Los pájaros de la CDMX

A que no te sabías esta fecha: el 9 de mayo es el Día internacional de las Aves, una iniciativa de BidLife Internacional (una asociación que comenzó en 1922) para que celebremos, y sobre todo cuidemos, a nuestros plumíferos amigos.

 

Lo cierto es que muy pocas veces alzamos la mirada para reconocer a las aves que hay en la Ciudad de México y que, seguramente, la están pasando muy mal en estos días de contaminación. 

 

En CHILANGO sabemos que deberíamos saber más de las aves que nos rodean, pero ni en la escuela nos enseñan a reconocerlas ¿pueden decirnos el nombre de por lo menos cinco de ellas?

 

Según la Conabio, en nuestra ciudad puedes encontrar al tres por ciento de las especies a nivel mundial ¡Ájale! ¡Son muchísimas!

 

Con esto en mente hicimos una guía muy básica de las ocho especies más comunes de la capirucha que estamos seguros que has visto por ahí.

 

Hagamos conciencia, si tienes chance ponles un bebedero en tu balcón y no te enojes si cuando vas pasando debajo de un árbol te dejan un recuerdito ¡es de buena suerte! —eso dicen las abuelitas—.

 

Seguramente a este pájaro negro cerca de los cruceros de Churubusco (hay muchos por el rumbo del aeropuerto). Es común pensar que se trata de un cuervote (sobre todo ahora que están de moda con Juego de Tronos) pero no pertenece a la familia corvidae. De hecho, sólo se encuentra en América y es fácil reconocer su canto, que es estridente.

 

Este es un pájaro pequeñito, de unos 10 centímetros de largo con una especie de antifaz blanco alrededor de los ojos y encima de ellos, plumas de color negro que parecen cejas. Viene de canadá y muchas abuelitas también le llaman "monjitas". Son muy bonitos, su canto es agudo y cuando bajan al suelo generalmente traen la cola levantada.

 

Híjole, terreno delicado. La paloma doméstica se ha convertido en el azote de las ciudades, sobre todo porque su guano es muy corrosivo y suele acabar con la piedra de los edificios. Querida por muchos y odiada por otros, las palomas son muy resistentes y habitan en todos los continentes excepto la Antártida. Lo cierto es que -contrario a lo que la gente piensa- es muy poco probable que te contagien alguna enfermedad por contacto directo. Tan chulas ellas.

 

Hay muchas especies de tortolas en diferentes partes del mundo. De hecho, es un nombre muy común para todas esas especies de pájaros que se la pasan juntitos —awww—. Pero la tortolita mexicana es fácilmente diferenciable por su cabeza pequeña y las plumas que le caen como en cascada (muy pequeñas, que parece que va en capas). Un dato malo es que está casi en peligro de extinción (no es grave, pero hay que cuidarlas).

 

 

La canción grita "¡Goooorrioncillo pecho amarilloooo!" pero la neta es que en la ciudad no son de ese color. Se distinguen por su plumaje café con negro en las alas, y gris con blanco en el pecho (en el caso de las hembras). Además de la paloma, este es el pájaro más común de la ciudad, anda por todos lados, hasta en el metro Copilco y Tacubaya tienen su nido en las esquinas. No le tiene mucho miedo a los humanos, ya se acostumbró a la fealdad.

¡El favorito de todos! Las mamás dicen que el que se meta un colibrí en tu casa es signo de buena fortuna y siempre anda rondando las copas de los árboles citadinos. Hay muchas especies a nuestro alrededor aunque el más común es el de pico ancho, que tiene plumaje azul tornasol en el pecho y pico color rojo. Hermoso. 

 

 

La favorita... de los tatuadores ¿cuántas veces no has visto un tatuaje de un pájaro con la cola bifurcada? La golondrina suele cazar insercos al vuelo, muy cerca de donde haya depósitos de agua de donde sacan el barro para hacer sus nidos que no hacen daño, así que si ves que de repente hay un amontonamiento de tierra en una cornisa no se los destruyas. Alas oscuras y pecho blanco, cuando son adultas suelen tener el rostro rojizo. Nos encantan.

 

El pinzón mexicano citadino depende de las construcciones hechas por el hombre para hacer su nido: cuando está en la naturaleza prefiere las copas de los árboles, pero la neta acá ya se acomodó. Su plumaje es café y su cabeza roja en el caso de los machos, y las hembras se parecen mucho a las del gorrión. Pero estos cantan en serio, como Chente Fernández: es el sonido más común en la ciudad.

 

 

Aquí la dejamos. Nos faltó el toqui, el mirlo, los canarios, el chipe, la huilota, el playero y —¡uf!— ¡son demasiados! ¿Te parece que hagamos una segunda parte? ¿Qué opinas?