Chilango

¿Por qué decimos ”ando erizo”?

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Si eres chilango, seguro habrás escuchado la expresión “ando bien erizo”. Es una de esas frases que más trabajo cuesta explicarles a los extranjeros o incluso a la gente de otros estados que no está familiarizada con el habla del centro del país, por una sencilla razón: aunque se ha asentado en el hablar popular y como parte del lenguaje coloquial, no hay manera directa de relacionar a este animalito con el uso que nosotros le damos.

Pero —valga la redundancia— empecemos por el principio: ¿qué diablos significa “andar erizo”? Esta expresión es utilizada en varios sentidos, siendo estos tres los más usuales:

  1. Falta de dinero (el equivalente a “andar bruja”) y sus consecuencias, como andar malvestido, con hambre, o privado de cualquier cosa que pudiese ser un visto como un lujo. “—Oye wey, ¿sí me vas a acompañar al concierto o qué pedo? —Híjole, no voy a poder, ando bien erizo”.
  2. Falta de mariguana para fumar (en ese sentido, La Cucaracha de la canción andaba bien eriza): “Carnal, rólate un porro, ¿no? Fíjate que ando bien erizo desde ayer porque no he conseguido mota”. En este contexto, andar erizo es pader síndrome de abstinencia. Es el equivalente al “tener el mono” o “estar con el mono” de los españoles, que es el deseo vehemente de consumir alguna sustancia, que puede no necesariamente ser una droga (se puede tener el mono de un chocolate, por ejemplo).
  3. Falta de sexo: este contexto el menos utilizado de los tres, pero también se usa. Es sencillamente expresar que estás pasando por un período de sequía sexual y te urge que se termine: “preséntame a alguien, ¿no? Ando bien erizo, no he cogido desde hace un mes”.

En cualquiera de las tres situaciones, podemos entender “andar erizo” como andar necesitado o privado de algo y no por voluntad propia: es estar sin algo que se desea con fervor. 

Pero, ¿de dónde chingados viene esta frase? Tiene que ver con la similitud fonética con la palabra “herido” y el juego de palabras que los chilangos nos inventamos alrededor de ella. Por ejemplo, como cuando alguien es feo, decimos que está bien “Federico” o bien “Federal”. Cuando alguien está sabroso, decimos que está “sabritas”. Cuando alguien está mamado, es decir fuerte o musculoso, decimos que está bien “mamey” o “Mamá Dolores”. 

Esto juego de palabras, tan común en nuestra habla cotidiana, también le llegó al adjetivo “herido”, que, según la Academia Mexicana de la Lengua, significa “que sufre por una ofensa o una pena”. El que anda herido anda, por añadidura, buscando con qué curar su pena o su necesidad. En cualquiera de los casos escritos arriba, el que anda “herido/erizo”, busca dinero, un porrito o alguien para quitarse las ganas.

De hecho, la misma palabra “erizo” ya ha sufrido sus buenas modificaciones. No falta el chilango creativo que para no decir que anda erizo, dice “ando bien Ericsson” o “ando bien Heriberto” —esta segunda, mucho más cercana al “herido” original—. De hecho, el “herido” como falto de sexo, incluso está en una rola bien cotorra de los Tropikal Forever, que es un cover a “Smell Like Teen Spirit” y menciona en la letra: “Ando herido de Nauyaca/no te he dado, pa’ tus chicles/no he podido seducirte”.  

Aquí se los dejamos —no apto para fans sensibles/intensos de Nirvana—:

Pues bien, como sabíamos que estaban con el pendiente de por qué usábamos la frase “andar erizo” como falto de algo y un bonito mamífero espinoso se convirtió en un sinónimo de abstinencia, aquí tienen la explicación. Compartan esta nota con sus compas que siempre andan erizos y nos leemos en la próxima entrega de chilangoñol.

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