Por: Miriam Castillo*
Quienes estudian sobre el fenómeno enlistan varias características que debe tener un proceso para considerarse como gentrificador: una inversión del estado o de privados, desplazamiento de la población original, la aparición de comercios que obedecen al nuevo mercado. Así ha funcionado en la Roma o la Condesa, por ejemplo.
Pero en el caso de la colonia Santa María la Ribera el proceso tiene algunas diferencias. Si bien hay nuevas construcciones y nuevos comercios, la colonia tiene edificios hechos por la iniciativa privada y ha ido cambiando. Algunos tienen remodelaciones y otros simplemente aumentaron el precio de la renta. Pero en esta colonia hay otras construcciones que tienen vivienda de interés social y ellas y sus vecinos resisten la presión inmobiliaria. Así es como a lo largo de los años conviven distintas clases sociales en espacios comunes como la Alameda de la colonia.
Adrián Hernández Cordero, académico que ha estudiado la zona, explicó que las diferencias en la conformación de las colonias es que había terrenos vacíos y fueron ocupados sin desplazar a toda la población. “Pero hay una vida más barrial. Entonces, ya hablamos de democratización. Hay algo que está vinculado con la diversidad, y si le queremos ingresar la variable internacional, vemos que en este caso la gentrificación e internacionalización han detonado elementos de encuentro cultural, como es la alimentación”, dijo en entrevista.
En las calles de la Santa María hay una mezcla antigua de restaurantes de comunidades de otros países y según el sociólogo de la UAM, esa convivencia ayuda a ampliar criterios y al proceso democrático en una colonia. “Puedes encontrar restaurantes de comida rusa, japón, yucateca, la llegada de otras partes del país a través de un elemento tan suave como lo es la comida, se genera no solo ese probar y es otro elemento que se puede tener con las culturas del mundo. Eso ayuda a una apertura de criterios y a una convivencia, más que un desplazamiento”.
*Miriam Castillo es periodista desde 2002. Ha editado y publicado textos para The New York Times y The Washington Post. Fue jefa de información del programa “¿Qué chilangos pasa?” en Radio Chilango y de Atando Cabos con Denise Maerker en Radio Fórmula. Es coautora de La Estafa Maestra, el reportaje y el libro que recibió el premio Ortega y Gasset. Síguela en @Micmoya.