Pasos para volverse el hombre más rico del mundo
Por: Fernando Delmar Huerta
En México. A ver qué les parece.
1. Afianzarse del sexenio
Llámenme loco, pero tengo la sensación de que en este país lo que dice el Presidente de la República importa un poco. Creo que uno tiene que estar atento a sus actitudes hacia la vida. Se me ocurre, por ejemplo, volverme cuate de alguno que quiera liberalizar (término medio formal para decir: "vender") hasta las alfombras y así ganarme unas cuantas concesiones en sectores estratégicos. ¿No? Podría funcionar. Sobre todo si es tan corrupto como Inombrable y nadie lo va a detener nunca. Lo importante aquí es que yo sea el comprador único, claro, porque si no ya no tiene chiste. ¿O qué? Favor les estoy haciendo.
2. Llegar a todos lados. "Monopolizar", en castellano
Pues que me hago de algo importantoso, así como la industria de las curitas pero en verdad importante, pero que todavía no ha llegado a todos los rincones del país. Que justo cuando se la compre al gobierno, la infraestructura necesaria esté recién construida, apa coincidencia, chula, pa’ que yo llegue con cancha libre con cualquiera que sea mi producto y lo haga llegar hasta esas casas que todavía tienen lavadoras de dos patas. Hasta ahí. Toooodos esos servicios míos, nada más míos. Chinga.
3. Vender caro
Todos bien contentotes, porque les di todo lo que soñaron y no tenían. Pongo a Juanita a llorar en mis anuncios,"bendito sea, señor Sl..Delmar [perdón]" y entonces empieza lo bueno: yo, nuevo rey de lo que sea, puedo poner el precio que se me antoje. Y me paso unos buenos años trepándole al precio, subiéndole aquí, subiéndole allá, que si la comisión de no se qué, que si Superman en patines y…¡presto! Ya tengo pa’ mis ahorros. Peeeero, lo importante de un negocio, IM-POR-TAN-TÍ-SI-MO, es invertir, ¿qué no? Entonces…
4. Diversificar
Compro mi restaurante favorito de cuando era niño, ¡y que lo hago cadena! Compro mi pastelería favorita de cuando era niño, ¡y que la hago cadena! Compro mi cadena de tiendas departamentales favorita de cuando era niño, ¡y que la hago más popis!
Cómo no, si lo importante es comprarse lo que a uno le gusta. Y que si una cementera (porque voy a andar ahí, construyendo sucursales como loco), que si un banco para manejar todo mi guardadito, que si un museo porque a mi señora le gustan los paisajitos. Todo se puede, todo se vale, venga diai.
5. Diversificar… pa’ fuera
Entonces va a llegar un punto en donde este país de muertosdiambre no de para más (pero no por mi culpa, claro: yo me dedico, sobre todo, a crear empleos). ¿Qué hacemos? Pues nos vamos p’al sur, donde hay harto sudaca clasemediero. ¡Esos sí que gastan, cómo de que no! ¡Allá sí tienen!
Pero pues lo mío es el sector estratégico, de esos que luego traban los gobiernos con sus leyes de no sé qué y no sé cuánto. ¿Qué hacer? Podríamos usar una especie de subproducto de eso primero, así como los encendedores para el mercado de los cigarros. Y nos lanzamos a invadir a la Argentina, al Uruguay, al Chile, por ahí pues, con nuestras ofertonas de subproductos. ¡Genial! ¡Maravilloso! Ya la hicimos.
Si nos va bien, hasta hacemos inversiones por aquí y más allá. Podríamos, no sé, meterle millones al periódico más importante del mundo (¡en tu cara, Randolph Hearst, en tu maldita cara!) o alguna cosa así. Nos caería de lujo.
6. Justificarse
Seguro se nos van a poner un poco punks en casa. "El pinche gordo ese que nos ha visto la cara sexenio tras sexenio", algo semejante. Pero aquí sacamos los ases bajo la manga, compañeros:
– Nos armamos una Fundación que le regale unas compus a algunos chavos.
– Si preguntan (como ya aclaramos), nosotros nos dedicamos a generar empleo. Nada más.
– Construimos tamaño museote, pasumecha,que nos distinga, además, como patronos del buen gusto.
-Declaramos poco en público, rara vez nos metemos en polémica, a pesar de que tenemos al país entero, básicamente, enla bolsa.
Conclusión
Creo que si hacemos las cosas así, más o menos, salimos bien parados. ¿Ustedes qué opinan?