A través del hashtag #AcosoEnElMetro, decenas de usuarias denunciaron y relataron casos de acoso sexual en el Metro, que diariamente enfrentan aún en los vagones reservados.
Todo comenzó con la denuncia de Cynthia Híjar, quien fue expulsada por policías de un vagón tras solicitar que bajaran a un hombre que viajaba en el vagón exclusivo. En un video publicado en redes sociales, la usuaria exhibió la respuesta del policía ante su petición.
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Ayer solicité a una policía en el metro que le dijera a los hombres en el vagón exclusivo que respetaran dicho vagón. Eran 3 hombres y a la que intentó sacar esta policía fue a mí. @SSP_CDMX @MetroCDMX @Cimacnoticias @InmujeresCDMX @SSPhttps://t.co/p04opryNbO
— Feminasty (@CynthiaHijar) August 28, 2018
Por solicitar que se respeten los vagones exclusivos soy agredida por una policía y me amenazan de muerte en redes. Creemos espacios libres de violencia ya @sopitas @prensacimac @Pajaropolitico @Antesde_Eva @lasillarota @Claudiashein @M_OlgaSCordero @tatclouthier @AristeguiOnline https://t.co/S8ufvJGt7u
— Feminasty (@CynthiaHijar) August 30, 2018
Otras usuarias del Metro se unieron a Híjar y comenzaron a relatar sus casos, en los que describen cómo han sido agredidas sexualmente por hombres en el Sistema de Transporte Colectivo y resaltar la importancia de que los hombres respeten los vagones exclusivos para mujeres.
Esta disposición, está estipulada en la Ley de Movilidad del Distrito Federal; en el artículo 230 se aclara lo siguiente: “Se prohíbe a los usuarios del servicio público de transporte masivo de pasajeros:
XIX. Viajar en zonas exclusivas para usuarios con discapacidad, personas adultas mayores y mujeres, cuando la persona usuaria no se encuentre dentro de esa condición específica, en el Sistema de Transporte Colectivo ‘Metro’, viajar en los vagones exclusivos para mujeres y niños menores de 12 años y/o ocupar los asientos reservados para personas con discapacidad adultos mayores, mujeres embarazadas o con menor en brazos”.
Aquí algunos de los relatos de acoso sexual en el Metro
#AcosoEnElMetro la más traumática fue al abordar el vagón en L9. Había mucha gente y cuando abrieron las puertas me metieron la mano hasta la pelvis y con fuerza restregaron sus dedos en mi entrepierna. Volteé y todos se hacían pendejos. Me bajé avergonzada @MetroCDMX
— Bur (@dayzu_) September 3, 2018
Un wey con su mochila se puso en frente de mi, metió sus dedos en mi entrepierna y me quedé shock, iba sola y no sabía que hacer después reaccione y le di un golpe, se enojó y se cambió de vagón, nadie me defendió y si iba en el vagón de mujeres
— Fer Bacho
(@maferbacho) September 3, 2018
https://twitter.com/PaolaEsRara/status/1036658082212978688
Mi primer #AcosoEnElMetro fue a los 11, iba en el metro con mi mamá, en hora pico, logré alcanzar un lugar que daba al pasillo, un tipo restregaba una y otra vez su pene contra mi brazo y cuello, por miedo no dije nada.
— M. Belcampo. (@santabebedora) September 3, 2018
#AcosoEnElMetro hace años antes de que separan los vagones, tenía un trabajo donde el uniforme era falda y como soy alta me quedaba de mini. Tenía prisa por llegar así que me subí sin pensar al vagón del metro, entre todos me empujaron hacia la otra puerta y en un tris me
— Monina (@MoninonaSweet) September 2, 2018
Cuando tenía 12 años venía sentada y un señor muy mayor restregaba su pene en mi brazo, gente se dio cuenta pero no hizo nada. Hubiera dado lo que fuera por que alguien me hubiera ayudado #AcosoEnElMetro @MetroCDMX
— DemiGorgona (@nasniaoceransky) 1 de septiembre de 2018
#AcosoEnElMetro La primera vez que me agarraron la nalga en @MetroCDMX tenía como 13 años. Se ha repetido a lo largo de toda mi vida. La última fue hace como dos años y los de @SSP_CDMX me pidieron más datos a mí que al agresor ?
— Tamara D. (@plaqueta) 1 de septiembre de 2018
Mi último #AcosoEnElMetro fue hace un mes. Habían pasado 5 trenes llenos y al mandar uno vacío, toda la gente se aventó. Pude sentir a varios manoseándome, mientras me empujaban para entrar al vagón. Al rededor estaban puros hombres. Algunos reían. Me sentí sumamente impotente
— Karen Ballesteros (@imkarenbg) 1 de septiembre de 2018