Entretenimiento infantil sin ñoñerías: 31 minutos en el VL 2020

Era el 2012 y el capítulo chileno de Lollapalooza alineaba a un invitado especial en su cartel. No era un rockstar masivo, ni una banda resucitada para la nostalgia y el dinero; es más, ni siquiera era una banda de rock. No, el invitado de esa ocasión inédita era nada menos que 31 minutos, el programa infantil de marionetas que para entonces ya era un fenómeno latino… pero también vivía sus últimos momentos al aire.

“Pensamos que ya habíamos tenido nuestro ciclo, pero nos invitaron a tocar y lo hicimos como una broma. Pero cuando tocamos, aquello se llenó de gente. Fue algo super accidental, no lo creíamos”, comenta vía telefónica Pedro Peirano, productor de 31 minutos y voz de personajes como Tulio Triviño.

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A Pedro y todo el equipo del programa les sorprendió enormemente comprobar que 31 minutos todavía tenía mucho por delante, aún fuera de la pantalla chica: “no teníamos idea que tenía esta vida musical. Poco a poco comenzamos a agrandar los shows, salimos de gira y la trayectoria musical de 31 minutos fue abriéndose camino”. Ocho años, una película y cuatro shows teatrales después (“Gira Mundial”, “Radio Guaripolo”, “Romeo y Julieta” y el actual, “Tremendo Tulio Tour”), el espectáculo musical de 31 minutos llegará por primera vez al escenario del Vive Latino. Y lo hará como ninguna banda antes: tocando los dos días que dura el evento.

Según Pedro, el plan nunca fue formar una banda. Claro que, al ser un programa de corte infantil, este debía incluir música. Por ello idearon un segmento del noticiero –el adorado Ranking Top conducido por Policarpo Avendaño– para dar salida a la parte musical.

“Era más una excusa para hacer canciones para niños. Quizá fantaseamos con hacer un disco y ya, pero jamás pensamos que esta música podría tocarse en vivo”, confiesa el productor.

Pero, como el resto del tono del programa, Pedro y su equipo no estaban dispuestos a hacer ñoñerías (“¡imagínate, qué lata hacerlo!, dice). No, lo de ellos siempre fue hablarles a los niños de tú a tú y escudriñar en su memoria para recordar su etapa infantil y cantar sobre ello.

“Creíamos que los adultos debían entender que la niñez es una etapa más de la vida; los niños también son desastrosos como son egoístas o tiernos. Siempre se trató de tratarlos como personas, con defectos y virtudes como todos”, añade.

Y es que, para el equipo de 31 minutos, la condescendencia con que muchas veces se trata a los niños entorpece el crear una relación más significativa con ellos. “Desde el principio decidimos hacer una parodia de un noticiero porque era la manera de asegurar que nos verían padres e hijos. Nuestra intención fue crear un producto que pudieran compartir ambos libremente”, cuenta.

Sumado a esto, las canciones fueron clavándose en el gusto de chicos y grandes, al punto de convertirse en un referente para la niñez latinoamericana que hoy se coloca como uno de los monarcas de contenido infantil para todo un continente. Lo anterior no se dice a la ligera: basta con ver cómo estos personajes se han convertido en inspiración para memes y, mucho más allá, en estandartes de la protesta en un continente atravesado por la efervescencia política.

“Para nosotros es fantástico ver que las personas se sientan dueñas de los personajes y los utiliza para expresarse, nos habla de que 31 minutos siempre ha tenido vida propia. Y en eso, nosotros tan solo somos los puppeteros”, finaliza el productor.

La verdad sea dicha, 31 minutos nunca ha sido el típico programa infantil que se produce desde una posición ajena a los niños y se convierte en una cosa sosa, aburrida y, sobre todo, evitable.

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Más bien, lo que estos chilenos lograron fue dar vida a un acontecimiento que, aún en estos tiempos donde el paradigma de comunicación masiva viró hacia el internet y es difícil conseguir algo más que 15 minutos de fama, ha logrado permanecer en el gusto de la gente por 17 años y muy seguramente provocará una avalancha de niños y adultos jóvenes en el escenario Vive Vero del Vive Latino 2020.