La Procuraduría General de Justicia capitalina realizó pruebas de rodizonato de sodio a los 10 alumnos que se encontraban en el salón, con el fin de determinar quién disparó el arma que mató a Aideé Mendoza, estudiante del CCH Oriente.
Sin embargo, ninguno dio positivo, por lo que aún no esclarece el móvil ni ha logrado ubicar a la persona que accionó el arma calibre 22. Hasta ahora hay dos líneas de investigación: una agresión directa o un accidente.
De acuerdo con las declaraciones que dieron los estudiantes, primero escucharon una detonación muy tenue y posteriormente Aideé se desvaneció. Ante esto, la PGJ no descarta que la bala proviniera de otro punto, pero del interior del plantel.
En conferencia de prensa, la procuradora Ernestina Godoy señaló que de acuerdo con la necropsia, la bala entró por la espalda, perforó su costilla derecha y se alojó en su abdomen.
El arma que mató a Aideé Mendoza
Peritos de la Procuraduría determinaron que el arma que impactó el tórax de la joven era calibre .9 milímetros, además consideraron que fue una bala perdida y que el proyectil provino de por lo menos una distancia de 300 metros, lo que concuerda con las declaraciones de sus compañeros de aula, quienes aseguraron que escucharon una detonación muy tenue.
El pasado lunes 29 de abril, Aideé recibió un disparó cuando estaba tomando clases en una de las aulas del CCH Oriente, posteriormente fue trasladada al hospital de Zaragoza del ISSTE en donde falleció.
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