Un vistazo casual a los comentarios en las redes sociales de la próxima edición del Warped Tour en México, que se llevará a cabo el próximo sábado 27 de mayo en el Centro Dinámico Pegaso, muestra que hay muchos inconformes con lo que se ha anunciado del line up.
No es difícil ver el porqué de las quejas. Alrededor de 90 bandas tocan cada año en el festival rodante en los Estados Unidos, algo prácticamente imposible de replicar en México. Inclusive tomando en cuenta esto, los posibles asistentes se quejan de la falta de la verdadera esencia del festival.
Warped Tour comenzó en 1995 en la época en la que Lollapalooza era también una gira en vez de un festival anual en una sola ciudad. El festival fue fundado por Kevin Lyman, quien lo concibió como una ocasión para unir el skateboarding con la música.
La cultura del skate ha estado ligada con el punk desde finales de los 70 y hacer un evento en donde se conjuntaban ambas era la idea más inevitable del mundo. El Warped Tour no buscaba tener un artista enorme como headliner, sino bandas que más veces aparecieran en compilados de VHS de patinetos haciendo suertes.
Los 90 fueron una época de oro para el punk melódico, estilo cuyo linaje va desde los primeros discos de los Ramones y siguió a través de los grandes sencillos de los Buzzcocks para convertirse en una tradición.
Bandas como Rancid, NOFX y Pennywise, así como decenas de otros grupos que firmaban con disqueras como Epitaph, Fat Wreck Chords y Kung Fu, eran inmensamente populares por sus grandes coros, guitarras distorsionadas y baterías hiper rápidas. Adicionalmente, el hip-hop, ska y el naciente nu metal también tenía un lugar en el corazón de los fans de los ollies y por eso figuraban en los carteles anuales.
El Warped Tour nunca ha parado y a través de la década pasada incorporó géneros como el emo, screamo y deathcore para satisfacer a nuevas generaciones que buscaban la emoción que sólo el Warped Tour ofrecía. Hoy en día aún se pueden ver algunos de los nombres de las bandas que tocaban en los 90, pero el enfoque musical es otro.
Claro, en México hasta ahora han anunciado a Strung Out, Anti-Flag y Tsunami Bomb —aunque tristemente sin Agent M en la voz—, también, un poco menos ortodoxos, están Incubus, Hatebreed y los controversiales Good Charlotte, pero el festival está dominado por bandas como Bullet For My Valentine, Never Shout Never y Attila, bandas jóvenes que tienen poco o nada que ver con lo que inició el movimiento del Warped Tour.
En ese sentido, el frente nacional trae algo más clásico con División Minúscula, Gula y Sputnik figurando en el lineup; así como favoritos más recientes como Cardiel (de Venezuela), Joliette y los Bluejays.
El verdadero meollo del Warped Tour no es el punk sino la juventud, aquella generación que busca la música como su única salida, el soundtrack para el descubrimiento del mundo y todo su potencial; los corazones rotos, amistades destruídas y risas interminables. Es para ellos el Warped Tour, los demás podremos revivir esa sensación en un par de ocasiones ese sábado en Toluca.