Sin importar la época o la edad, escuchar las canciones de Porter son ideales para afrontar la adolescencia. Los mundos distópicos que existen en sus letras y presentaciones en vivo permiten acceso a un mundo onírico donde todo es posible.
En Chilango tuvimos el honor de entrevistar a Victor Valverde ‘Villor’, multiinstrumentista y fundador de la banda tapatía Porter. Villor nos platicó de su pasión por los viajes, el proceso creativo del nuevo disco de la banda, la relación intrínseca entre la música y la arquitectura, sus lugares preferidos de la Ciudad de México y los detalles de su próxima presentación en la Ciudad de México en el Auditorio BB.
Entrevista Porter
Chilango: Te gusta mucho viajar para conocer nuevos lugares. ¿A qué destino desconocido te gustaría ir?
Villor: Viajar es algo que siempre me ha fascinado. Me encanta estar de un lado para otro. Yo creo que una de las cosas más importantes por las que empecé Porter, es porque quería viajar.
Mi primer objetivo era tocar por todo el mundo. Creo que tengo un par de rincones en México que me gustaría visitar. No conozco tan bien Tamaulipas, Villahermosa y Sonora y me gustaría conocerlos más.
El otro día estaba haciendo el recuento de cuántos lugares he pisado en el país. Ya he tenido la fortuna de pisar treinta y dos estados y he visitado casi todos los municipios de México.
Mucho de lo que queremos transmitir viene de los viajes que hemos realizado a través de México.
Chilango: Es interesante que menciones que una de las prioridades de la banda es viajar. ¿Cómo crees que tus viajes han cambiado tu visión artística y, por ende, la de Porter?
Villor: Los viajes han cambiado completamente mi visión artística. Por ejemplo, cuando estuve en Japón estuve influenciado por los sonidos de allá, la forma en la que la gente escucha música y la cultura del J-pop.
Ir a culturas distintas como Noruega o Estados Unidos me permitía entender la música desde otra perspectiva social y cultural. ¿Qué escuchan ellos? ¿Qué música se encuentra en boga allá?
Una cosa que me llamó mucho la atención fue escuchar “Despacito” de Luis Fonsi en un puesto de hot dogs en Noruega. Se me hizo increíble cómo la música puede cruzar muchas fronteras. Lo que más me intriga de los viajes es recoger pedacitos de las regiones del mundo.
No solo a nivel de la arquitectura, los paisajes y la naturaleza, sino también a nivel musical. Eso me permite traer cosas nuevas para la banda. Hacemos un vaciado creativo y es dónde la música de Porter tiene sonidos que hacen al público preguntarse: “¿De dónde vienen esos sonidos?”. Mucho de lo que queremos transmitir viene de los viajes que hemos realizado a través de México.
También nos han ayudado los viajes que hemos realizado a Asia y España (sobre todo los sonidos pertenecientes a Andalucía).
Queremos contar la historia de Porter a través de nuevos sonidos
Chilango: Retomando la idea del vaciado creativo en Porter, leí unas declaraciones que decían que el nuevo disco de Porter funciona como un almanaque de la historia de la banda.
¿Cuál fue el proceso de composición del disco? ¿Es un disco conceptual o se encuentra más influenciado por la creación a partir de improvisaciones en el estudio?
Villor: Nuestro último disco Las Batallas (EMI, 2019) fue una experiencia emocionalmente muy tensa. Para nuestro nuevo trabajo buscamos realizar un disco muy libre. En esa libertad que fuimos construyendo trabajando en equipo.
Dijimos que no habría una fórmula establecida. Es válido tocar todas las paletas de color de Porter. Lo interesante es que en ésta ocasión decidimos tener una mayor libertad. Las composiciones que íbamos creando apuntaban a nuestros trabajos anteriores, mientras que otras rolas tenían un sonido distinto que nunca habíamos construido.
De repente empezamos a pensar en las palabras: almanaque, compilado, historia o playlist. Este disco muestra todos los colores de nuestra historia. De repente tiene la canción “Ranchito” que viene muy cargada del rollo “Kiosko” y Moctezuma (2014).
También tenemos “Sol@” que tiene muchos juegos con la voz que recuerdan mucho a Atemahawke (2007), mientras que “Sonámbulo” que es una canción que recuerda más la época de “Cuxillo” y Las Batallas. Hoy queremos contar la historia de Porter a través de nuevos sonidos.
Surrealismo y realismo mágico
Chilango: Los nuevos sencillos tienen una línea temática del viaje de retorno. ¿Cómo han sido los cambios drásticos de la pandemia tu manera de ver la vida?
Villor: Yo creo que muchas de las letras de Porter hablan mucho de experiencias propias, pero luego, lo que hacemos es traducirlas a contextos. Muchas veces lo que hace Porter es escribir historias personales completamente descontextualizadas o con un contexto construido con una base de surrealismo y realismo mágico.
Hablamos de historias que experimentamos, sobre todo en la pandemia acerca de la reconexión con uno mismo y ese cuestionamiento a la existencia, pero también nos gusta meterle la magia de contexto que tienen la magia y los colores.
Contextos que invitan a la gente a soñar, que invitan a la gente a imaginar los anhelos que vienen clavados en la sangre de las personas. En “Sol@” es el anhelo de la compañía y en “Ranchito” es el anhelo de la tierra y de la raíz. Creo que nuestras nuevas canciones si reflejan las experiencias vividas.
La producción de Las Batallas
Chilango: Para este nuevo disco volvieron a trabajar con el productor Alejandro Pérez ‘Orko’. ¿Cómo es volver a casa? ¿Qué cambios hubo en la dinámica de la producción del disco?
Villor: Es interesante volver con Orko en un disco que buscamos pintar todos los colores. Es la persona ajena a Porter que mejor conoce la historia sonora de la banda. Él ha trabajado con nosotros a lo largo de muchos procesos. Nosotros al tener una mayor experiencia en producción y captación de audio.
Ahora hubo más una con coparticipación en la producción. Aunque Orko era el líder en la producción, creo que había un feedback mucho más intenso donde Porter estaba muy involucrado. No era como en la producción de Donde los Ponys Pastan (2004) donde le pedíamos a Orko que nos tradujera porque no sabíamos hacerlo.
Ahora nosotros tomamos la decisión de tomar un micro particular, ahora grabemos de esta manera. Ahora editemos de esta manera, ahora restructuramos de esta otra. De repente, algunos de nosotros nos juntábamos en la computadora y nos poníamos a trabajar en tal sesión.
La producción del nuevo disco es un trabajo mucho más nutritivo, con un feedback mayor porque ya tenemos herramientas para poder generar una discusión sobre los temas.
Arquitectura y música
Chilango: Tu otra faceta en la vida es ser arquitecto con especialización en ecosistemas naturales en V Taller donde eres socio. ¿De qué manera el ser arquitecto cambia tu percepción estética y artística para hacer música con Porter?
Villor: Hace poco di una charla acerca de la relación entre la arquitectura y la música. He estudiado a gente como David Byrne (Talking Heads), que habla cómo la música fue evolucionando dependiendo del espacio arquitectónico donde se tocara.
Byrne hablaba de ciertas bodegas donde se tocaba punk, y cómo el sonido filoso que tiene el punk proviene del espacio. Cómo bandas como U2 generaron hits de pop en los ochenta que iban a sonar bien en los estadios porque en ese momento empezaron las super giras alrededor del mundo.
O cómo Bach, en su cámara de concierto, tocaba su instrumento con cierto reverb a cierta velocidad porque el lugar tenía cierta reverberación. No podría tocar en su cámara un Tchaikovsky porque se escucharía un desastre. Tchaikovsky tenía que tocar en una cámara con menos ruido.
Lo interesante es como el espacio va condicionado el sonido de la música suena. Nosotros, de alguna manera, lo que podemos hacer a través de la arquitectura es entender los procesos de la composición musical. La música tiene elementos muy similares a la arquitectura como el espacio.
El espacio es la cosa más importante que sucede en ambas. Entendiendo bien una te permite entender mejor la otra y viceversa. Creo que la profesión me ha ayudado a entender mejor a la música en la forma en la que se construye.
Tus lugares favoritos en CDMX
Chilango: Siguiendo hablando de vivencias, ¿cuáles son tus lugares favoritos de la Ciudad de México?
Villor: Hijole tengo un montón. El que siempre recomiendo es el Museo de Antropología. Es mi number one, siempre el primero de cajón. Me fascinan Bellas Artes y el Zócalo. Cada vez que voy a la ciudad no dejo de ir a la Roma y Condesa, porque son lugares donde viví muchos años.
Tengo mil recomendaciones. Me fascina Coyoacán, me fascina la UNAM donde fui maestro de Diseño Urbanístico hace unos años en el taller Max Cetto. Visitar el MUNAL que es muy lindo. También me pone la cabeza a volar el Espacio Escultórico de la UNAM, es un gran espacio para meditar y para disfrutar el silencio.
Chilango: Ya para cerrar la entrevista, ¿qué pueden esperar los fans de Porter para el concierto del 27 de noviembre en el Auditorio BB?
Villor: Vamos a tocar los primeros sencillos del nuevo disco. Vamos a tocar algunas canciones de Porter que tenemos más de diez años sin tocar. Lo padre del show será que tocaremos lo nuevo y cosas muy de antaño. Eso hará la experiencia emocionante.
Artistas mexicanas que cambiaron la escena musical e hicieron historia