Garra Azteca busca promover el deporte adaptado. Para lograrlo, convocaron a través de redes sociales a voluntarios que quisieran colaborar como guías de corredores ciegos; esta es la historia de este proyecto.
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David se ha dedicado a correr desde que tenía 8 años de edad. Su sueño, dice, es competir en unos Juegos Paralímpicos, pero para lograrlo debe trabajar en equipo con una persona que lo guíe, pues es un atleta con baja visión.
Una operación en los ojos y la falta de apoyos le impidieron participar en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 y Río 2016, por lo que decidió iniciar Garra Azteca, un equipo paralímpico de corredores.
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El grupo lo inició junto con Alejandro Pacheco, medallista paralímpico en Lima 2019 y ganador del Maratón de la Ciudad de México en 2018 en la categoría de personas ciegas y débiles visuales.
“Cuando Pacheco ganó el Maratón de la Ciudad de México obtuvo el patrocinio del Deportivo Chapultepec, que apoya a deportistas de alto rendimiento. Se nos ocurrió la idea de crear el equipo y formar a los chavos que quisieran echarle ganas.
“Aceptamos desde principiante, hasta atletas de alto rendimiento, pero eso sí les pedimos constancia y disciplina para que mejoren como deportistas”, señala David, al terminar uno de los entrenamientos en los Viveros de Coyoacán.
Garra Azteca, sostiene, busca promover el deporte adaptado. Para esto, convocaron a través de redes sociales a voluntarios que quisieran colaborar como guías de corredores ciegos.
La respuesta fue inmediata. Cerca de 140 personas ofrecieron sus ojos y compañía para entrenar.
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Para Lucía Porfirio, psicóloga de 41 años con ceguera total y deseos de correr su primer maratón, la respuesta a la convocatoria para guías de corredores ciegos fue el plus que necesitaba para despertarse e ir a entrenar.
“Yo ya me estaba desanimando. Le decía a David: ‘Creo que ya no voy a correr el maratón porque va a ser en noviembre y no he entrenado’, pero él dijo que iba a conseguir guías y llegaron todos, por eso no dejo de venir”, cuenta la psicóloga después de correr 10 kilómetros en una hora con 10 minutos.
Luci, como la conocen en Garra Azteca, obtuvo su mejor marca en una competencia organizada por el grupo de corredores Balam. Terminó los cinco kilómetros en 29 minutos, aunque dice sonriente que el tiempo no importa, puesto que su objetivo es terminar el maratón chilango de noviembre próximo.
¿Cómo se forman los guías para corredores ciegos?
La clave está en la confianza y la práctica, asegura David. Explica que la coordinación y la comunicación entre el guía y el atleta les permitirá terminar con éxito una carrera.
En competencias oficiales, ambos atletas deben correr a la par. Nadie más adelante o atrás y la sincronía debe mantenerse mediante la zancada y la brazada, independientemente de la altura o talla de los corredores y evitando la tensión en el lazo que une sus manos.
“Este deporte es muy noble porque no se requieren grandes adecuaciones, grandes capacitaciones. Afortunadamente ya tenemos varios años corriendo y con experiencia en carreras tanto de calle, pista, como montañas. Es cuestión de perder el miedo, cuestiones básicas de movilidad, de orientación e indicaciones”, detalla David, quien entrena tanto a los atletas con ceguera, como a los guías.
Para el atleta de 31 años, la forma de correr es la técnica con la que se comunican corredores y guías, pues la experiencia para esquivar obstáculos como topes, baches y personas generan confianza en la pareja.
“Los obstáculos son inevitables en las carreras, por eso hablamos de la adaptación. Adaptamos el deporte a nuestras necesidades, minimizando las barreras y capacitando a los guías para que transmitan su vista a la persona ciega y esta sea consciente de su entorno”, dice.
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En México, hay diferentes categorías paralímpicas que dependen del grado de visión. En todas se corre con antifaz, pues esta medida sirve para unificar a las categorías en competencias oficiales.
Por un lado está la clasificación para atletas B1, que incluye a personas que no perciben luz con ningún ojo o que la perciben pero no pueden reconocer formas a cualquier distancia o en cualquier posición.
La división B2 es para personas débiles visuales que pueden reconocer la forma de una mano o tienen una agudeza visual de 2/60 en el optotipo de Snellen (fracción que consiste en considerar el numerador como la distancia a la cual se coloca a la persona, y el denominador es la línea más pequeña que puede leerse), y/o un campo de visión de un ángulo menor de 5 grados.
Mientras que la rama B3 es para personas con una agudeza visual de 6/60 y/o un campo de visión de un ángulo mayor de 5 grados y menor de 20 grados.
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Una pandilla en crecimiento
Vanesa López Cruz es fisioterapeuta y se integró al equipo porque quiere realizar su primer triatlón.
Tras perder a su pareja en la pandemia, ella decidió enfocarse en la natación y en el ciclismo, donde también se unió al colectivo Mujeres en Bici, comunidad enfocada en la educación ciclista urbana con perspectiva de género.
“Nos enfocamos más a nadar que a correr, pero después de que David me invitó a Garra Azteca empezamos a ver qué cualidades tenía para correr. A la gente le interesó bastante la convocatoria y fue cuando ya vinimos a entrenar formalmente”, narra Vanesa, quien acude a entrenar junto con Rin, una perra guía que adoptó desde agosto de 2019.
Aunque Rin no está entrenada para correr en una competencia, Vanesa cuenta el impacto que ha tenido desde que hacen equipo.
“Hicimos buen binomio, Rin es muy activa, me la dieron porque en CDMX hay mucho tráfico, mucha gente y obstáculos y Rin tiene esa cualidad. Es muy activa, se concentra y no le espantan los ruidos ni la gente”, señala Vanesa, quien considera a Rin como parte de la pandilla de corredores.
Garra Azteca actualmente se prepara para el Medio Maratón y el Maratón de la Ciudad de México.
Su objetivo es subirse al pódium y también agrupar a más atletas con discapacidad visual, así como captar patrocinios y atención de las autoridades para costear las actividades del grupo.