Tenemos la percepción que comer sanamente implica mucho dinero, pero ¿cuál es el costo de una alimentación saludable?, ¿realmente es tan caro como pensamos?
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La pandemia por covid-19 y los riesgos que implica para las personas con obesidad puso (otra vez) al descubierto una verdad que duele: 96 millones de los 126 millones de mexicanos tienen sobrepeso, enfermedad que causa 300 mil muertes al año, según cifras del Instituto Nacional de Salud Pública.
Datos del INEGI estiman que en seis años (de 2012 a 2018) el porcentaje de mexicanos mayores a 20 años que padecen obesidad y sobrepeso subió de 71.3% a 75.2%.
En julio pasado, la Secretaría de Salud federal informó que 30 mil de las 41,190 personas (73%) fallecidas hasta el 23 de julio a causa de covid-19 padecía, al menos, alguna comorbilidad como obesidad, diabetes, o hipertensión.
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Durante esa conferencia, el doctor Ruy López Ridaura, director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), detalló que 43% de las personas fallecidas tenía hipertensión, 38% diabetes y 25% obesidad y que una persona puede padecer al mismo tiempo varias de esas comorbilidades.
Por esa razón es importante hablar sobre cómo comer sanamente y acabar con el mito sobre el costo de una alimentación saludable.
“No tienes que comprar alimentos carísimos. En el mercado hay varios alimentos elevados en costo pero no necesariamente tienes que comprarlos, puedes elegir algo básico y tener una buena alimentación”, asegura Natalia Trujillo, licenciada en nutrición humana.
Deborah García —química, divulgadora científica y escritora— coincide con Salas al señalar que se puede llevar una dieta saludable sin productos como chía o quinoa y agregó que la exposición constante a productos como superalimentos o alimentos detox genera la falsa sensación de que son necesarios.
Natalia Salas explica que alimentarse mejor no es caro y que a largo plazo puede ser más costoso llevar una alimentación poco saludable.
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De acuerdo con la especialista, el costo de una alimentación saludable debe verse como una inversión a futuro: “En general, vamos al doctor o al nutriólogo cuando ya tenemos alguna enfermedad o condición y no debe ser así, hay que cuidarnos desde antes”, dice.
A principios de febrero, Antonio Domínguez acudió con un nutriólogo. El diagnóstico fue desolador. El joven estaba 40 kilos arriba de su peso ideal y necesitaba hacer dieta.
Uno de los menús saludables para Antonio consistía en 150 gramos de filete de pescado, un jitomate, dos tortillas, un platano, la mitad de un aguacate y 180 gramos de frijoles.
Adquirir esos alimentos representa un costo de 43.90 pesos, de acuerdo con el sitio web de la Central de Abastos. En cambio, una comida corrida para una persona tiene un costo de entre 50 y 70 pesos en promedio.
Gracias al cambio en su alimentación, Antonio comenzó a perder kilo y medio a la semana. Aunque aún no llega a su peso ideal, el joven esta convencido que debe ser constante en sus nuevos hábitos para ser más saludable.
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¿Por qué comemos mal?
El ritmo de vida y la exposición a alimentos procesados influyen en nuestra alimentación.
“Es algo complejísimo. El doctor Simón Barquera comentaba que la mala alimentación está relacionada con un contexto en el que las familias trabajamos más, entonces hay menos tiempo para cocinar. Los alimentos saludables requieren organización, esfuerzo, tiempo y espacio.
“Tenemos un ambiente que nos pone alimentos ultraprocesados de manera rápida, que son baratos y que están disponibles en todos lados”, detalla la doctora Ana Carla Cepeda López, académica de la Universidad de Monterrey.
Cambiar los hábitos alimenticios, coinciden los especialistas, debe realizarse de manera gradual. Por ejemplo, en vez de tomar café tres veces al día, puedes tomarlo solo dos veces o tomarlo sin azúcar. Si tomas mucho refresco, puedes sustituirlo poco a poco con agua o diluirlo. Si lo tuyo es comer comida procesada, puedes comenzar bajando el númerode veces que lo haces.
“Lo importante es ser realista, que no te exijas tanto, que empieces a entender dónde estás y desde ahí empezar. Hay que creer en el potencial de que los cambios se pueden hacer y que aunque sean pequeñitos tienen un impacto en nuestra salud. Para unas personas sí implica chía y leche de almendra, pero con comer muchas verduras estás comiendo saludable y eso no es caro, pero requiere esfuerzo”, detalla la doctora Cepeda.
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Otra recomendación para mejorar tus hábitos alimentarios es establecer un día para comprar y cocinar la comida de toda la semana. Lo recomendable para comprar productos de calidad, frescos y a bajo costo es acudir a mercados sobre ruedas o a la Central de Abastos para comprar frutas y verduras de temporada, carne, pollo, pescado, así como semillas y frutos secos a granel para las colaciones.
Natalia Salas explica que esta pandemia es “un llamado de atención para todos, para el sistema de salud, de que los mexicanos no estamos en buenas condiciones, nos hemos visto lentos en el sistema de salud para detener el avance en obesidad”.