Al menos 12 personas ciegas resultaron lesionadas el martes 12 de marzo cuando la Policía de CDMX reprimió una marcha que realizaban para exigir inclusión laboral en las instalaciones del Metro de CDMX.
Las y los manifestantes eran personas con discapacidad visual que trabajan como comerciantes formales dentro del Sistema de Transporte Colectivo gracias a un programa social que opera desde 2010. Denunciaron que como parte de la renovación de las instalaciones del Metro algunos de sus espacios les han sido arrebatados al tiempo que se permite la entrada de nuevos comerciantes que no viven con discapacidad.
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La movilización partió de Balderas rumbo al Zócalo y transcurría de manera pacífica hasta que elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana hicieron uso excesivo de la fuerza para encapsular a los manifestantes.
“Era una marcha pacífica hasta el momento en que a la altura de Salto del Agua, casi llegando a Eje Central, hubo un bloqueo por parte de granaderos”, contó en entrevista con Chilango David Juárez, integrante de la Asociación Mexicana De Invidentes Y Débiles Visuales.
“Nos defendimos con nuestros bastones”: personas ciegas que marcharon en CDMX
David forma parte del programa de reordenamiento del comercio a través del cual, en 2010, se otorgaron a personas ciegas espacios de trabajo dentro del Sistema de Transporte Colectivo. Él y sus dos padres, que también viven con discapacidad visual, venden dulces, aguas y gelatinas en una pequeña tarima de un metro cuadrado dentro del Metro.
Como David, alrededor de 500 personas ciegas que ejercen el comercio dentro del Metro marcharon para exigir el respeto a sus espacios de trabajo. Sin embargo, el comerciante denuncia que la Policía de CDMX impidió su derecho al la libertad de tránsito y de expresión. Según cuenta, fueron los policías, no los manifestantes, quienes cerraron la circulación a la altura de Eje Central.
“Con dos camiones bloquearon toda la avenida. Nos impidieron el paso y cerraron completamente la calle”, relata. Posteriormente, los elementos de seguridad procedieron a encapsularlos a pesar de que la marcha no transcurría con violencia:
“Había muchos compañeros que ya son de la tercera edad o que iban en silla de ruedas y viven una doble discapacidad […]. Nadie iba encapuchado. No llevábamos armas ni bombas molotov. Solo llevábamos nuestra herramienta para nuestra movilidad, que son nuestros bastones, y fue con lo que nos defendimos porque los granaderos iban con escudo, iban bien equipados”, relata.
🗳️📌POLICÍA DE LA CDMX REPRIME A PERSONAS CON DISCAPACIDAD VISUAL
— Juan Ortiz 🗳️👁🗨 (@Juan_OrtizMX) March 12, 2024
Integrantes de la Asociación Mexicana de Invidentes y Débiles Visuales se manifestación pacífica en Eje Central esta mañana.
Sin embargo, los policías los encapsularon y replegaron, en un intento por detener su… pic.twitter.com/JR0TeIJDSD
De acuerdo con Fernando Barajas Hurtado, quien preside la Asociación Mexicana De Invidentes y Débiles Visuales, en el encapsulamiento resultaron lesionadas entre 12 y 15 personas ciegas. Algunos recibieron patadas por parte de los elementos de seguridad. Otros sufrieron golpes en el rostro en su intento por defenderse: “Si nos pegan, tratamos de defendernos; somos ciegos, pero no mancos”, ironiza.
“El problema fue un muy mal manejo de la Secretaría de Seguridad. Durante todo el camino nos fueron cerrando el paso, hostigando con sus escudos, empujándonos”.
Para Fernando, la Policía actuó con “violencia y alevosía”:
“Demostraron su falta de sensibilidad y de protocolo. Pegarle a una persona ciega bajo cualquier condición no es válido”.
Remodelaciones en el Metro dejan fuera a comerciantes con discapacidad visual
Pero para entender los motivos que llevaron a las personas ciegas a marchar el 12 de marzo de 2024 hay que remontarse 20 años atrás.
Asociación Mexicana De Invidentes y Débiles Visuales surgió hace dos décadas como una organización creada por vagoneros ciegos que vendían dulces o discos en los trenes del Metro, con todos los peligros que ello conlleva.
“Antes, cuando andábamos en los vagones, desafortunadamente cada año sabíamos de 10, 12 o 15 compañeros que perdían la vida. Andando en el Metro todo el día se puede sufrir un accidente, una distracción o un triopezón”, recuerda Fernando.
Tras años de lucha, en 2010 la organización consiguió que se incluyera a personas ciegas en un programa de reordenamiento del comercio. El Metro asignó a personas capacidad visual 121 lugares conocidos como ‘tarimas‘. Se trata de espacios de apenas un metro cuadrado en los que pueden vender mercancías como agua embotellada o dulces.
Para maximizar el aprovechamiento de estos espacios laborales, hasta tres personas con discapacidad comparten el mismo espacio, disponiendo de él en distintos horarios.
“Uno lo trabaja de 6 de la mañana a 2 de la tarde, otro de 2 de la tarde a 10 de la noche, y otro durante los fines de semana. Así logramos que el programa dé de comer a más de 300 personas con discapacidad visual”, explica Fernando.
El problema es que lejos ampliarse estos espacios, con el paso del tiempo estos espacios se han ido reduciendo:
“Ahora con la remodelación de l Línea 1 del Metro quitaron varias de nuestros localitos”, denuncia David. Relata que espacios que tenían en estaciones como Pantitlán o Gómez Farías no han sido restituidos.
Otro caso data de 2017, cuando se realizaron remodelaciones a la estación Cuauhtémoc. Se retiró un local de masajes en el que trabajaban tres personas ciegas con la promesa de reubicarlo. Pero siete años después, la promesa sigue incumplida.
“Se nos retiran espacios con el pretexto de que van a remodelar, a poner un mural o un mapa de guía. Pero no se nos regresan espacios”, sentencia Fernando.
Personas ciegas denuncian discriminación para trabajar en el Metro
Aunado a lo anterior, la molestia es que al tiempo que las personas ciegas pierden espacios para ejercer el comercio, el Metro sí asigna nuevos lugares a persona que no viven con discapacidad.
“Hemos solicitado una ampliación y nos dicen que no hay permisos. Pero todos los días, de la noche a la mañana, encontramos un nuevo comercio de personas normovisuales”, denuncia Fernando. “Hace más de un año empezó un programa para personas normovisuales. Empezaron 50 y ahora ya son más de mil”, ejemplifica. En contraste, “a nosotros en 14 años no nos han dado mas que tres lugares”, aseegura.
Al respecto, el presidente de la Asociación Mexicana De Invidentes y Débiles Visuales no duda en calificar lo anterior como un “acto de discriminación”.
“Pedimos que el Metro no nos ponga competencia al lado. Nos ha puesto expendios en los que personas sin discapacidad se colocan junto a nosotros y venden el mismo producto. Es una competencia desleal”, añade David.
Esas y otras circunstancias fueron las que orillaron a las personas ciegas a marchar el 12 de marzo. Denuncian que cuando piden espacios para ejercer el comercio dentro del Metro se les ofrecen las estaciones más alejadas y menos transitadas. También que se les discrimina cuando denuncian robos o abusos.
“Me dicen que mi testimonio no funciona porque soy ciego y no puedo ver quién me robó”, cuenta Fernanado.
Cuestión de dignidad
Fernando explica que aunque son cada vez más las personas ciegas que buscan trabajar formalmente como comerciantes, el Metro se niega a otorgar nuevos espacios. Ante esta situación, muchos tienen que seguir trabajando como vagoneros. “Hay muchos compañeros que se acercan, pero como no tenemos espacio, tienen que seguir ahí”.
Para el presidente de la Asociación Mexicana De Invidentes y Débiles Visuales, abrir esos espacios tiene que ver con “dignificar la imagen de las personas ciegas”.
“No tendríamos que estar pidiendo dinero en el Metro si se nos puede dar la oportunidad de ganarnos el ingreso para nuestras familias? No veo por qué el gobierno no lo prioriza”.
Por otro lado, David exige el respeto a los espacios ganados:
“Laboramos en la formalidad, pagamos nuestras cuotas al Metro, estamos en regla con todo. Solo pedimos el respeto a nuestro espacio de trabajo”.
Por lo pronto, tras la represión sufrida por la marcha, representantes de la Asociación Mexicana De Invidentes y Débiles Visuales lograron reunirse con el director del Metro, Guillermo Calderón, y entregarle un pliego petitorio en el que solicitan la ampliación de los espacios laborales para personas con discapacidad visual y la restitución de los espacios perdidos. A cambio obtuvieron únicamente la promesa de reuniones de trabajo y de que tendrán una respuesta a final del mes.
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