En CDMX existe un simulador de desastres donde se entrena a perros rescatistas para buscar personas en caso de sismos.
Escombros, edificios sepultados, autos volcados, camiones en precipicios, escaleras y túneles forman parte de este escenario único en América Latina. Aquí han venido a capacitarse y a hacer pruebas binomios caninos de todo el país, incluidos los del Ejército y la Marina. También equipos internacionales de rescatistas.
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“La finalidad de tener tantas cosas es que el perro y el manejador tengan en su cabeza la mayor cantidad de experiencias”, explica Julio Velázquez, coordinador de la Unidad Canina de Búsqueda y Rescate de Personas de la UNAM, también conocida como Unidad K9.
Así es el simulador de desastres de la UNAM
El simulador de desastres pertenece a la Dirección General de Análisis, Protección y Seguridad Universitaria (DGAPSU) de la UNAM.
Se trata de un espacio que imita una zona de escombros. Pero debajo de esos escombros se ocultan escenarios más complejos. A dos metros de profundidad se encuentran cinco módulos interconectados por una red de túneles de 50 metros. Cada módulo simula ser un cuarto.
Los entrenadores ingresan a los módulos por debajo de la superficie, a través de los túneles. Luego se ocultan y los perros rescatistas los buscan con el olfato desde encima de los escombros.
“Los perros no realizan el rescate. Ellos encuentran a través del olfato a personas debajo de los escombros y avisan de su presencia a través de ladridos para que posteriormente se haga el rescate”, explica Julio.
El simulador incluso cuenta con una estructura que imita un edificio de tres pisos y un sótano. En uno de sus ejercicios, la Unidad Canina de Búsqueda y Rescate de Personas recrea un escenario donde es necesario bajar a un perro hasta el sótano a través de una polea para detectar si hay personas atrapadas.
Perros y rescatistas preparados para todo
Por su parte, los manejadores de los perros aprenden rapel y primeros auxilios. También aprenden a realizar la demolición de muros que se tienen que remover para rescatar a una persona que ya fue localizada.
Julio explica que la idea de este simulador tan complejo es que los binomios caninos estén familiarizados con el mayor número de escenarios de emergencia que se pueden presentar:
“Si tú tienes un escenario variado, el perro va a tener muchas experiencias. Va a saber bajar, va a saber subir, va a utilizar una escalera de metal, una escalera de rejilla, saber bajar una escalera de caracol o subirla o que tú lo subas con un arnés”.
Orgullo nacional con experiencia internacional
La Unidad Canina de Búsqueda y Rescate de Personas de la Dirección General de Análisis, Protección y Seguridad Universitaria (DGAPSU) surgió tras la tragedia de 1985.
“Después del sismo de 1985, en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, un grupo de veterinarios se dieron cuenta de que no teníamos unidades caninas de búsqueda y rescate en México. Entonces, empezaron a hacer los primeros pasos de adiestramiento de algunos perros”.
Durante los primeros años, la labor fue complicada, pues no se contaba con suficiente conocimiento sobre cómo adiestrar perros para la búsqueda de personas. Por ello, la unidad buscó asesoría de equipos extranjeros. Luego, se afilió al Organismo internacional de Equipos de Búsqueda y Rescate.
Casi cuatro décadas después, esta unidad es ahora la que brinda asistencia en caso de tragedias ocurridas en otros países. Apoyan en todo tipo de casos: desde la búsqueda de personas que se pierden en los cerros hasta huracanes, situaciones como la explosión del Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa o la de la Torre de Pemex. También en derrumbes como el del Cerro del Chiquihuite y, por supuesto, en el sismo de 2017 en CDMX.
Pero uno de sus trabajos más complejos fue cuando viajaron a apoyar en el sismo y tsnami de 2011 en Japón:
“Nosotros le llamamos el desastre perfecto porque fue una concatenación de muchos fenómenos. Inicio con un sismo. Siguió un tsunami que causó más afectación que el propio sismo y terminó con una situación impensable, que era el desastre nuclear”, recuerda Roberto Genis, jefe del Departamento de Análisis y Protección de Riesgos de la UNAM.
Convierte a tus perros en rescatistas
Aunque este simulador pertenece a la UNAM, su complejidad de escenarios ha hecho que aquí vengan a practicar unidades y binomios caninos de todo el país. De hecho, aquí también se realizan pruebas de certificación para los binomios donde acuden jueces internacionales.
Por otro lado, la Unidad Canina de Búsqueda y Rescate de Personas de la UNAM está abierta a todo el público. Actualmente está conformada por 33 perros y 30 personas.
Muchos de los integrantes son voluntarios que se acercaron a la unidad con sus propios perros. Juntos, humano y perro, se pueden capacitar como rescatistas.
Aunque tiene que pasar por un proceso de selección, no existen restricciones para que un perro pueda integrar un binomio de búsqueda y rescate. Incluso pueden ser perritos de raza pequeña, pues eso les permite maniobrar mejor con poco espacio. La edad tampoco es impedimento.
Aunque eso sí, se requieren alrededor de dos años y medio de entrenamiento para que tanto un perro como su manejador estén capacitados para apoyar en un desastre real.
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