¿Qué venden aquí?

La respuesta te sorprenderá: dulces. Meros dulcecitos sin nada del otro mundo, PERO… todos vienen en los frascos más estúpidamente graciosos que te puedas imaginar. Acá, lo que venden es una bonita idea, casi casi ideal para regalo: desde los “Legítimos chochos desapendejadores” hasta el frasco de “Yo domino a mi hombre”, regalar unos dulces de estos te asegurará la risa y amor del receptor.

¿A quién le regalaría lo de ahí?

A cualquiera con mucho sentido del humor, y más si es fan declarado de los dulces (digamos que no está bien que se lo regales a la secretaria gorda amargada de la oficina, pero sí a tu mejor amiga chistosa adicta a los pasteles). Como ellos dicen, dulceterapia, aromaterapia, enchiloterapia y cuantamadreterapia…

Dirección

Ámsterdam 300-A, entre Sonoroa y Celaya, col. Hipódromo Condesa.