Esta experta en lenguaje nos explica el origen del albur

¿Has sido la inocente palomita que no ha captado todo lo que te han dicho?

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Foto: Lucille HerrastiEsta mujer se las sabe

¡No se apene, pásele a leer! Probablemente a diario y sólo has asentido con la cabeza ante alguna frase que no comprendiste.

Entrevistamos a la coordinadora de la Licenciatura en Letras Hispánicas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Lucille Herrasti, quien de antemano nos adelantó que la finalidad del albur es mero entretenimiento.

«En México tendemos a esconder los temas que nos resulten desconocidos o alarmantes, que nos resulten un tabú. Por ejemplo, las cuestiones sexuales o la muerte. A los niños se les enseña a decirle “pilín” al pene y cuando alguien muere decimos “colgó los tenis”».

¿De dónde viene el albur?
Se cree que nació en la zona central del país entre mineros, pues permanecían encerrados durante mucho tiempo y empleaban este lenguaje como diversión.

La lingüista especialista en el doble significado de las palabras descartó que sea una cualidad del mexicano. «No me atrevería a decir que es algo exclusivo de México, pues en todas las lenguas existen palabras con diferentes significados».

¿Por qué son posibles los albures?
La lengua es capaz de generar un significado literal y uno no literal, algo así como significado el pleno y el figurado. El albur se genera por las similitudes que se dan entre ciertos objetos como: palo, gomas, huevos, salchicha y la forma que tienen diferentes partes del cuerpo humano: como el pene, los testículos o los senos. Se utilizan estas figuras retóricas para representar cuestiones relacionadas con el sexo.

La magia de los albures radica en la agilidad mental para elaborarlos e introducirlos en el contexto en el que sea oportuno. Se usan en los nombres, en adivinanzas, en preguntas, en canciones.

Para que las palabras tengan el significado que queremos darle es necesario que estén dentro de un contexto. De esta manera nuestro interlocutor podrá entender de qué hablamos.

OJO: Que sean una forma de entretenimiento no significa que muchos de ellos no sean ofensivos y puedan ser considerados machistas o discriminatorios.