En helicóptero o vestido de mujer: escapes insólitos en prisiones chilangas
Aunque parezca una historia sacada de una película, estos escapes de prisión en CDMX de verdad existieron. ¿Ya los conocías todos?
Por: Redacción kal
Siempre hay ocasiones en las que la realidad supera a la ficción; como la vez en la que dos hombres escaparon en helicóptero de Santa Martha Acatitla, o cuando un preso extranjero logró burlar la seguridad de Lecumberri vistiéndose de mujer; realizando así uno de los escapes de prisión en CDMX más insólitos.
Aunque los hechos que te contaremos parecen sacados de una película, lo cierto es que ocurrieron hace apenas unos años. ¿Llegaste a escuchar de ellos?
Escapes de prisión en CDMX más insólitos
1 .- Salieron ante la vista de todos
El 30 de mayo de 2016 Agustín Miranda Orozco y Roberto Sánchez Ramírez salieron del reclusorio Oriente ante la vista de todos y sin que nadie les dijera algo. Sánchez ya había escapado anteriormente de otras prisiones: en 1991 se fugó del Reclusorio Norte; en 1998 del Reclusorio Oriente y un año más tarde del Reclusorio Sur. Para fugarse usualmente se vestía de mujer; sin embargo, en 2016 eso no fue necesario.
De acuerdo con un reporte de Animal Político, ambos presos, considerados de alta peligrosidad, estaba purgando condenas por delitos como secuestro, robo, uso de arma de fuego y robo calificado, solo por mencionar algunos.
El día de la fuga tenían que acudir a una audiencia acompañados de unos custodios que, se presume, los ayudaron escapar. Según datos de Excelsior, los reos lograron superar al menos tres obstáculos hasta llegar a la salida, donde salieron con ropa diferente al uniforme del reclusorio y portando unos fólders.
Aunque rompieron una reja y una puerta, nadie se dio cuenta de lo que pasaba. Los custodios fueron arrestados por ayudarlos a escapar. En junio y septiembre de 2016 Miranda y Sánchez fueron reaprehendidos.
2 .- Vestido de mujer
El Palacio de Lecumberri fue una de las prisiones más famosas de México, no solo por los reos que tuvo entre sus paredes sino porque se presumía como una cárcel de alta seguridad. Su historia quedó marcada no solo por las versiones de tortura y tratos inhumanos que se daba a los reos sino porque solo dos personas lograron escapar de ahí: uno lo hizo por medio de un túnel y otro vestido de mujer.
El estadounidense Dwight Worker fue recluido en Lecumberri después de que lo descubrieron traficando cocaína. Luego de varios meses tras las rejas logró salir de prisión el 17 de diciembre de 1975. Su esposa lo ayudó a escapar al brindarle todo lo necesario para que se disfrazara de mujer.
Así, con maquillaje y atuendo, salió de Lecumberri para después viajar a Estados Unidos. Su historia y las torturas que vivió dentro de dicha prisión quedaron plasmados en un libro y fueron retomados por el programa “Preso en el extranjero”, de National Geographic.
3 .- Fuga en helicóptero
Joel David Kaplan era un estadounidense dedicado al negocio de azúcar, aunque siempre se sospechó que trabajaba como agente encubierto para la CIA. Uno de sus socios era Luis Melchor Vidal, con quien no solo mantenía a flote el negocio de la caña de azúcar, sino otros asuntos turbios que involucraban el tráfico de armas.
En 1961, Luis fue supuestamente asesinado. Los elementos policiales encontraron un cuerpo cerca de varios papeles que llevaban su nombre. Su esposa lo identificó plenamente; sin embargo, nunca se hicieron más pruebas para comprobar que efectivamente se tratara de Vidal.
Un año más tarde, Kaplan fue arrestado por dicho asesinato y condenado a casi 30 años de prisión. Ahí comenzaron una serie de intentos por recuperar su libertad, que iban desde cavar un túnel hasta escapar en un camión, pero todos fallaron.
Dentro de la cárcel conoció a Carlos Contreras, un falsificador Venezolano con quien entabló una buena relación y organizó el escape.
Judy, hermana de Kaplan, contactó a contrabandistas y pilotos para ayudar a escapar a su hermano. Tras planear todo cuidadosamente, el 18 de agosto de 1971 un helicóptero aterrizó en el patio de Santa Martha Acatitla, penal donde estaban recluidos.
Los custodios no sabían qué hacer, pues la aeronave portaba los mismos colores que los helicópteros de la policía del Distrito Federal. En 10 segundos Kaplan y Contreras corrieron al helicóptero con garrotes envueltos en periódicos, lo abordaron y huyeron sin que nadie pudiera detenerlos. La aeronave fue encontrada abandonada en Matamoros, Tamaulipas; mientras que de ambos se supo muy poco.
Según información de Reforma, Contreras regresó a Venezuela después de la fuga; mientras que Kaplan aterrizó en Brownsville y se reunió en Estados Unidos con su familia.
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