Ubisoft se atrevió a dar un salto en el tiempo hacia la prehistoria para situar ahí una de sus franquicias más polémicas y exitosas. ¿Habrá logrado buenos resultados?
Far Cry Primal está ubicado en la época de las cavernas y tiene como protagonista a un cazador llamado Takkar, quien debe rehacer su tribu luego de que fuera desintegrada.
Lo primero que debo hacer es felicitar a Ubisoft por atreverse a situar un juego de acción en primera persona en una época tan lejana. Este inteligente movimiento no sólo es arriesgado, sino que por sí mismo le da frescura a un género repleto de situaciones genéricas. Y es que ahora sí es una historia del hombre contra la naturaleza, algo de lo que se venía hablando en los anteriores Far Cry, pero siempre había villanos carismáticos que se robaban el show.
Otro riesgo que se tiene al hacer juegos ubicados en la prehistoria es la precisión y el realismo, pero Ubisoft pasó la prueba no sólo por la ambientación de Far Cry Primal (cavernas, cascadas, nieve, bosques), sino también por el comportamiento de los personajes, el arsenal que tienes, su estupendo diseño de sonido, las animaciones y los diálogos (que están subtitulados para dar más realismo, porque los cavernícolas ni tenían un lenguaje definido, y mucho menos hablaban todos inglés). Evidentemente, también las batallas cuerpo a cuerpo son brutales.
Pero mientras algunos riesgos resultan en victorias, otros… no. En este caso, Far Cry Primal se queda infinitamente lejos de tener una buena trama en comparación con sus antecesores. Nada destaca: ni el protagonista, ni los personajes secundarios, y mucho menos los villanos, que no son ni la sombra de los de los Far Cry anteriores. En realidad, si no fuera por sus mecánicas y su ambientación, este juego sería muy aburrido: no hay intriga, no hay drama ni profundidad, lo cual es una pena, porque físicamente los personajes están muy bien construidos y tenían todo para mostrar carisma y sentimientos, a pesar de su lenguaje primitivo.
Si bien las misiones suelen ser algo repetitivas, la recompensa principal del juego es construir tu villa, reclutar aldeanos y hacer crecer a tu personaje. En este último rubro no hay queja, porque sorprendentemente hay bastante profundidad y variedad en la personalización.
Mis dos partes favoritas de Far Cry Primal son la interacción con los animales salvajes y el combate. El primero es muy entretenido, variado y satisfactorio: puedes domar tigres dientes de sable, leopardos, búhos y osos, cada uno con habilidades muy particulares y brutales. La satisfacción de convertirte en un maestro de las bestias es incomparable y cada una da pie a secuencias bastante inteligentes y brutales de destrucción y muerte. Claro que también puedes atacar a todos sigilosamente, pero no es tan divertido.
Sobre el combate, me gustó mucho que es muy ágil y cuentas con variedad de armas para que cada encuentro sea diferente. Además, puedes cambiar de armas rápidamente y también tu personaje es lo suficientemente ágil como para poder retirarse de la batalla si las cosas se complican y atacar desde la lejanía o formular otra estrategia diferente. Eso sí: recuerda que tienes que invertir algo de tiempo en personalizar tu equipo para poder usarlo mejor.
Ubisoft pasó la prueba al atreverse a cambiar el panorama de los juegos de acción en primera persona con toques frescos del pasado lejano de la humanidad, pero se quedó corto en cuestiones de narrativa. Si esto no te importa realmente, dale una oportunidad a Far Cry Primal. Personalmente, creo que los anteriores juegos de la franquicia estaban más equilibrados en todos los aspectos, pero con Primal me divertí y me sorprendí en varias ocasiones.
Far Cry Primal
Desarrolla: Ubisoft Montreal
Publica: Ubisoft
Consolas: PS4, XO, PC
Clasificación: M para mayores de 18 años
Salida: 23 de febrero 2016
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