El sueño americano ha sido sustituido por el sueño chilango, de un tiempo para acá hemos comenzado a ver cómo nuestros barrios cambian, y ya no se escucha solo español sino otros idiomas. Les extranjerxs están buscando un nuevo estilo de vida en nuestra ciudad.
Si se está por zonas más céntricas como la Juárez o la Roma-Condesa, escucharás mucho inglés por nómadas digitales y otras personas de afuera que decidieron ya asentarse en esta ciudad capital; pero si andas al oriente de la CDMX, en Tláhuac, verás otro tipo de migración. Esta alcaldía está recibiendo miles de Haitianxs que llegan en busca de oportunidades, ya que después del asesinato del expresidente Jovenel Moïse, Haití se encuentra desestabilizado y el crimen organizado está tomando territorio.
¿Por qué les migrantes de Haití llegaron a Tláhuac?
A principios del 2023, el gobierno de la CDMX en conjunto con la alcaldía de Tláhuac y la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social, adaptaron en el Bosque de Tláhuac un albergue temporal con el objetivo de recibir a migrantes de Haití.
Tras la llegada de miles de haitianxs, el Campamento 5 Limpia se encuentra saturado y les migrantes han comenzado a ocupar la vialidad Heberto Castillo como una nueva zona de camping, un nuevo hogar.
Les migrantes de Haití comienzan a integrarse en la dinámica social de la alcaldía Tláhuac, trabajando en los mercados, la construcción y vendiendo comida en la calle. Aunque muchxs son profesionistas, el no contar con los documentos necesarios les impide entrar a la economía formal.
Un pequeño Haití en Tláhuac
La banqueta de la vialidad Heberto Castillo ahora es una comunidad llena de casas de campaña y comercios a pie de calle. Ahí se encuentra Michelangue, sentada en la banqueta vendiendo pescado frito con tostones de plátano y ensalada, cada porción cuesta $70. Michelangue encuentra todos sus insumos en los mercados de Tláhuac, cocina en su departamento y cada tarde vende sus platillos, sabores que a sus paisanos les recuerda a su tierra.
Michelangue no se dedicaba a la cocina en su país natal, por años fue enfermera, pasión que su condición migratoria no la deja desarrollar.
Lo mismo sucede con Leonardo, ingeniero en construcción que a sus 35 años decidió migrar a la Ciudad de México con el objetivo de buscar paz y estabilidad para su familia.
Para Leonardo es importante incorporarse rápidamente en la dinámica social de su nueva ciudad. Aunque ha estado en entrevistas de trabajo, la documentación es una barrera y las rentas siguen pasando.
Tras la barrera del idioma y la documentación, el pequeño Haití en Tláhuac atiende sus necesidades. Barberías en la banqueta con cortes a $100, trenzas con extensión de cabello a $500, pedicure a $150 por pie, empanadas a $25 y platillos desde $60.
Alza en los costos de vivienda
Con esta ola migratoria, buscar un hogar en Tláhuac es cada vez más caro, con departamentos desde $3,500 hasta los $7,000 pesos mexicanos, estamos ante un alza de precios que hace cada vez más difícil vivir en la Ciudad de México, incluso en la periferia.
La renta de las casas de campaña está a $100 mexicanos, lo que significan $3,000 mensuales por vivir en un pequeño espacio de calle sin baño ni cocina.
La llegada de nuestros hermanos de Haití también ha sacado un lado reprobable de algunos citadinos, ya que hay personas que se hacen pasar por facilitadores de Permisos de Trabajo para extranjerxs, cobrando $1,500 por un trámite fantasma. Al menos 30 migrantes han sido estafadxs por la misma persona.
El sueño Chilango, una nueva ciudad de migrantes
Nuestra ciudad está cambiando, creciendo sin medida, creciendo hacia arriba.
En el centro vivimos un fenómeno de gentrificación debido a la migración estadounidense, desplazando a les chilangxs a la periferia.
En Tláhuac, sin gentrificar, la migración haitiana busca oportunidades para incorporarse a la clase trabajadora.
Nuestro papel como chilangxs es mantener el respeto y tener empatía con la situación migratoria que viven nuestros compañerxs de Haití.
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