Por: Juguetería de los futuros: María Mercedes Baltazar, Cecilia Palacios, Amalia Vásquez, Elizabet Zúñiga*
Todo cambio va más allá de lo evidente. Para entender los orígenes de futuros posibles, el equipo de futuristas de Juguetería de los Futuros de CENTRO realizó una investigación de señales de cambio, buscando contradicciones, inflexiones, prácticas, hacks, extremos y rarezas que tienen potencial para transformar la ciudad de aquí a 15 años.
Su norte fueron fuerzas de cambio en vivienda, gastronomía y población, que tendrán efectos deseables o indeseables, dependiendo si crecen o decrecen. ¿Qué pasaría si todo sigue como hasta ahora? ¿Qué podría cambiar? ¿Qué pasaría si…? Estas son tres crónicas de una CDMX gentrificada dentro de cinco y 15 años. Tres historias de chilanxs que viven en una ciudad que ya pasó por la algidez de la gentrificación actual: historias ficticias, basadas en señales muy, muy reales.
Metodología
Un ejercicio de escaneo de señales de cambio siguiendo la metodología CIPHER (Contradicciones, Inflexiones, Prácticas, Hacks, Extremos y Rarezas) de The Future Today Institute, nos llevó a identificar fuerzas de cambio.
Vivienda
- Encarecimiento de rentas y venta
- Incremento de facilidades para compra de propiedades por parte de extranjeros
- Desarrollo de micro viviendas
- Leyes favorables para la vivienda turística
- Desplazamiento de personas en colonias tradicionalmente locales
Gastronomía
- Crecimiento de la escena gourmet internacional y fusión
- Opciones multiculturales de comida callejera
- Búsqueda de autenticidad con sabores homogéneos
- Consolidación de la gourmetización de la comida mexicana
Población
- Dos formas de habitar la ciudad como extranjero: “expat” y “migrante”
- Descenso en la natalidad en CDMX
- Mezcla de tradiciones
- Familias multiculturales
- Alza de sentimiento nacionalista
- Envejecimiento del bono demográfico
Utilizando el modelo de tres horizontes, conectamos el presente con posibles futuros divergentes, analizando las disrupciones en el sistema y su potencial transición en tres posibilidades:
Horizonte 1: Continuidad del sistema en el que nos encontramos, es decir “Para allá vamos si seguimos tomando las mismas decisiones”.
Horizonte 2: Un espacio intermedio, de transición y típicamente inestable donde se enfrentan distintos sistemas de valores.
Horizonte 3: Posibilidades que hoy son emergentes y que crearían mayor cambio en el sistema.
Escenario a 5 años: la supervivencia culinaria
Sofía, crítica gastronómica, reseña restaurantes de la capital en su popular vlog “La Chilanga Gourmet”. En la CDMX de 2029, la gentrificación ha transformado barrios históricos en zonas exclusivas para expatriados y turistas. Restaurantes lujosos ofrecen reinterpretaciones de la cocina mexicana para paladares internacionales, con precios exorbitantes y porciones mínimas. Para Sofía, estos lugares representan una versión diluida de la tradición culinaria que ama. En respuesta, surgieron lugares “solo para chilangxs”, donde recetas tradicionales se respetan casi como acto de resistencia cultural. Son sitios de encuentro para locales; ahí las influencias extranjeras se mantienen al margen.
La crisis migratoria de 2023 trajo una oleada de influencias gastronómicas. Ecuatorianos, venezolanos, haitianos y peruanos, que llegaron a México buscando un futuro mejor, mezclaron sus sabores con las tradiciones mexicanas. Los mercados de la periferia son epicentro de esta revolución culinaria, con platos como arepas de maíz azul con mole, ceviches con salsas picantes y tacos de plátano macho frito.
En sus vídeos, Sofía mezcla humor con crítica social, exponiendo cómo la creatividad culinaria se convierte en un medio de resistencia en tiempos difíciles. La inflación y el cambio climático han encarecido ingredientes básicos como el cilantro, el chile y el aguacate, obligando a muchos restaurantes a resignificar los menús de temporada.
A medida que Sofía navega por la ciudad, su vlog se convierte en un espacio que intenta reconciliar las tensiones entre la autenticidad y la adaptación. Reflexiona sobre la dirección que está tomando la cocina mexicana. Aunque le preocupa que la esencia de la comida se pierda por atraer al público internacional, también se da cuenta de que la gastronomía siempre ha sido un reflejo de los tiempos.
2040, Horizonte 1: más allá de los menús en inglés
Joel trabaja en Ándale Tacos, una cadena de comida mexicana con presencia en muchas plazas comerciales y zonas concurridas de todo México. La sucursal donde trabaja es especial porque es la primera de todas, ubicada en la famosa zona Roma-Condesa en la Ciudad de México.
Desde hace algunos años se incrementó la popularidad de la cocina pop en la ciudad, caracterizada por una mezcla de platillos variados. Desde tacos al pastor hasta la famosa comida callejera, como los esquites con tuétano, birriamen y las samosas de suadero.
El turismo en la Roma-Condesa no ha cesado desde hace más de 15 años. A diferencia de hace unos años, esta zona ya no es la colonia en tendencia que solía ser; ahora es un área con fachadas conservadas y hospedajes costosos, cada vez parece más un escenario montado.
Joel toma el tren interurbano El Insurgente en Lerma, baja en Observatorio y luego en Revolución. Tras 30 minutos de caminata, llega a Ándale Tacos.
Como gerente, pasa una jornada de 12 horas revisando que la operación funcione sin contratiempos, asegurándose de que los sabores sean los mismos, sin importar la sucursal que visites. A sus casi 50 años desearía dejar de trabajar en una cadena. Él y su esposa sueñan con abrir una cocina económica en Lerma porque llevan años de experiencia administrando negocios de consumo pero el miedo de dejar sus empleos actuales los paraliza. Hace 15 años, se mudaron de Tacubaya a la casa que Karen heredó. Aunque Joel intentó conseguir un préstamo para vivir más cerca de la ciudad, nunca fue suficiente debido a su salario bajo y pagos no registrados.
2040, Horizonte 2: desplazamiento chilangxs naturalizadxs
Stefan llegó a México con 5 años de edad, acompañado de sus padres provenientes de Australia, quienes originalmente venían de vacaciones por dos semanas. Llegaron en medio de la pandemia de 2020, pero el cierre de fronteras los mantuvo aquí casi 8 meses, tiempo suficiente para que su papá, un artista digital, se enamorara del color y calidez de la ciudad.
El espíritu bohemio los llevó a la San Rafael, colonia donde creció bajo el apodo de “el güero” entre sus compañeros de fútbol. Ahora con 20 años, su identificación dice que vive en Nuevo Cuautitlán con sus padres, alternando noches en casa de sus amigos que viven en el centro. Aprendió a cocinar desde buñuelos y natilla colombiana hasta poulet aux noix.
El centro de la ciudad expulsó a su familia con el encarecimiento de las rentas y las restricciones impuestas por el nuevo Gobierno de la CDMX para residentes no naturalizados. Él se considera más mexicano que el pozole Casa de Toño en lata del super, y aunque entiende el origen de la ley, considera que está mal aplicada.
Como poli activista, es el líder de diversos movimientos transversales: “Rekuperar la CDMX”, que promueve el regreso a habitar la ciudad o “cocinas (no)auténticas”, que se dedica a señalar al cártel restaurantero que domina las reseñas, premios y estrellas Michelin en chinampas y cantinas.
Rentar en la ciudad es muy difícil para alguien como él, los programas de gobierno son muy demandados y es prácticamente imposible obtenerlos sin una palanca. Su pareja actual, originario de Chiapas, logró obtener un departamento de renta con opción a compra y aunque él aplicó, no consideraron necesario el apoyo.
“Mis amigos dicen que las casas donde crecieron sus abuelas hoy son restaurantes o edificios de micro departamentos que se rentan para los llamados “Chilangos de paso”, ejecutivos que trabajan en los corporativos de Reforma y que vienen entre semana a trabajar, para volver a su casa en la periferia los fines de semana. La vida de la ciudad que nunca dormía, hoy se mueve en horarios de oficina. Me gustaría recuperar la CDMX donde crecí” explica Stefan, al preguntarle qué lo motiva a ser poli activista.
Irónicamente su principal fuente de ingresos viene del sector de restaurantes de lujo: tiene micro credenciales de sommelier y da consultorías de maridaje con vinos naturales australianos. Recomienda la combinación de vino naranja con los virales huanzontles en curry.
Al preguntarle por qué no ha considerado regresar a Australia dice: “Allá no hay tamales oaxaqueños ni hoja santa. Además: los chilangos nacemos donde nos da la gana”.
2040, Horizonte 3: Terre Caliente
Entre el bullicio de los mercados y las estrechas calles de lo que antes era la periferia de la ciudad, se levanta un pequeño restaurante, cuya fachada colorida y seductor aroma han convertido en un punto de referencia culinaria. El local lleva por nombre Terre Caliente, y es el hogar de una historia de amor, colaboración y la fusión de dos mundos aparentemente distantes.
Nadia, oriunda de Guerrero, se mudó a la Ciudad de México tras graduarse de la universidad, escapando de la violencia y la falta de oportunidades laborales que azotaban su región. Se estableció en un pequeño departamento al sur de la ciudad, donde comenzó su nuevo capítulo.
Aunque Nadia había estudiado artes, encontrar un trabajo en su campo resultó casi imposible debido a los salarios bajos y a las pocas oportunidades. Esta situación la llevó a trabajar en un local de comida, donde aplicó las habilidades culinarias que había aprendido de su abuela. Poco a poco su sazón fue ganando fama. Sus platillos empezaron a incorporar ingredientes y técnicas tradicionales de Guerrero, como el pozole verde y las tiritas de pescado, mezclada con recetas mexicanas como el mole y las quesadillas. Atrás habían quedado los sueños de ser artista.
Al mismo tiempo, Nadia comenzó con guiños a otros platillos de diferentes latitudes en sus menús económicos. La pandemia y las crisis migratorias de la década anterior trajeron una mezcla de tradiciones culinarias de diversas partes de Europa, América Latina y el Caribe; los platillos que nacieron de esta fusión se convirtieron en parte del paisaje gastronómico de la ciudad.
En una marcha de la comunidad LGBTIQ+ Nadia conoció a Jacqueline, una joven francesa que se había instalado en el país gracias a su trabajo remoto. La fuerza y el carisma de Jacqueline cautivaron a Nadia desde el primer momento. Se casaron en 2030 y lograron establecerse en el sur de la ciudad, entre Xochimilco y Milpa Alta, zonas que en ese entonces todavía eran accesibles en términos de renta.
En el 2038 Nadia y Jaqueline abrieron las puertas de su propio restaurante ajustando el nombre a: Terre Caliente, un local sencillo que pronto se convirtió en un espacio de encuentro cultural, donde la comida era el puente entre las diferentes comunidades que habitaban la ciudad.
La carta de Terre Caliente es una fusión de cocinas multi-latitudes: el pozole verde de Guerrero se sirve con tortillas de maíz azul hechas a mano, el ratatouille francés se combina con nopales y quelites, los chiles toreados acompañan a las arepas de plátano macho, y los postres son una mezcla de crème brûlée y frutas tradicionales de temporada. El restaurante mantiene sus costos accesibles, siendo uno de sus principales atractivos sumado al enfoque de inclusión y representación.El éxito de la fusión gastronómica posicionó a Terre Caliente como uno de los 10 restaurantes imperdibles de la Ciudad de México, convirtiéndose en un símbolo de la nueva gastronomía multi-latitudes.
*JUGUETERÍA DE LOS FUTUROS
Colectiva que fomenta espacios de diálogo, análisis y creatividad como herramientas para visualizar otras posibilidades de futuro. Conformada por Cecilia Palacios, Amalia Vásquez, Elizabet Zúñiga y Marimer Baltazar, investigadoras de futuros egresadas de la maestría en Diseño del Futuro de CENTRO.