Después de las dos últimas presentaciones en tierra azteca en la edición del Vive Latino 2014 y SALA en mayo de 2015, la banda rusa se presentó por primera vez en el Lunario, el escenario más importante en el que hasta la fecha hayan ofrecido un concierto en solitario.

Cinco minutos antes de la hora indicada, los músicos aparecieron en el escenario, las luces se apagaron y los acordes de ‘Red Drop‘ sonaron.

Pese a que han tenido un constante cambio en su alineación, ya lograron consagrarse como una de las bandas más representativas de la música independiente rusa y el post-punk.

Un buen balance entre sus dos materiales anteriores y ‘Poverty‘ el más reciente, provocaron que el Lunario repleto se encendiera con temas como; ‘Heavy Wave‘, ‘Ghost‘, ‘Impractical Advice‘, ‘Normandy‘, ‘Wind in Her Hair‘, ‘Special Day‘, aunque sin duda ‘Alps‘ fue la rola que llevó a la cima este concierto.

La ausencia de la única fémina, la bajista Airin Marchenko, los celulares arriba, los brincos que no permitían grabar la mejor presentación, y la temperatura infernal del lugar, fueron una marca de la noche.

Aunque los seguidores de Motorama aún no son tan numerosos, no dejan de ser fieles. Veinteañeros en la última parte de su década y  otros recién llegados a los treinta fueron los que más disfrutaron la noche.

A pesar de los excitantes acordes que promueven el cabeceo, la actitud de la banda fue tan fría como el clima de donde son originarios, y si bien, el idioma puede ser una barrera, no es motivo por el cual la banda no pueda generar interacción con sus seguidores.

Con apenas 10 años en la escena musical, Motorama dejó con ganas de escuchar más del post-punk ruso.

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