Objekt, el dj que construye montañas rusas en las tornamesas
Quienes han escuchado uno de sus sets, saben que Objekt puede llevar la pista de baile entre tempos y géneros de forma vertiginosa. El viernes toca en CDMX.
Por: Jesús Pacheco
En 2014, Objekt visitó la Ciudad de México por primera vez para tocar en el FotoMuseo Cuatro Caminos como parte de Mutek. La noche que se hizo cargo de las tornamesas comenzó de manera intensa y fue acelerando los vinilos hasta hacerlos girar a 150 bpm. Fue un set cargado de adrenalina y de múltiples ritmos. Pronto sabríamos que ese era su estilo característico: desplazarse vertiginosamente entre géneros como acid house, techno, drum’n’bass… para crear momentos de tensión que incitan al baile.
Con ese dj set, Objekt consiguió hacerse de decenas de nuevos fans, que no solo bailaron del primero al último track y comprobaron en pies y oídos propios que se trataba de uno de los proyectos con más visión de futuro provenientes de Berlín –aunque es inglés y nació en Japón—, sino que se encargaron de contagiar la urgencia por seguirle la pista a ese fichaje –entonces reciente– de PAN, el sello de Bill Kouligas.
Todos ellos, más los seguidores que Objekt haya acumulado en los tres años que separan aquella visita de la siguiente, el viernes 15 de septiembre, para presentarse en la Ciudad de México, se darán cita en la fiesta coorganizada por Fascinoma y Prototipo. En ella podremos escuchar a Objekt armar nuevamente en un set dinámico, afilado, laberíntico… Aventurero, como le llama él en la entrevista que nos ha respondido.
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Cuéntanos la historia detrás de Flatland, tu álbum debut como productor. ¿Qué deseabas explorar en él? He leído que hay una referencia específica detrás del nombre: un libro del siglo 19 que tiene como personajes a figuras geométricas. Cuéntame un poco sobre la relación entre el libro y tu disco.
La idea detrás del álbum es que ciertas referencias y ciertos sonidos dan la impresión de ser la misma situación pero vista desde muchos ángulos diferentes a la vez. Es la idea de un objeto extraño con muchos lados distintos que también proyectan muchas sombras distintas. En el libro del que tomé el nombre todo tiene lugar en un mundo bidimensional. Los personajes del libro son formas de dos dimensiones: círculos, cuadrados, triángulos… Todos pueden ver solo un lado de las cosas. Y en algún momento, ese mundo es visitado por una esfera, que se lleva al cuadrado lejos de Flatland, a un mundo tridimensional, y por primera vez es capaz de ver el mundo desde otra perspectiva. Deja de ver al mundo como un mapa. Me gustó la idea de poder ver todo de pronto sin una restricción.
Flatland ya cumplió tres años. ¿Estás trabajando ya en algún otro álbum? Y cuéntanos un poco de cómo te relacionas con el formato LP.
He estado haciendo música de manera esporádica, siempre que tengo tiempo, desde que salió Flatland, pero siempre es difícil decir de qué manera se publicará hasta que todas las piezas comienzan a unirse. Como sucedió con Flatland, he estado reuniendo una pequeña colección de bocetos y de ideas que he apuntado estos años, pero no he comenzado a imaginar si pudieran funcionar como un álbum o si debo seguir escribiendo hasta tener más material y que sepa qué hacer con él. Escribo extremadamente lento, así que es raro que tenga más tracks de los que necesito. Suele pasar más bien que examino lo que tengo y modifico cada track hasta que se ajusta mejor al todo.
Ahora concentrémonos en uno de tus últimos mixes como Objekt, con el que contribuiste a la serie Kern, publicada por Tresor, el club alemán. Supongo que fue concebido de manera minuciosa; resulta fácil imaginarte escogiendo los tracks que incluiste. ¿Qué querías capturar en ese mix?
Quería que fuera una declaración musical emocionante, además de que cubriera tantos terrenos estilísticos como fuera posible en un mix de 80 minutos… Dos objetivos muy diferentes, pero no incompatibles. También tuve que equilibrarlo con el deseo de que fuera un mix divertido para escuchar y accesible a pesar de ser una especie de montaña rusa de tempos y géneros. Y encima de todo, otro aspecto complicado cuando estás lidiando con secciones de 20 o 30 minutos es que tampoco tienes tanto tiempo para meter fragmentos que sirvan de transición para hacer más fácil ir de un lado a otro. Primero planeé las diferentes secciones, pensando si quería acelerar gradualmente –algo que resultaba demasiado obvio–, hacerlo de la manera opuesta –algo que no tenía suficiente tensión– o considerar algún otro arreglo. Entonces grabé un montón de tomas y trabajé en la lista de tracks a partir de eso, también sustituyendo algunos temas que no pudieron entrar porque no fue posible conseguir las licencias. El mix entero fue hecho de forma muy meticulosa, y no fue grabado en una sola toma, aunque quería que sonara como fue pensado. Largas franjas del mix fueron editadas después de grabarlo, la ruptura que hay en medio fue construida con mucho detalle de manera digital, y también hice pequeñas modificaciones de los temas que quería usar para ayudarles a encajar perfectamente. También prensé en vinilo todos los tracks que no estuvieran disponibles en ese formato, para mantener el sonido tan consistente como fuera posible a todo lo largo del mix.
Para terminar, ¿podrías adelantarnos un poco de lo que escucharemos en tu set del viernes?
Siempre trato de tocar el set más aventurero que me sea posible. Todo depende de la disposición de quienes estén en la pista de baile. He estado comprando bastante drum’n’bass y halfstep recientemente, así que quizá saque algo de eso. Aún no sé de cuánto tiempo será mi set, pero entre más pueda tocar, más terreno podré cubrir, ¡siempre que lo permita la audiencia!
Objekt está listo para el próximo reto.