El mercado de los cómics es muy amplio, tanto que desde hace mucho tiempo hay bastantes alternativas por si no te gustan los superhéroes, aunque es un tema recurrente al que se suele regresar desde otros ángulos.
Watchmen es un gran ejemplo de ello: un equipo retirado que vuelve a la acción cuando la paz mundial está en juego; en Kick-ass, un adolescente disfrazado patrulla las calles hasta que su camino, lleno de dolor, lo lleva a pelear contra el crimen organizado.
Hay más ejemplos, éstos son sólo dos de los más populares y vienen al caso porque Panini Comics trajo una serie original de Dynamite, un trabajo que en la portada advierte “sugerido para lectores maduros”, y hace bien en prevenirte de lo que viene dentro.
The Boys se ubica en un contexto donde los superhéroes y supervillanos existen, en el que su simple presencia tiene consecuencias atroces e irreparables. Wee Hughie (me recuerda a Simon Pegg) estaba en medio de una relación hasta que un super chocó contra su novia y la aplastó en un muro, dejándolo únicamente aferrado a los brazos desmembrados de ella.
Billy Butcher tiene un bulldog simpático y muy obediente llamado Terror (uno de sus trucos es memorable). Butcher está armando un equipo de la C.I.A. para ponerle un alto a estos abusos.
La primera entrega nos introduce a esta historia con el título El nombre del juego, dividida en dos partes (no te preocupes, están incluidas en el mismo tomo).
Escrito por Garth Ennis, ilustrado por Darick Robertson. La historia es fuerte, en ocasiones es guarra y hay groserías a granel, pero no todo es sexo, sangre y golpes.
Su planteamiento es muy interesante, en una primera lectura, personas comunes se organizan para enfrentarse a estos seres superiores, entre líneas, se trata de la gente inconforme contra los más poderosos.
El dibujo es brutal, feo, porque así debe de ser, pero brutal. La violencia es gráfica y desde la primera página puedes ver de qué va el asunto (por momentos recuerda a unos periódicos de portadas ).
Así que, si no te gustan los supers dale una oportunidad, pero piénsalo bien antes de comprarla porque se necesita un estómago fuerte para aguantar esta salvaje lectura.