Resguardarse en casa trajo consigo cambios de hábitos, sobre todo para quienes disfrutan la actividad física. Las consecuencias pueden ser graves para su salud al provocar cambios en el cuerpo durante el confinamiento.
Subir las escaleras lo agita. Aunque Alexis no tiene vicios, la comida se convirtió en un problema, sobre todo porque dejó de correr y durante la cuarentena no fue al gimnasio. Por el encierro cambiaron sus hábitos, su estado físico, su salud y notó cambios en el cuerpo durante el confinamiento.
En la primera semana de inactividad perdió capacidad aeróbica; en la segunda disminuyeron su capacidad cardiaca y su fuerza muscular, y la grasa ganó terreno. Después del primer mes, el descanso y el sueño se alteraron, subieron sus niveles de estrés y se lentificó su metabolismo.
En los siguientes tres meses cambiaron algunas funciones de su cuerpo. Cuando pasó medio año, se hizo sedentario. Ha subido de peso un kilo por mes en promedio, y de no atender su sedentarismo corre riesgo de sufrir insomnio, hipertensión, diabetes, obesidad y, en general, cambios en el cuerpo durante el confinamiento, entre otras patologías.
“La inactividad predispone a tener enfermedades metabólicas severas. El riesgo de padecerlas aumenta un 50 por ciento. La gente con vida sedentaria tiende a sufrir enfermedades del corazón, diabetes, Alzheimer y cáncer con probabilidades arriba del 20 por ciento”, revela el ortopedista y corredor Alfonso Minaya, quien agrega a la lista de padecimientos las de tipo psicológico, como ansiedad y depresión.
Alexis no se siente motivado y su entorno es el mismo desde que se confinó: “No veo a compañeros de trabajo, casi no salgo a la calle, a veces no me arreglo tanto para el home office”, reconoce.
“Durante la cuarentena pasamos por síntomas de ansiedad y depresión por el poco estímulo que tenemos —explica la maestra Margarita Cerviño, psicóloga del Comité Olímpico Mexicano—, y hacer ejercicio ayuda a que el cerebro segregue sustancias favorables a nuestro estado de ánimo, como serotonina y dopamina”, agrega.
Ahora Alexis desea comerse algo más: el mundo, pero con ejercicios de alto impacto para recuperar su salud y motivar nuevos cambios en el cuerpo durante el confinamiento (el tiempo que quede). Su regreso a la actividad física debe ser paulatino, asegura Minaya: “Debe hacerse primero un check up y consultar a un entrenador para acondicionar sus ejercicios”.