Dice el lugar común: "Somos su patio trasero". Eso está
claro. Sin falso nacionalismo ni rencor malinchista (bueo, sí, hay un poco de
esto último). Y cada vez más, a la legendaria frase habría que quitarle lo de
"patio". Ya no se conforman con dispararle a los mexicanos en su propio país,
sino ahora también lo hacen en el nuestro. Y un "sorry, my mistake" va a
solucionarlo. Van a ver.
Oh Pancho, we miss you…
Sergio Adrián Hernández Güereca tenía 14 años y estaba en suelo mexicano -unos dicen
que aventándole piedras a elementos de la Patrulla Fronteriza, otros que sólo
estaba viendo lo que pasaba- cuando uno de los agentes gringos lo asesinó. Sí,
lo asesinó. Es decir, tomó su rifle con mira telescópica, apuntó y jaló el
gatillo.
No fue una bala perdida. Fue como cazar un venado. Un venado
de 14 años que en el peor de los casos lo que estaba haciendo era aventar
piedras desde el otro lado de la frontera.
¿Si entienden la diferencia, no? Piedras, rifle…. Piedras,
rifle… mmm ok, queda claro. Por supuesto los políticos, empresarios y
religiosos mexicanos ya extendieron una "enérgica condena" a su muerte. Seguro
Obama está temblando por esa "enérgica condena"… o no.
Sí, seguro está temblando.
Va un datito tomado de El Universal, nomás para que vean
cómo esta la onda: "Los casos de mexicanos muertos o heridos por el uso de la
fuerza de las autoridades migratorias de Estados Unidos se han disparado: de
los 34 casos registrados de 2008 a la fecha, 50% han ocurrido en lo que va de
este año".