Alguien debería darle a Nortec Collective el título honorario de los “Reyes de Revolución” o algo así. Ayer no importó la gran cantidad de gente empujándose por querer llegar a la parte de adelante, lluvia y audio de baja calidad para que Nortec demostrara que ya son uno de los actos consentidos de los chilangos.
Ayer tocaron en el Monumento a la Revolución por el cierre del Año Dual Alemania-México en un concierto donde compartieron escenario con otros talentos; hagamos el siguiente recuento:
18:20. Celso Piña
El encargado de arrancar fue el “Rey del acordeón”. Desde las 5:50 de la tarde ya había largas filas en cada esquina que da al monumento; en el público había de todo: mamás adolescentes con bebés de meses -y en general muchos papás llevaron a sus chilanguitos-, amigos de treinta y tantos que fueron a revivir los gratuitos que hacía Nortec en el Cenart o en el Zócalo y muchos chavitos que se han hecho fans del dúo recientemente.
El regio se subió al escenario como a las 6:20 de la tarde tras una serie de chiflidos a los organizadores porque el concierto no empezó puntual. Y digamos que le tocó lo mejor y lo peor del festival. Lo mejor porque su presentación fue la única dónde no hubo fallas de audio y la gente aprovechó para armar una gran pista de baile y lucir sus mejores pasos de cumbia.
Lo peor, porque justo cuando todos danzaban al ritmo de su éxito “Cumbia Poder” se soltó un aguacero que no sólo hizo que todos se escondieran en las palmeras que adornan el monumento, sino que de plano se detuvo el concierto por alrededor de 20 minutos y para tristeza de muchos, Piña ya no regresó a acabar su setlist (aunque según nosotros ya sólo le faltaba poquito para acabar).
20:10 h. Schlachthofbronx
¿Por qué tenemos esa costumbre de empezar con las rechiflas desaprobatorias cuando toca una banda que no conocen? El dueto alemán es uno de los más importantes en la actualidad de club music y global bass, y trajeron un set cargado de energía, pero a pesar de que ya han tocado varias veces en el país, los asistentes comenzaron a gritarles: “ya bájense”, “queremos a Nortec” y un sinfín de expresiones peladas que por respeto a ustedes, preferimos omitir.
Pero a pesar de la banda troll, Bene y Jakob sacaron adelante su sonido electrónico por poco más de una hora, durante la cual cayó la noche, aunque por suerte, la lluvia no.
21:45 h. Nortec Collective: Bostich y Fussible
Ver de regreso a Pepe Mogt “Fussible” y a Ramón Amezcua “Bostich” sobre uno de los lugares donde han brindado algunas de sus presentaciones más memorables, fue una sensación que mezcló nostalgia con un poco de decepción.
Porque a lo largo de la hora y media que duró su participación, el audio falló todo el tiempo. De pronto se escuchaba muy bajo y luego subía mucho, para después bajar de nuevo y así como si fuera un yoyo.
La gente esperaba que “Shake it up”, “The clap”, “Tijuana bass” o “Norteña del sur” sonaran igual que hace 6 o 7 años, pero el grupo desde 2015 trae una onda más experimental, que según Mogt es algo con lo que querían trabajar desde hace tiempo.
Cuando Wolfgang Flür se subió a tocar con ellos, la mayoría de los asistentes no sabían quién era. “Qué hueva ese pinche viejo”, se escuchó por ahí. ¿Perdón? Ese pi… viejo fue el responsable de la mejor época en percusión electrónica que vivió Kraftwerk y ya lleva colaborando con Nortec Collective casi tres años y tampoco faltó el que dijo: “¿No que iba a tocar Kraftwerk?”. Lo que es no informarse bien.
Al final la jornada transcurrió sin más broncas que uno que otro borrachín, muchos quejándose que el audio no los dejó disfrutar del concierto como se debía, de los empujones por la cantidad de gente que llegó, pero la mayoría contentos de volver a ver a Nortec Collective: Bostich y Fussible por tercera vez en el Monumento a la Revolución, eso sí aclarando que este recinto ya les queda chico.