“Estamos en semáforo rojo, estamos en semáforo rojo. Hagan el favor de retirarse”, gritó el líder de un grupo de policías a través de un megáfono. Como había locales abiertos en el centro, llegó el operativo.
Los puesteros comenzaron a recoger su mercancía y a alertar a chiflidos para indicar que habían llegado los uniformados.
La clientela, sin saber qué estaba pasando, se agolpó hacia las paredes para evitar algún conflicto. Eran las 13:00 horas en la zona de la Merced, uno de los más importantes centros de comercio chilango.
Así encontramos las calles en un recorrido a mediodía, para ver si había locales abiertos en el centro:
Rato después, llegaron los policías.
Mauricio es taquero en la calle de Roldán. Vende tacos de cecina de lunes a domingo.
Su puesto estaba operando, al igual que varios locales abiertos en el centro.
“Entendemos lo del cambio de semáforo, pero nos están perjudicando a todos”, dijo mientras recogía la sombrilla azul con la que se protege del sol y su puesto de lámina.
Envolvió la carne en bolsas de plástico y puso todo en un costal de rafia. Su mercancía ya no iba a ser vendida.
“No nos avisaron, nada más supimos en las noticias, pero ninguna autoridad se acercó a decirnos nada. Los mismos policías nos vieron ponernos en la mañana. Vivimos a puro ‘pitazo’”.
Minutos antes, en un recorrido, constatamos que la zona de La Merced lucía como en los últimos días.
A pesar del semáforo rojo, solo algunas cortinas habían bajado. Fue necesaria la entrada de los operativos para que todos los comercios no esenciales dejaran de laborar.
Después del arribo de los policías a La Merced, también fueron colocados cercos para evitar el paso peatonal de chilang@s que pretendan acudir a realizar alguna compra.
Este viernes 19 de diciembre, autoridades federales, chilangas y mexiquenses anunciaron que restaurantes y comercios considerados no esenciales deben permanecer cerrados hasta el 10 de enero.