El aullido del lobo gris se escuchará por mucho tiempo más. A finales de la década de los 70, el canis lupus baileyi (lobo gris mexicano) fue declarado en peligro de extinción: su población nacional no llegaba ni al medio centenar. Por fortuna, hoy su especie se encuentra protegida y fuera de riesgo.

De acuerdo con un boletín emitido por la UNAM, los mexicanos podemos ser testigos de la belleza de este ejemplar, gracias al esfuerzo de especialistas y ciudadanos agrupados en 55 instituciones multidisciplinarias, 38 de ellas pertenecientes a la Unión Americana y el resto, a México, que se han encargado de protegerlo, rehabilitarlo y conservarlo.

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En el documento, Xóchitl Ramos Magaña, veterinaria egresada de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM, comentó que en México contamos con un centro de rehabilitación donde, una vez que los animalitos son considerados aptos para su vida silvestre, son liberados en los estados de Sonora, Chihuahua, Durango, Zacatecas y Nuevo León, así como entre Arizona y Nuevo México, en Estados Unidos.

«Cuando están en cautiverio no se deben crear lazos afectivos entre estos y los humanos ni dependencia alimenticia, pues, cuando son liberados buscan a la gente y eso los pone en riesgo», dijo la especialista.

Lobo gris

Foto: Cuartoscuro

Además, Ramos Magaña explicó que los primeros animales en ser liberados son los más representativos de la especie; sin embargo, eso no impide que el lobo gris se relacione con los perros de las rancherías que se encuentran en el norte del país. Se han encontrado híbridos, que son llamados «loberros» o «coyolobos». «No deseamos que suceda esa mezcla», advirtió la especialista.

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