Un día, los hombres creyeron que había descubierto el hilo negro de nuestras mentiras y que tenían resuelto el acertijo más grande de su existencia, pero, les ponemos los pies en la tierra, somos más complejas de lo que piensan.
Pero como no nos gusta verlos sufrir (tanto), les vamos a dar unas pistas sobre las verdaderas razones por las que nos gusta (mucho) mentirles.
Situación 1: Pa’ empezar, parece que les encanta preguntarnos -¿Estás enojada?- y a nosotras nos fascina decirles que NO, el cuento de nunca acabar, pero, ¿por qué?
Sencillo, sí estamos enojadas (obvio, y a veces al borde de volvernos Hulk), pero sabemos que entre sus cualidades no está ser intuitivos, y nos da flojera explicarles que sus calcetines tirados a media recámara, o su fastidiosa costumbre de hacernos esperar (porque lo impuntuales también se les da) o que olviden nuestro aniversario nos tienen hasta el copete. Nos ahorramos una larga discusión aunque ustedes no lo crean.
Tip: En serio chicos, saben que estamos enojadas ¡por eso preguntan!
Situación 2: (Obvio no soy celosa). Eso decimos al principio de la relación para no asustarlos, pero, ¿qué mujer en sus plenas facultades mentales no es celosa? (aunque hay niveles, ¿eh?) Y más cuando sabemos que en efecto, le estaban mirando el trasero a otra mujer.
Tip: Tomen en cuenta que si no los celamos es porque al final ni nos interesan y ya hasta les encontramos reemplazo.
Situación 3: (En 5 minutos estoy lista). Aquí hay de dos sopas, una, sinceramente nos da penita decirles que tardaremos 3 horas en estar listas y por eso les mentimos porque, seamos realistas ¿ustedes esperarían tanto tiempo si se les dice por adelantado?, y la segunda, ya saben que no tardaremos 5 minutos, entonces ¿para qué nos creen?
Tip: Cita a tu chica tres horas antes del momento deseado, así ahorrarás parte de tu paciencia.
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