Emiliano fue diagnosticado con leucemia linfoblástica de alto riesgo en septiembre del año pasado. Desde entonces, su familia gasta al menos tres mil pesos al mes para conseguir los medicamentos que el niño de cuatro años necesita.
Al principio, la familia pudo solventar los gastos. Sin embargo, el desabasto de medicamentos contra el cáncer encareció las medicinas que requería el menor.
¿Qué trae y cómo obtener la despensa de Mi Beca para Empezar?
Hace un año, sus familiares compraban la Citravina en 400 pesos. Actualmente, ese medicamento les cuesta dos mil pesos.
“Por el desabasto, hay gente que se aprovecha y uno no puede hacer nada. Haces hasta lo imposible para conseguir el medicamento para que tu hijo reciba la quimioterapia como debe”, explica Brenda, madre de Emiliano.
En tres meses, los ahorros de la familia se esfumaron. Además, el papá de Emiliano prácticamente se quedó sin trabajo, puesto que el cierre de oficinas, la falta de clases presenciales y la reducción de la movilidad en la CDMX durante la pandemia por covid-19 impactaron sus ingresos como taxista.
En una de las consultas en el Hospital del Niño de Toluca, en el Estado de México, Brenda conoció a personal de la Fundación ANA (Ayuda a Niños con Amor), quienes les ofrecieron la posibilidad de enseñarles a elaborar Amigos Guardianes, unos muñecos hechos con dos calcetines, con el fin de que pudieran venderlos y obtener dinero para el tratamiento de su hijo.
Ella no lo pensó dos veces y aceptó. En seis meses que lleva elaborando Amigos Guardianes, la mujer ha vendido 98 muñecos, que le han servido para comprar dos frascos de medicamento para la quimioterapia de Emiliano.
¿Cómo y dónde recoger la despensa de Mi Beca para Empezar?
Cada uno de los Amigos Guardianes cuesta 120 pesos, de los cuales 80 son para el tratamiento del niño, mientras que el resto es para la Fundación, que destina esos recursos a la adquisición de materiales para los muñecos.
¿Cómo nacieron los Amigos Guardianes?
Este proyecto, también conocido como Ángeles Guardianes, surgió en 2016. Una voluntaria de 12 años tuvo la idea de hacer muñecos para el Día del Niño.
Posteriormente, la Fundación comenzó a hacer los muñecos y cuando inició el desabasto de medicamentos contra el cáncer y con el empeoramiento de la pandemia por covid-19 organizaron talleres para capacitar a mades y padres y que ellos pudieran hacer estos muñecos, venderlos y conseguir recursos.
Fernando Durán Rosas, director de la Fundación, explica que el proyecto ha tenido buena respuesta. “Una mami se organizó con su familia y vino por material para hacer 100 muñecos”, detalló.
La idea, cuenta Fernando, es que los familiares de los menores vendanlos muñecos entre sus vecinos o conocidos, pero si no logran comercializarlos, pueden solicitar la ayuda a la Fundación, que les ayuda en la venta.
Niños genio, el superpoder de la mente
Si quieres comprar uno de los Amigos Guardianes, puedes mandar mensaje directamente al Facebook de la Fundación ANA o acercarte a una de las mamás, como Brenda, quien tiene una página a nombre de Emiliano.
Es necesario que sepas que no se hacen envíos por paquetería, pero siempre te dan la opción de encontrarse en un punto intermedio para hacer la entrega de los Amigos Guardianes.
Una lucha de 5 años
Aunque Emiliano ha respondido de manera satisfactoria a los medicamentos, su tratamiento es por 5 años. Como su enfermedad es de alto riesgo, existe la posibilidad de que en cualquier momento pueda recaer, por lo que el camino para su recuperación aún es largo.
Para enfrentar esta situación, además de los Amigos Guardianes, tú puedes apoyarlo en su lucha contra la enfermedad con donativos de medicamentos o despensa. Incluso aceptan artículos que puedan vender. Hace un par de semanas, una persona les donó galletas y zapatos.
Ante el desabasto de medicamentos contra el cáncer, Brenda también se ha dado a la tarea de apoyar a otros niños, principalmente del Estado de México y de la CDMX, pues ella sabe lo que cuesta tener a un familiar enfermo.
En el caso de la Fundación se puede ayudar a través de donativos económicos. “Me gustaría que la gente entienda que este es un esfuerzo, no es que yo compre un Ángel Guardián, es que yo adquiera un compromiso moral. Ese Ángel Guardián tiene nombre, se llama Alberto, se llama Pedro, lleva el nombre de cada niño. El compromiso es ayudar a alguien para que siga luchando por su vida”, dice Fernando Durán.