Lo que en realidad pasó…
El 8 de diciembre de 1980, John Lennon iba regresando de una sesión de grabación, con su esposa, Yoko Ono, al edificio Dakota, donde vivían. Eran casi las 11 de la noche frente al Central Park en Nueva York. Estaban paseando tranquilos, en una bonita noche otoñal. Lo que ellos no sabían es que pocos días antes un hombre llamado Mark David Chapman había llegado desde Texas a ver a su ídolo, el mismo John Lennon. En varias ocasiones, Chapman había intentado acercarse a John, con un ejemplar de “Catcher in the rye”, de Ayn Rand, bajo el brazo. Todos esos intentos fueron fatuos. Chapman, quien tenía la idea de que todo el mundo era farsante (menos John Lennon y él, claro) se fue obsesionando cada vez más con la idea de ver a Lennon, y también se fue enfureciendo. Así que ese 8 de diciembre de 1980, decidió esperar a John y Yoko fuera de su departamento neoyorkino. Tenía una pistola en la mano. Cuando vio a la pareja, disparó cinco veces. Cuatro balas entraron al cuerpo de John, quien murió en la ambulancia pocos minutos después.
Lo que pudo haber pasado…
En vez de disparar a Lennon, Chapman se pudo haber confundido: en vez de apuntar a Lennon, en las sombras confundió las figuras y le atinó a Yoko, matándola al instante. Chapman seguiría refundido en la cárcel, aunque no se hubiera arrepentido jamás.
¿Cómo hubiera sido todo?
Un John deprimidísimo hubiera refundido a Chapman en la cárcel y se hubiera tirado al drama. Desde ese momento, sus rolas se hubieran convertido en una mezcla de odio, crudeza y guitarras muy rasposas. Diez años antes que Cobain, John hubiese inventado el grunge (por ende hubiese evitado que Kurt existiera y, probablemente, también lo salvaría de la muerte… aunque eso no importaría). En un escenario ya muy jalado, la depresión hubiese hecho que John volviera con los Beatles, orillándolos a escribir y grabar las canciones más tristes de la banda, que ante el boom del glam de finales de los ochenta, hubiese pasado a ser un grupo de viejitos que sólo los forevereados escuchan. Para los años noventa, ya oxidados, bandas como los Smashing Pumpkins hubieran hecho muchas referencias a Los Beatles (a los Beatles tristes y enojados), y a finales de la década se hubieran convertido en la primera gran banda en reencontrarse. Hoy, John sería uno de esos rockstars viejitos y medio enojados que opinan acerca de todo y que muchos ex fans odian por mamón. Los Beatles se hubieran disuelto de cualquier manera, sólo que, muy probablemente, la reedición de sus discos y el descubrimiento de entrevistas viejas no sería una noticia tan grande.