La historia de la crítica que odió "Sgt. Pepper" de The Beatles en 1967
Hace 50 años se escuchó por primera vez "Sgt. Pepper". Su estreno oficial fue el 1 de junio de 1967 y 18 días después se publicó la crítica.
Por: Mariana Limón Rugerio
“It was twenty years ago today, Sgt. Pepper taught the band to play…» Es casi imposible leer esta línea sin que resuenen en la memoria los acordes de The Beatles y la inconfundible voz de John Lennon. Se trata de la primera canción del álbum Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, considerado por muchos como el mejor de la banda y, por otros más, el mejor de la historia del rock n’ roll.
Hace 50 años se escuchó este material por primera vez. Su estreno oficial fue el 1 de junio de 1967. Sin embargo, en su momento no todos creyeron que se convertiría en un álbum icónico y mucho menos que marcaría la historia de la música moderna.
En los 60, generó algunas respuestas negativas. La más famosa fue de Richard Goldstein, un aclamado crítico de música del The New York Times, quien odió el álbum, escribió en su contra y desencadenó una tormenta de enojo en contra del periódico.
Un álbum echado a perder
El 18 de junio de 1967, Goldstein publicó su crítica en la sección de música del periódico The New York Times, la tituló “We Still Need the Beatles, but…” (Aún necesitamos a los Beatles, pero…). El veredicto fue indiscutible: odió el álbum, de principio a fin.
«Al igual que un niño excesivamente mimado “Sgt. Pepper” se echó a perder», decía la crítica. «El álbum apesta a: cuernos y arpas, cuartetos de una armónica, ruidos de animales y una orquesta compuesta por 41 instrumentos».
Goldstein también descalificó la mayoría de las canciones con líneas como: «”Within You and Without You” resucita los clichés que The Beatles necesitaba enterrar», «”She’s Leaving Home” es una narración sin inspiración y nada más», «”A Day in the Life” nunca llegará al top 40», «”Lucy in the Sky With Diamonds” está empapada de reverberación, eco y distorsiones».
La premisa general de la crítica era: «La obsesión por la producción unida a una sorprendente chapucería en la composición impregna todo el álbum. No hay nada hermoso en “Sgt. Pepper”».
Y concluía: «Necesitamos a The Beatles, no como compositores, sino como compañeros. Y ellos nos necesitan. Al sustituir el estudio por una audiencia, han dejado de ser artistas folclóricos y el cambio es lo que hace de su nuevo álbum un monólogo».
El texto original se puede leer en el sitio de The New York Times, si eres suscriptor o comprando la descarga del PDF del artículo por 3.95 dólares (alrededor de 80 pesos)
Despertó enojo
Sin saberlo, su opinión sobre el álbum marcaría su carrera y lo convertiría en el crítico que odio 12 canciones icónicas de The Beatles. El diario neoyorquino recibió cientos de cartas de enojo.
Un colega, Robert Christgau, reportó en diciembre de ese año en Esquire el caso. «Richard Goldstein habló mal del álbum y casi lo lincharon (…) se puso a sí mismo en el centro de una tormenta. The New York Times estaba plagado de cartas, muchas ofensivas y todas y cada una en desacuerdo».
Christgau también explicó qué significaba. «Fue la respuesta más grande a una crítica musical en la historia del periódico. Las cartas son un fascinante testimonio de lo que The Beatles significan para sus fans».
A pesar de su odio contra el álbum de The Beatles, Goldstein fue un periodista icónico que documentó la revolución musical de los 60. Entrevistó y escribió sobre The Rolling Stones, Jimi Hendrix, The Doors Janis Joplin y más.
Tras su opinión sobre “Sgt. Pepper” dejó de escribir críticas musicales, aunque nunca dejó el periodismo del todo. En la actualidad, a sus 72 años, se dedica a dar clases, vive con su esposo
En una entrevista con The Washington Post hace un par de semanas, Goldstein recuerda su crítica, confiesa una falla técnica (el estéreo en el que escuchó “Sgt. Pepper” tenía una bocina reventada),y sin mayores concesiones, explica cómo percibió el disco.
«No estaba realmente interesado en el aspecto profético de ‘Sgt. Pepper “. Me interesaba la violación de las reglas y no me gustaba, y eso es lo que veo con mucha reflexión».