interesante, pero confuso. No hay grandes sorpesas. Por un lado está
bien, pues es darle importancia al festival en sí mismo, a su ambiente
y nombre; pero por otro le falta punch. Así, poco se me antoja
entregarme a la nostalgia de Rostros Ocultos, Cuca, Kenny y Los
Eléctricos y Los Amantes de Lola. Tampoco me prende repetir con algunos
del 2009 (Silverio, Paté de Fua), ni ponerme brincolín con Lost
Acapulco, Panteón Rococó, las Víctimas del Dr. Cerebro o Celso Piña.
Sin embargo y para ser justos, hay cosas que podrían transformar mi
güeva en acción (empezando por el diseño mex-nuveau de Alex Arizmendi).
Ahí están los regresos de Tijuana No!, Aterciopelados y Los Tres,
y la inclusión de bandas arrabaleras tipo Liran Roll, antes olvidadas
por default. Sobre los proyectos experimentales hay mucho que decir.
Sonarán en la Carpa Intolerante (¡sobrevivió!) las voces de Muna Zul,
Juan Pabo Villa y Descartes a Kant, así como las improvisaciones de
Troker, Klezmerson y Cráneo de Jade. Asimismo, Furland y La Banderville
son bandas que se me antoja seguir en directo, pues en ellas descansa
algo del discurso por venir.
Morbo es ver a Calle 13, pues retorna tras su mala experiencia
cuando, aún en ascenso, fue agredido por los más primitivos mandriles
del festival. De los extranjeros destacan Calexico así como Rodrigo y
Gabriela —mexicanos avecindados en Europa— y los muchos chilenos que
cumplen travesía pese al terremoto (ponemos acento en los colombianos
Dr. Krápula). Y a lo que definitivamente no sé si ir es a la ópera rock
Dr. Frankenstein de José Fors, organizada en día por separado para
abrir hostilidades (demasiado kitsch). Sensación distinta me causan
¡Qué Payasos!, a quienes iré a aplaudir —lo he decidido— porque no se
me olvida que, lejos de hipótesis y supuestos, ahora el Vive Latino…
vive en el mes del niño. Y hay que saber jugar, ¿o no?
ALONSO, recién operado, no se imagina tres días en el Foro Sol;
pero quién sabe, pues menos se imagina viendo el Vive con los genios de
Telehit (labalonso.com).