A contraesquina del lugar donde ligaba Adonis García en El Vampiro de la colonia Roma, en la Zona Rosa de CDMX, se encuentra Somos Voces, la librería LGBT más antigua y más grande de América Latina.

Con ese dato, Ernesto Reséndiz, integrante del colectivo que organiza este espacio cultural, resume la esencia de la librería. Aquí la comunidad puede encontrar historias con las que se identifique. No solo porque son escritas por autores de la diversidad sexual, sino también porque las tramas de muchos de los títulos transcurren en el mismo espacio que habitamos: las calles de la Ciudad de México.

“No solamente somos una librería LGBT. Somos un centro cultural LGBT donde ocurren actividades simultáneas a lo largo de todo el día”, aclara Ernesto.

Presentaciones de libros, círculos de lectura, gastronomía, actividades lúdicas, grupos de apoyo, shows drag y mucha fiesta convergen en el número 23 de la calle de Niza.

Fiesta y cultura LGBT

La Librería Somos Voces desafía dos estereotipos errados sobre la lectura: la idea de que “la gente no lee” y que “hoy en día la literatura se consume en formato digital”.

Ernesto reconoce que para una librería es todo un reto lograr que el público se interese en la lectura. Sin embargo, la clave está en la forma de enfrentar ese reto.

“Es un reto importante porque a las comunidades LGBT, sobre todo a la comunidad gay, les gusta la fiesta. Les gustan los bares y el reventón. Entonces, Somos Voces también se ha abierto a la vida noctura”, explica.

Aquí se puede venir a tomar un café, a echarse una cerveza, a disfrutar de musica y arte drag y, de paso, llevarse una novela, un cuento erótico o un poemario queer.

“No necesariamente nuestras comunidades se van a acercar espontáneamente. Hay que pasar de la fiesta a otros modos de entretenimiento, como es la cultura. La cultura no es aburrida aquí”, comenta Ernesto.

Pero además, Somos Voces es un espacio seguro cuya existencia ilustra la importancia de la presencialidad frente a lo online. La premisa es que ante las vulnerabilidades que enfrentan las poblaciones LGBT, se necesitan espacios para convivir y hacer comunidad.

“Queremos que los significados de la comunidad LGBT sean celebratorios, con significado de fiesta. Pero además, entendemos que somos un centro cultural en donde además de fiesta debe haber un espacio seguro para las personas que quieren tener referentes de la memoria y de la historia LGBT. Tenemos espacios seguros para la discusión y la reflexión personal y colectiva de lo que significa una lucha que inició desde la década de los 70 aquí en México”.

Para esa reflexión, el vehículo perfecto son los libros:

“No solo estamos en la fiesta. Pertenecer a la comunidad LGBT también es una reivindicación de derechos, y los libros permiten hacer esa reflexión política”.

Libros LGBT para infancias, para juventudes y para todes

Los cerca de 2000 títulos con los que cuenta Somos Voces convierten a este lugar en la librería LGBT más grande de América Latina. También es la más antigua, al menos entre las que siguen existiendo y resistiendo. Nació como un sitio para la venta de libros online para satisfacer la demanda de literatura sobre diversidad sexual. Poco a poco fue creciendo hasta abrir sus puertas en 2009 bajo el nombre de Voces en tinta. En este 2024, el 27 de agosto, cumple 15 años de historia.

En su acervo hay literatura para todas las letras del acrónimo LGBTTTIQA+.

“Tenemos literatura gay, literatura sáfica-lésbica y estudios de género. También tenemos una sección de novelas, comics y literatura erótica. Además, hay literatura infantil, juvenil, trans y estudios LGBT. Nuestro catálogo ofrece las novedades y también las obras clásicas del mercado editorial en lengua española y también tenemos títulos en inglés”, presume Ernesto.

Uno de los estantes que más llaman la atención es el de la literatura LGBT para infancias:

“Hay familias de que vienen con la intención de que sus infantes tengan referentes literarios donde la diversidad sea parte de una historia cotidiana que se narra en los libros. Por ello tenemos desde cuentos infantiles hasta libros que hablan de derechos de las infancias”.

Los títulos de esta sección, explica Ernesto, reafirman la forma en que la diversidad sexual y afectiva existe de manera cotidiana en nuestro entorno:

“Los niños y niñas abrazan la diversidad de una manera generosa y natural. El odio y los prejuicios vienen más bien por una socialización heteronormativa”, comenta.

En el mismo sentido, en la librería Somos Voces también hay títulos dirigidos a las juventudes, que atraviesan otra etapa en el desarrollo de su personalidad:

“Para lectores adolescentes que están descubriendo su sexualidad, que están construyendo su identidad a partir de su deseo y que tienen muchas dudas, tenemos mucha oferta de novela juvenil” relata Ernesto.

Como ejemplo cita el caso de Heartstopper, el cómic de Alice Oseman en el que se basa la serie de Netflix sobre un romance adolescente. Se trata de uno de los títulos más demandados junto con Tengo que morir todas las noches, la novela de Guillermo Osorno en la que se basa la nueva serie de Paramount.

Literatura y memoria histórica de la comunidad LGBT en CDMX en la librería Somos Voces

Tengo que morir todas las noches es una novela cuya trama retrata el mundo underground de los bares LGBT de Zona Rosa en la década de los 80.

Otro libro cuya trama ocurre en la Zona Rosa es El vampiro de la colonia Roma, de Luis Zapata.

“Aquí en contraesquina, en la calle de Niza, estaba el Sanborns que era uno de los lugares donde ligaba Adonis García, en El vampiro de la colonia Roma”, cuenta Ernesto al tiempo que señala el lugar apuntando hacia la puerta de la librería.

En ese sentido, muchos títulos de la librería Somos Voces ofrecen al público la posibilidad de recorrer la memoria histórica LGBT de CDMX.

Amora, de Rosamaría Roffiel, también tiene una trama que transcurre en la CDMX, exactamente 10 años después que el libro de Luis Zapata.

Además, está El clóset de cristal, de Braulio Peralta. “Es un retrato de Carlos Monsiváis y Salvador Novo, los dos grandes cronistas de la Ciudad de México, explica Ernesto. A propósito del segundo, también está Salvador Novo, navaja de la inteligencia, una biografía del escritor realizada por una de sus alumnas, Reyna Barrera.

Para el público lésbico, Ernesto recomienda Fotografías instantáneas. Se trata de un libro de cuentos lésbicos de Artemisa Téllez que transcurren en la CDMX de la primera década de los años 2000. Similar, pero para el público gay, está De sedientos seres. Una historia social del homoerotismo masculino. Ciudad de México, 1917-1952, de Nathaly Rodríguez.

Y finalmente, otra recomendación de Ernesto es Crucé la frontera en tacones, donde la activista trans Alexandra Rodríguez cuenta la historia de su transición y de su migración desde CDMX hasta el mundo chicano de Estados Unidos.

“Podemos ir descubriendo los cambios que ocurren en CDMX y cómo los libros van registrando la memoria de la ciudad. Los libros tienen la posibilidad de recuperar la memoria urbana”, reflexiona Reséndiz.

¿Qué actividades hay en la librería Somos Voces?

Además de librería, Somos Voces tiene una cafetería donde los visitantes pueden comer una comida corrida, echarse un postre o tomarse una cerveza.

Asimismo, hay un foro cultural donde hay espectáculos artísticos y musicales, así como shows de drag.

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El espacio también funciona como una galería donde artistas de la comunidad LGBT presentan sus trabajos.

En total son más entre 70 y 80 eventos al mes los que se organizan en este espacio. Entre ellos:

• El club de lectura LGBT Aquelarre de tinta, que se reúne todos los sábados
• Las Reuniones de El taller, donde los martes a las 21:00 horas se presentan libros e iniciativas culturales
• Reuniones de un grupo de atención a personas que viven con VIH y sus familias, todos los martes
• Miércoles de divulgación científica con perspectiva LGBT
• Reuniones de mujeres LGBT los domingos
• Noches de juegos los lunes y miércoles