Mengers es una banda chilanga influenciada por el garage, el punk y la psicodelia. El trío se encuentra compuesto por los hermanos Carlos Calderón (guitarra) y Pablo Calderón (batería) y Mauricio Suárez (bajo); su música es furia contenida estallando tras un prolongado letargo.
Además, Mengers es uno de los actos mexicanos del festival Hipnosis. Tuvimos la oportunidad de hablar con el guitarrista Carlos Calderón acerca del ruido como herramienta de reflexión, sus inicios en la música, sus lugares favoritos de la Ciudad de México, el proceso creativo de sus últimas canciones y sus planes para el festival Hipnosis.
Entrevista Mengers
Chilango: Utilizan un fragmento de “Plástico” para el inicio del video de “Santa Fe”. ¿Cuándo tendremos un cover de Ruben Blades o Willie Colón hecho por ustedes?
Mengers: Estaría bueno, nunca lo había pensado. Nosotros crecimos en un ambiente donde había mucha salsa y cumbias, no podemos quitarnos la influencia de esos géneros.
C: Si nacieron en un ambiente que escuchaba rolas bailables, ¿por qué decidieron hacer música que busca crear capas ambientales y ruidismo?
Mengers: Aunque sí nos gustaba esa música, cuando empezamos a escuchar bandas de rock nos emocionó hacer música. Me acuerdo mucho que, en ese tiempo y hasta cierto punto, las cumbias o las salsas eran lo común en casa. Escuchar rock en mi familia estaba incluso un poco mal visto, y era como nuestra forma de decir que ésta era nuestra música.
Inspiración y reconocimiento
C: ¿Cuáles fueron las bandas de rock que te llamaron la atención y te hicieron querer hacer música?
Mengers: Un grupo que me acuerdo que me gustó mucho fue Nirvana. Antes había escuchado cosas de los Beatles y había conocido bandas de ese entonces como Green Day y toda la onda emo. Y eran bandas que no me llamaban la atención, fue hasta que escuché Nirvana que encontré algo que me gustara mucho porque hacían algo bien raro.
Empecé a escuchar más bandas de grunge, y fue una actividad que hice con mi hermano (Pablo Calderón). Mi papá escuchaba mucha música de todo tipo, pero justo como en mi familia estaba mal visto que escuchara rock, él se escondía en su cuarto a escuchar rock con audífonos.
Llegó un momento en el que mí papá falleció y no sabíamos qué era lo que escuchaba. No entendíamos bien porque le gustaba tanto esa música y, de repente, entre sus discos tenía uno de Bob Dylan. Cuando escuché el disco dije: “Esté wey está rapeando en los sesenta.
Quiero saber qué dice”. Por eso empezamos a meternos más en las letras de Dylan. A mi papá también le gustaba el rock en español como El Tri o bandas de Avándaro. Escuchar la música que le gustaba fue una manera en la que conocimos a nuestro papá cuando falleció.
“Hasta que empecé a escuchar rock, algo en el ruido me hizo dudar de que todo lo que estaba pasando estuviera bien”
C: ¿Por qué crees que el ruido es una herramienta de reflexión?
Mengers: Antes de escuchar rock, mi mente estaba muy normal. Yo quería tener un título universitario, casarme, luego tener una familia y una casa. Hasta cierto punto, todo iba muy normal, hasta que empecé a escuchar rock y algo en el ruido me hizo dudar de que todo lo estaba pasando estuviera bien.
De repente, me di cuenta de que había más cosas por hacer. No había sólo un camino por recorrer. También, esa idea que nos quieren implantar desde el mainstream no es lo más divertido que puede haber. Así, como a mí me generó ese movimiento en el cerebro, me gustaría que a más personas les pudiera generar con la música de Mengers.
El último río vivo
C: Mengers tiene una relación estrecha con la ciudad en la que viven. ¿Cuál es el ruido cotidiano de la Ciudad de México que más ha impactado a Mengers?
Mengers: Nosotros vivimos en la Magdalena Conteras y es una zona que está muy cercana a Los Dínamos. Los Dínamos tiene el último río vivo de la CDMX. A pesar de que la Magdalena Conteras es parte de la ciudad, la delegación está un poco a las afueras y todo el sonido de la ciudad nos llega.
Uno de los sonidos más impactantes ocurre en noches donde hay muy poco ruido, y se impone como el ruido central el sonido del río. Yo creo que ese sonido impactante de un ente vivo de agua que dice: “Sigo vivo, aunque me han querido desaparecer y ocultar. ¡Sigo aquí!’”. Ese ruido es de los más cabrones que he escuchado en la ciudad, porque no esperaba escuchar un río.
C: ¿Cuáles son tus lugares favoritos de la Ciudad de México?
Mengers: En primer lugar son Los Dínamos, porque justo por ahí crecí y está mi casa. En segundo lugar, Ciudad Universitaria porque estudié la prepa en el CCH Sur y después estudié ahí la universidad. Varios de los mejores momentos de mi vida los tuve ahí, y he regresado de muchas formas.
Es un lugar muy bonito donde se puede reflexionar, pensar y hay de todo, es como una mini ciudad en la gran ciudad. Y en tercer lugar, yo creo que elegiría todos los pueblos de Xochimilco. Es un lugar que me gusta por sus raíces y como han preservado sus costumbres, pero lo que más me gusta es que se percibe otro ambiente en general. Como si la vida no pasará ahí, como si todo estuviera en pausa.
Pantitlán y Santa Fe
C: En su segundo disco Golly (Devil In The Woods, 2021) tienen una veta urbana gracias a canciones como “Pantitlán” o “Santa Fe”. ¿Por qué decidieron hacer canciones de dos lugares icónicos y al mismo tiempo opuestos?
Mengers: En realidad no fue algo planeado, sino algo que se dió en el momento. Estábamos haciendo la canción de “Pantitlán” y, si te fijas en la letra, no hay ningún referente a Pantitlán como tal.
Nosotros queríamos hacer una canción futurista de hombres máquina, y de repente nos dimos cuenta que la letra le quedaba chido al nombre. Con “Pantitlán” queríamos hacer una canción psicodélica, pero en vez de influenciarnos con Ganesh o algo espacial, creíamos que estaría chido honrar a Panti. Pensamos que si le ponemos “Pantitlán” a esta rola que tiene cosas mecánicas tiene mucho sentido.
En “Santa Fe” ocurre algo parecido. Teníamos toda la letra de la canción, pero no teníamos el coro. Queríamos hacer una canción de los godínez que siempre están trabajando. De repente, uno de la banda dice: “grita Santa Fe en medio”. Empezó como algo para reírnos, pero nos dimos cuenta que estaba chido.
Un disco que se fue haciendo en vivo
C: ¿Cómo fue el proceso de creación de Golly?
Mengers: En 2019 hubo muchos toquines en la ciudad. Nosotros íbamos a todos. No importa que fuera un toquín el martes en un bar feo en Azcapotzalco nosotros íbamos. Teníamos una urgencia por capturar los sonidos de la ciudad. Saber qué estaba pasando en la ciudad.
Mengers, por regla, tocaba al menos un día a la semana. Entonces, Golly se fue desarrollando en ese ambiente de tanta música y tantos conciertos. Muchas de las canciones eran tocadas en los soundchecks de otras bandas, para empezar a probarlas. Había otras veces que durante los toquines tocábamos una nueva canción que habíamos estado practicando en el ensayo. O 10 minutos antes de entrar al escenario se nos ocurría una nueva idea y la probábamos en vivo.
El disco se fue haciendo muy en vivo, y el problema es que no teníamos las letras de las canciones. Teníamos toda la música, pero no había letra. Cuando empezó la pandemia empezamos a grabar el disco, pero por el confinamiento no pudimos grabar las voces. Entonces todas las letras se hicieron en pandemia.
Me acuerdo que yo la escribía con una añoranza de regresar a la cotidianidad llena de música. Siento que componía buscando hablar de la ciudad que dejamos en pausa para no olvidarla.
En México lo que importa es lo que vende, no lo nuevo
C: ¿Cómo fue la experiencia de su sesión en KEXP? ¿Cómo ven las estaciones de radio mexicanas comparado con el trabajo que hacen en Seattle?
Mengers: La experiencia con KEXP estuvo muy chida. La sesión la grabamos en Panoram. Lo chido de todo es que organizamos todo, desde elegir el equipo en Panoram hasta grabar varias tomas para decir cuál era la chida. La gente de KEXP fue muy profesional.
Hubo un momento de tensión donde nosotros debíamos estrenar a KEXP en septiembre, pero sólo nos estaban dando una semana para grabar. Teníamos cinco días para grabar y dos para mezclar, les dijimos que eso estaba muy cañón y les dijimos que no. Y de repente nos volvieron a escribir diciendo que aceptaban que les entregáramos un mes después.
Algo que se nota mucho en KEXP es que tanto los locutores como su público están muy abiertos para nuevas propuestas. Están buscando siempre lo nuevo, lo trascendente en diferentes escenas musicales. Algo que he visto en las estaciones de radio de México es que no se buscan los nuevos sonidos, se buscan los sonidos más comerciales. Digamos, lo que nos venden.
Es triste que una de las ciudades más grandes del mundo con más de 22 millones de habitantes, que tiene un chingo de géneros musicales (rock, cumbia, sonidero, reggaetón, etcétera), sólo existan dos radios independientes, y una sea del gobierno y la otra de una universidad. Me preocupa un poco esto.
El otro día estaba hablando con un amigo que me dijo: “El problema es que están cerrando tanto los espacios y estamos viviendo tanto del pasado. En algún momento, toda esa gente va a morir y no vamos a tener cultura”. No habrá una música que defina generaciones o cierta época.
Los festivales que resisten
C: ¿Crees que el festival Hipnosis ha permitido a la escena mexicana crecer?
Mengers : Yo creo que ayuda mucho. Sabemos muy bien que espacios como el Vive Latino son muy cerrados hasta cierto punto. En algunos casos es necesario tener buenas conexiones para poder llegar. Otros espacios como el Corona Capital no toman en cuenta lo que se hace aquí en México.
Otros festivales como el Pal’ Norte o el Roxy Fest son muy parecidos al CC o al VV. Como banda independiente te das cuenta que hay pocos espacios para crecer o presentar tu música. El hecho de que existan espacios como el Hipnosis abre un poco la esperanza.
Sabes que si una banda hace dos o tres presentaciones chidas en vivo pueden tocar en el Hipnosis. En el festival caben sonidos que en otros festivales no hay. Los festivales como el Hipnosis o el NRMAL todavía dan pie a bandas que experimentan con su música.
Mengers en el Hipnosis
C: ¿Qué podemos esperar de la presentación de Mengers en el Festival Hipnosis?
CC: Pues en estos momentos estamos componiendo música nueva. Haremos un set completamente nuevo: habrá nuevas rolas, canciones de Golly y, no sé, tal vez un cover de Rubén Blades (risa). Sobre todas las cosas queremos dar un gran show, porque es un momento importante para nosotros y para mucha gente que siempre ha creído en nosotros. Entonces hablando como futbolista: ¡Vamos a dejar todo en el escenario y sudar todo lo que podamos!
C: ¿Qué actos del Hipnosis quieres ver?
Mengers: Obviamente Mengers nace con una gran influencia de Fuzz y Ty Segall. Tocar con uno de tus grandes ídolos emociona. También me gusta mucho La Femme, es una de mis bandas favoritas. Tocar a lado de Los Dug Dug’s siempre es otra onda, es una de las bandas que justamente escuchaba mi papá y eso me emociona un chingo. Yo creo que mi papá se pondría orgulloso de nosotros.
El próximo álbum
C: A pesar de ser una banda joven en 2022 estrenarán su tercer disco i/O ¿Cómo ha sido la evolución de su sonido y el proceso de composición?
Mengers: Una de las cosas que nos propusimos cuando terminamos Golly es cerrar una etapa. Toda esta etapa donde la guitarra es el instrumento principal y las baterías son de punk rock. Ahorita queremos hacer algo diferente.
Canciones donde el riff principal lo lleve el bajo, composiciones donde la guitarra sea como la batería llevando la parte rítmica. Sobre todo queremos experimentar con el ruido. Hemos visto que hay muchas formas de hacer ruido y muchas formas de hacer melodías con ruido sin importar lo raro que eso suene.
“i/O” es como un primer experimento y queremos hacer más. Queremos hacer cosas que describan un poco todo este tiempo. Creo que algo chido de la música es cuando describe lo que está sucediendo. Todo este tiempo donde no sabemos si la vida está pasando o no.
Estamos en un intermedio entre estar prendidos o apagados. En donde siempre estamos diciendo: “Ya mañana. Ya mañana. Ya mañana. Ya cuando termine esto. El próximo año que ya podamos salir”. Ha sido una época muy extraña y nos gustaría poder hablar de esa época.
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