mujeres fisicoculturistas en CDMX
Marta Sánchez
- 54 años
- Categoría: fisicoconstructivista
En portadas de revistas de los 80 y 90 como Women’s World y Gold’s Gym, Martha era conocida como “la morena con las piernas de oro”. En bikini, con grandes músculos y un intenso bronceado que en aquél entonces era natural, en las competencias destacaba por su sensualidad al caminar, su potente mirada delineada en negro y sus labios rojos.
Estudió diseño de modas, algo que supo explotar al salir al escenario, pues confeccionaba su propia ropa: trajes, shorts y todas las prendas que lucía debajo de la tarima eran elaboradas por sus manos. Su meta era construir una imagen única, ser un personaje que los jueces y otras compañeras recordaran, no solo por la marcada musculatura que hace lucir cada una de las fibras de su cuerpo.
Martha fue la primera campeona mundial y la primera mexicana en obtener el carnet profesional para competencia. Incluso fue Miss Perfección cinco años seguidos. Ella es la referencia obligada para todas mujeres fisicoculturistas en CDMX y en el país que quieren entrar a la disciplina. Es reconocida, también, por saber conjuntar una musculatura densa con una figura femenina, “porque los músculos no están peleados con la sensualidad”, asegura.
Ahora, 21 años después de retirarse de las competencias y tras recorrer cuatro continentes mostrando su fuerza física y emocional, sigue ejercitándose cada día. Mantiene una dieta rigurosa, entrena a niños y jóvenes y es una jueza reconocida internacionalmente.
Siempre que posa, respira… cierra los ojos y se mueve con ligereza. Sabe cómo acomodar cada centímetro de su cuerpo. “Somos esculturas de 360 grados: el cuerpo es una obra de arte y yo intento hacer las cosas desde el amor. Esa es la semilla que siembro, el legado que quiero dejar, porque todo lo demás se va”, dice.
Nayeli Íñiguez
- 22 años
- Aspira a ser categoría Women Physics
“No todas nacemos para ser normales”, sentencia Nayeli cuando su madre insiste en que deje de ejercitarse. Asegura que no piensa terminar su maestría en Psicología para casarse, tener hijos y trabajar, sino para dedicarse al deporte. Su meta es llegar a la categoría Women Physics, ser muy musculosa y poner un consultorio para dar asesorías de nutrición deportiva.
Siempre fue la niña fuerte. En la primaria les ganaba a sus compañeros a las “fuercitas” y nadie se atrevía a molestarla porque sabían que no se dejaría. Más tarde se convirtió en empacadora de supermercado y la reconocieron por ser una de las pocas mujeres que cargaban bolsas pesadas y cajas de leche. Eso la motivó a inscribirse a un gimnasio al cumplir los 16 y un año después empezó a competir.
Alta, de hombros cuadrados, es una de las mujeres fisicoculturistas en CDMX más jóvenes en competir. Nayeli tiene rizos negros y una voz fuerte que le viene de nacimiento. Le cuesta trabajo ponerse seria y a la menor provocación lanza una sonrisa que contrasta con la fortaleza de su cuerpo.
Para ella, su vida tiene sentido porque hay un objetivo que la hace levantarse todos los días para entrenar, alimentarse de forma estricta a sus necesidades y combinar las dos o tres horas de su pasión, el gimnasio, con la escuela, las tareas y su familia.
“No soy una persona que salga mucho, prefiero estar enfocada en tener un cuerpo muy trabajado porque me va a llevar años lograrlo. Es un esfuerzo que hay que mantener toda la vida y yo estoy dispuesta hacerlo por siempre”, dice.
Valeria Sarahí Carmona
- 23 años
- Categoría Bikini Wellness
Su timidez contrasta con la seguridad con que posa, los músculos que muestra al hacer fuerza en alguna parte de su cuerpo y la confianza con que conversa sobre lo que para ella significan ser una de las mujeres fisicoculturistas en CDMX, el deporte y el cuidado de la salud.
Valeria recuerda que se interesó en el ejercicio cuando era niña, tras un problema con su peso y su baja estatura y hoy, a través de redes sociales, muestra la preparación de su cuerpo rumbo a las competencias.
De niña quería bailar, pero le dijeron que debía que adelgazar para tener una oportunidad; eso le sirvió de acicate para empezar a correr. Después, a los 16 años, su hermana, que es categoría Bikini en el fisicoculturismo, la llevó a un gimnasio, donde conoció preparadores que le dieron herramientas para aprender a construir su cuerpo.
Estudia la carrera de Nutrición Deportiva y tiene una tienda de suplementos para el deporte. Ha participado en competencias internacionales, como el Arnold, una de las más importantes. En Colombia obtuvo el lugar 8 de 30 y en Brasil quedó en la posición 9 de 50. En el mundial juvenil de 2019, celebrado en Hungría, se llevó el segundo lugar.
Ahora su meta es el Míster México, que se realizará en diciembre. Quiere dedicarle la competencia a su padre, quien libró la batalla contra el COVID-19. Dice que es una forma de agradecerle el apoyo y los patrocinios que él y su madre le brindan para mantenerse en el camino. “Ellos se sienten orgullosos de tenerme como hija y yo siento lo mismo de que sean mis papás, por eso esta vez me preparo para ganar”, señala.
Cris Olmedo
- 40 años
- Categoría Wellness
Su “problema” era ser demasiado fuerte, tener piernas anchas y la figura característica de las mujeres costeñas. En opinión de sus profesores, a pesar de cursar una licenciatura en Danza, Cris nunca podría ser bailarina porque su cuerpo se salía del canon de la delgadez.
Ante ello, esta guerrerense decidió licenciarse como coreógrafa y encontró la forma de aceptarse y quererse. Descubrió que su cuerpo estaba definido por la genética y eso no cambiaría; lo que le quedaba era sacarle provecho y convertir esas “debilidades” en fortalezas.
“Si iba a ser musculosa —dice—, lo haría bien. A los 23 años empecé a entrenar”. Cris llegó a la Ciudad de México y empezó a trabajar en un gimnasio.
Un preparador físico la fichó y le sembró la idea de formar parte del grupo de mujeres fisicoculturistas en CDMX para competir. Para ello, dedicó más de dos horas a día para ejercitarse, sobre todo los hombros y la espalda, para lograr esos surcos y el tono muscular que se manifiestan cada vez que hace un esfuerzo.
El deporte le ayudó a superar los problemas de violencia familiar que enfrentó en la niñez. Ahora inicia su día a las cinco y media de la mañana y, además de coordinar un área corporativa, imparte clases de fitness y twerking con el objeto de cambiar vidas y motivar a los demás.
“Nunca sabes el impacto que vas a tener en otras personas. Hay quienes llegan al deporte vulnerables y aquí encuentran cómo sentirse mejor, cómo ser más fuertes del cuerpo y también del corazón”, dice la “Negrita” Olmedo, quien durante la pandemia ha organizado clases gratuitas a través de sus redes sociales.
Daniela Águila
- 47 años
- Categoría Wellness
Daniela es fuego. Tiene una voz firme y dice las cosas con tanta fuerza que se hace escuchar. Todo eso le sirvió cuando litigaba. Se graduó como abogada en la UNAM y recuerda que cuando iba a los juzgados la miraban y la hacían menos por el hecho de lucir atlética.
“Existe el pensamiento de que una mujer que se cuida es sinónimo de estúpida y puta —explica—; te catalogan y se les hace fácil hacer comentarios acosadores. Yo los paraba y al escucharme se daban cuenta de que no era quien ellos pensaban. Les mostraba mi fortaleza como mujer”.
En algún momento tuvo que dejar su trabajo en los juzgados porque su pareja obtuvo un puesto público importante y podía haber conflicto de intereses. Entonces decidió estudiar Ciencias del Deporte, sin sospechar siquiera que entraría en el mundo de las mujeres fisicoculturistas en CDMX y llegaría a representar a México en competencias internacionales.
“El deporte me dio la pauta para saber quién era, qué quería y a quién quería en mi vida. Me hizo muy disciplinada y centrada. Sé que no solo un cuerpo, sino una mujer que puede aportar muchísimas cosas, nutrir a la gente con lo que sé. Si complaciera a todo el mundo no sería tan feliz como he logrado ser”.
La meta de Daniela es enseñar a sus hijas el valor de la educación y que cualquier cosa hay que ganársela con esfuerzo. Ha recorrido más de una decena de países gracias a su práctica deportiva y cada día entrena hasta dos horas para mantener no solo fuerza física sino el equilibrio emocional.
María Segura
- 47 años
- Categoría Body builder
Cada vez que aprieta el cuerpo sobresalen decenas de músculos. Se pueden apreciar uno a uno: definidos, profundos, con relieve. No es difícil creer que, como María dice, su cuerpo era todavía más espectacular cuando competía.
Se inició a los 14 años en el deporte y a los 18 comenzó con la construcción muscular. Su dedicación la llevó a ganar competencias locales, estatales y nacionales, y después fue campeona de Iberoamérica entre participantes de 22 países.
Obtuvo su carnet profesional y entró en el top internacional, abriendo brecha en este deporte para las mujeres fisicoculturistas en CDMX y en todo el país.
En 2015 fue su última competencia. Se retiró siendo campeona en el North America Championship en Pensilvania, la razón fue una lesión en la columna vertebral que terminó en cirugía y la dejó fuera por tres años. Durante esa pausa concluyó la licenciatura en Fisioterapia que actualmente ejerce en el Cesar’s Gym, donde ha entrenado y trabajado toda su vida.
“Con mi carrera quiero dirigirme a la gente, ya sea deportista o sedentaria, porque es importante motivarla —comenta—. Me considero una mujer muy dedicada y profesional, a quien le gusta estar bien física y emocionalmente; todos los días trabajo para seguir así: me ejercito en casa, medito, y junto con mi hija, que es mi mayor apoyo, tenemos maestría en Reiki para curar a través de las energías”.
Entrenar es un regalo que se da a sí misma todos los días porque implica mucha determinación, disciplina, fuerza de voluntad e inteligencia y, además, quita el estrés de la vida, dice María, una reconocida representante de las mujeres fisicoculturistas en CDMX, para quien las críticas y opiniones negativas son irrelevantes.
“No me importa lo que otros digan o cómo me vean: me gusta saberme fuerte por dentro y por fuera, me amo y me hace feliz saber que puedo proteger a mi hija. Sé que hay cosas difíciles que Dios me pone enfrente y yo las voy mejorando. Siempre se trata de eso”.
Datos
- De 1,500 atletas que llegan a Míster México, la competencia más importante del país, alrededor de 45% son mujeres
- Este deporte incursionó en los Juegos Panamericanos de Lima y la mexicana Xiomara Valdivia se llevó la plata
- De $15,000 a $17,000 invierten las atletas al mes en su preparación (nutriólogo, alimentación, gimnasio y suplementación)
- En la mayoría de las competencias los premios no son monetarios: participan por los trofeos y reconocimientos
**Fuente: Carlos Cabezas, juez y miembro de la Federación Mexicana de Fisicoculturismo