¿Te has preguntado de dónde viene el agua potable de la Ciudad de México? Mientras tú solo abres la llave, hay gente en Iztapalapa, Xochimilco y otras partes de la CDMX, que no tienen ni una gota y deben comprar pipas, garrafones o incluso transportar el líquido en cubetas y tambos con ayuda de burros para cubrir sus necesidades.
Alrededor de 15% de la Ciudad de México sufre falta de agua, situación que afecta a cerca de un millón 300 mil personas, de acuerdo con estimaciones hechas por Ramón Aguirre, exdirector del Sistema de Aguas de la CDMX.
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“Siento que es muy difícil que valores, que recicles agua, como la gente que no la tenemos”, acusa Sonia Hernández, una habitante de Tetacalanco, comunidad situada en Xochimilco.
Sin embargo, la falta de agua no es exclusiva de colonias y comunidades de la ciudad. Habitantes de pueblos cercanos al Sistema Lerma-Cutzamala, que provee 30% del líquido que llega a la capital del país, también se han tenido que acostumbrar a vivir con escasez de agua, a pesar de que sus casas están a unos cuantos metros de los ríos y lagos que suministran agua a la CDMX.
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¿De dónde viene el agua potable que usamos los chilangos?
La Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) —una de las urbes más grandes del planeta, con 21.01 millones de habitantes, de acuerdo con datos de 2014 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)— recibe el líquido de tres fuentes principales: alrededor de 70% se obtiene de pozos de extracción subterránea, que se calcula son entre 400 y 600 en las distintas alcaldías, y el resto se obtiene principalmente del Sistema Lerma (administrado por el gobierno de la CDMX) y del Sistema Cutzamala (administrado por la CONAGUA).
El sistema Lerma-Cutzamala es una de las obras de ingeniería hidráulica más complejas que se han realizado en el mundo, puesto que su infraestructura inicia en Michoacán y luego pasa por el Estado de México para, finalmente, llegar a la CDMX, gracias al trabajo de seis plantas de bombeo (las más grandes de América Latina, según datos del gobierno federal)y de una potabilizadora, que se localizan en sus más de 330 kilómetros de canales abiertos, túneles y acueductos.
Esta red se alimenta con agua de lluvia de siete presas y cada segundo bombea con destino a la ZMVM 16 metros cúbicos de líquido, que equivalen a 16 tinacos de mil litros como esos negros que adornan las azoteas chilangas.
Sin embargo, la operación del Lerma-Cutzamala tiene un alto costo económico, social y ambiental.
Al tener su origen a unos 150 kilómetros de la ZMVM, cada año se deben destinar más de 3,000 millones de pesos para su operación debido a los costos de bombeo y distribución de líquido.
Además, debido a la necesidad de bombear el agua a más de 1,100 metros de altura, el sistema consume 2,280 millones de kilowatts cada hora, el equivalente a la energía que gasta una ciudad como Toluca, en el Estado de México, donde habitan unas dos millones de personas.
Por si fuera poco, 40% del agua que corre por las tuberías del Lerma-Cutzamala se pierde debido a las fugas en el sistema, el cual solo cubre a unos, puesto que los habitantes de las poblaciones aledañas sufren escasez de agua.
Ahora que sabes de dónde viene el agua potable que abastece a la Zona Metropolitana del Valle de México, es necesario que reflexiones sobre la responsabilidad de generar una cultura por el cuidado del líquido.
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Nota del editor: Esta nota se publicó originalmente el 3 de noviembre de 2018 y fue editada el 10 de junio de 2019.