Tenía 10 años cuando decidí que nunca iba a beber alcohol. Como abstemio he escuchado muchas cosas, desde los que intentan convencerme de beber hasta los que piensan que mi vida debe ser una verdadera hueva. Si tú también has decidido el camino abstemio, de seguro habrás escuchado estas siete cosas:
1. “¿Eres de una especie de secta?”
Para algunos la idea de no empedar en las fiestas resulta inconcebible. Cuando se enteran de que nunca he estado borracho y por supuesto, nunca he experimentado una cruda, lo primero que piensan es que seguro pertenezco a una extraña religión, de esas prohibitivas. Y no, de hecho a veces suelo ser bastante blasfemo. Sólo un día decidí que no iba a beber y ya. Uno no necesita dioses que le impongan eso.
2. “¡Uy, tu vida ha de ser de hueva!”
Cuando les digo que nunca he bebido alcohol, que nunca he fumado o usado drogas, siempre me dicen: «¡Ay, qué aburrido!». Pero no, en realidad llevo una vida bastante cool: soy DJ desde hace años, soy skater, bailo un chingo cuando salgo de antro y no, tampoco soy virgen. Eso sí: suelo ver cómo todo el mundo termina tirado, vomitado, devastado y a veces hasta asaltado —bendita CDMX— y yo siempre llego a casa enterito, sano y salvo. Ah, y al otro día, por supuesto sin cruda.
3. “Échate una, para que sepas qué se siente”
Hay personas que apenas les digo que no bebo, parece que se toman como cruzada personal el empedarme. Y eso me da hasta risita, porque digo, si no he tomado una gota de alcohol en 33 años, ¿por qué iba a empezar ahora? Ahora bien, siempre me pregunto: ¿qué ganan ellos? ¿Sentirían como que están quitándome la virginidad? La neta es algo que nunca voy a entender.
4. “¿Tenías un papá alcohólico o por qué no chupas?”
Cuando decides no tomar, muchos piensan que esa decisión obedece a que pasaste por una experiencia difícil relacionada con el alcohol. Esto sí puede ser verdad, ya sea que algún miembro de tu familia haya sido alcohólico y prefieras no repetir la pesadilla, o que tú mismo hayas pasado por esa adicción y que un día hayas decidido librarte de ella. En mi caso ni lo uno ni lo otro. Simplemente decidí nunca hacerlo y ya.
5. “¿Y no se te antoja, ni tantito?”
Mentiría si dijera que no me he preguntado varias veces a qué sabrá el alcohol o cómo se sentirá estar pedo. De repente hasta me da curiosidad saber lo que se sienten las mentadas crudas. Pero tampoco es algo que me carcoma y que no pueda con ello. Es una curiosidad normal, como todas las que uno siente por lo que no conoce. Puedo estar perfectamente entre gente que bebe —como DJ trabajo en antros— y no, no siento la más mínima necesidad de tomar.
6. “¿No te da miedo darte cuenta de que desperdiciaste tu juventud?”
Jaja, esta es de mis favoritas. O sea, sí, sé que pasó mi adolescencia y se fueron mis veintes y jamás me puse una peda, pero no por ello siento que no haya aprovechado mi juventud. Tengo una carrera, buenos amigos, me dedico a lo que me gusta, me siento chido, pues. Tampoco es que no haber amanecido vomitado o no haber perdido la conciencia sea sinónimo de desperdiciar mi juventud. Simplemente la viví diferente y ya.
7. “Pero sí coges, ¿no?”
Si eres abstemio, muchos te ven como una especie de monje y creen que te privas de todo, y pues no. Ahora bien, existen algunas tribus urbanas como los straight edge, que rechazan el alcohol, las drogas y la promiscuidad y en su forma más radical, también son totalmente veganos. Pero no es mi caso, yo sí cojo, como tacos y de repente me chingo un café para acabar de despertar. Digamos que soy un SE moderado.
¿Conoces a alguien que sea totalmente abstemio? Rólale este link, seguro se sentirá identificado.