La cagaste, una vez más. Confiaste tu pobre corazoncito a ese ser inmundo que hizo de él lo que quiso. Te sientes abatido, burlado, destrozado. ¿Cómo pudo engañarte con tu mejor amigo/a? Además, está bien gacho y no es ninguna eminencia en ciencias, ni en humanidades. Es más, es un simio. Sí, exacto, un simio: hecho y derecho.
Pero además: tu mejor amigo. Ése con quien compartiste pedas, con quien te volabas las clases, al que le copiabas en los exámenes. Te sumes en la más profunda depresión, crees que nunca podrás salir de ésta. Tu mundo se viene abajo.
Sí, no es un panorama agradable. Depositaste tu confianza en esas personas que creíste que serían incondicionales. No, no está chido. Aquí te decimos cómo salir librado de ésta (y otras que se te presenten en la vida):
Las etapas
Seguramente pasarás por todas las etapas del modelo de Kübler Ross (achis, achis hasta con psicología le entramos). Sí, una traición no es una pérdida catastrófica, pero implica desprenderse súbitamente de alguien a quien nosotros estimamos. Y de ahí viene la negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
Al principio sentirás que no puedes aceptar la situación, que esto no pudo haberte pasado a ti. Te enojarás y sentirás que cada vez que los veas estallarás en furia. Pedirás que al menos tengas tiempo para reconstruir las cosas. Sentirás que no puedes despertar ningún día y finalmente, aceptarás la cosa.
Y en todas partes estás tú
Vas al súper (donde compraban papitas y chelas para los fines de semana), al antro (donde se conocieron), la tienda de ropa (donde te compraste algunos trapitos en compañía de él/ella). No sólo tus pensamientos están llenos de esta persona, sino que ¡todos los lugares te recuerdan a ella! Piensas que lo mejor sería que te mandaran a otro país para rehacer tu vida. Esto te produce una furia incontrolable, te quieres vengar de ella por todo lo que te hizo.
La cosa está en aprender a convivir de nuevo con todos estos lugares. Esto no significa una reconciliación con la persona que te lastimó, sino redescubrir y hacer nuevos recuerdos en estos lugares. Sí, es difícil, pero no es imposible. Lánzate con tus amigos, tómate un café que disfrutes mucho en alguno de esos lugares que frecuentaban. Es decir, encuentra el secreto encanto de cada uno.
La parte más difícil
El perdón. No, no estamos hablando (como ya dijimos antes) de una reconciliación con este sujeto. Claro, a menos que ustedes así lo decidan, pues adelante, pero si no, sólo hablamos del perdón.
Tampoco implica decir: ya olvidé, ya olvidé y pido un aplauso para el amor. Porque la neta es que no es fácil olvidar un sentimiento así. El secreto está en no considerar la venganza como una respuesta y eliminar los pensamientos de odio hacia esa persona. Eso sólo te lastima y a la otra/o le importa una pura y celestial fregada.
Esto es algo así como: sigue con tu vida. Analiza las circunstancias en que todo esto sucedió y de los signos que quizá pudiste haber percibido en algún momento. No te recrimines por el pasado, ya no hay mucho que hacer. Simplemente enfócate en tus intereses, en tu vida y en tus proyectos. Digamos que tú eres el mejor condimento de tu propio destino.
Así que si alguno de ustedes se ha enfrentado a una situación así, te puedes refugiar en la gente cercana, en aquellos que siempre han estado al tiro contigo y que nunca te han dejado solo. Libérate de los sentimientos gandallas que tengas y platícalo con ellos. Seguramente estarán contigo para escucharte.
Recuerda: todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es llegarle.
¿Tú, cómo has superado una traición?