Una bebida puede decir mucho de tu personalidad y comportamiento en la jungla chilanga. Van desde las clásicas chelas, pasando por los jugos naturales hasta el café. Cada una tiene a sus fieles seguidores que no las cambian por nada.
Si eres de los que empinan el codo con estas bebidas, ¿te identificas con alguna de estas características? Como diría Jack el destripador, “vamos por partes”:
El de los jugos
Eres el típico que le entra a los fierros en el gimnasio o corre en cuantas carreras se le atraviesan. Tu prioridad es ser muy sano y verte muy mamey (ellos) o muy buenona (ellas), es por eso que los jugos son tu principal bebida.
Vas desde el clásico jugo de naranja, hasta aquellos combinados de nombres exóticos, como el antigripal (naranja, limón toronja). Y no solo lo tomas después del gimnasio o de tu hora de correr, sino también lo llevas a la oficina o para la hora de la comida.
El chelero
Eres de la onda de pasarla bien con los cuates, aunque te hayas quedado anclado en la época de la universidad, donde bebías infinidad de cervezas, ya sea en un local o de plano en la esquina de la escuela.
Te las das de todo un conocedor de las chelas y vas desde la caguama hasta la cerveza de barril en tarro alemán. Tal vez hoy le entras a las artesanales, pues están de moda, pero eso no quita que te guste beber como cosaco.
El de los ‘chescos’
Por extraño que parezca, hay a quienes el agua simplemente no les entra y prefieren empinarse un refresco, aunque sean las 7 de la mañana y apenas se estén levantando. Esta costumbre no tan sana te viene desde que eras chavito, cuando a la hora de la comida tu mamá te mandaba a la tienda por los refrescos, ¿ya te acordaste cómo era ese ritual? ponías los envases de vidrio (también llamados ‘cascos’) en la bolsa del mercado e ibas a la tienda de ‘Don Lento’ por tus cocotas.
Hoy no puedes vivir sin el ‘chesco’ y hasta en la oficina le entras a los de lata o de plano eres tan amante de estas bebida, que tienes tu zepelín de tres litros y tu vaso para írtelo ‘chiquiteando’.
El de los güisquis
Para ti ya no aplica eso de echar la chela, pues en tus gustos está el sabor del elegante whisky. Si vas de antro o al bar, te pones en plan ligador con tu whisky en las rocas y viendo a las chicas, eligiendo presa.
Le entras a cualquier tipo: al whisky escocés, o bourbon o Tennessee, pero siempre como los cánones mandan: lo bebes solo en las rocas, con agua mineral o con ginger ale y evitas el refresco de cola para combinarlo. Todo un dandy o una dama que sabe beber bien.
El del café
Aquí hay tres variantes de bebedores:
1. El amante real al café: es aquél que no puede vivir sin el café, que se levanta y lo primero que hace antes de cualquier otra cosa, es beberse una taza porque si no, no despierta. Y eso no es todo, pues a lo largo del día puede tomarse infinidad de tazas, pero no de cualquiera, sino debe ser de excelente calidad (aquí no entra el soluble para nada).
2. El que lo bebe para pasar el rato con los amigos: Acude a las cadenas de café para echar el chal con las amigas (o amigos) y puede tomar desde el clásico capuchino, hasta un café frappe, pues lo más importante es pasar bien el rato.
3. El de tendencias de ayuda social: Es un amante del café, pero no bebe otro que no sea cien por ciento mexicano y se cerciora que el productor del grano se lleve lo justo en la venta del café. Todo un vigilante del bien social.
El del té
En una onda más hipster, quien bebe té generalmente lo hace por ser una bebida sana que pocas veces altera el orden del cuerpo (como el alcohol o el café), además de que le ayuda a estar cien por ciento tranquilo al momento de platicar con otros seres que son como él.
Pero ya no solo es beber un té de manzanilla o verde, sino que entre sus gustos hay tés de frutos rojos, de frutos del bosque, chai, te blanco de China y un sinfín de infusiones que lo hacen estar más en contacto con la naturaleza.
El de las ‘cubas’
Sí, aunque no lo creas, hay quien todavía le entra a las cubas (un concepto muy ochentero y que sobrevivió un poco en los noventa). La bebida es simple: ron con refresco de cola y hielo (algunos le ponen agua mineral). Es la clásica bebida de las fiestas familiares donde todos le entraban por igual, tus papás, tus tías, tus primos.
Si bien se hacen con ron, como dijimos anteriormente, también el brandy ha jugado un papel importante, por lo que para preparar esta bebida puedes hacerla con el clásico ‘bacachá le blanc’ hasta con el ‘novedoso’ Torres.
Champagne
Seguramente sólo abrochas uno o dos botones de tu camisa y muestras más pecho que una desnudista. Si eres mujer, usas los tacones más altos que encontraste, minifalda o minivestido y posas en las selfies con duck face. Saliste o te habría gustado salir en el video del Cumbres y nada raro es que te guste Luis Miguel. Sí, eres un mirrrey o una lobuki y siempre tomas champagne o champú.