Después de tantas entregas de Need for Speed (unas afortunadas y otras no tanto), siento que la franquicia ha perdido un poco el rumbo. Sin embargo, EA quiso dar borrón y cuenta nueva para “modernizar” esta serie, combinando varios elementos exitosos de esta década en un solo juego como la trama al estilo Rápidos y Furiosos.
Para este “reboot”, los desarrolladores decidieron irse más por el lado de la cultura de las carreras callejeras y la personalización, lo cual no suena mal para empezar, pero la ejecución de esta mezcla no resultó tan bien como me esperaba.
Empecemos con la personalización. Algo que me gustó es que no es tan difícil y complicada, por lo que seguramente la disfrutarás. Lo malo es que no te puedes clavar en tener un auto consentido y equilibrado porque el balance no es precisamente lo ideal en las pruebas que tendrás que pasar después de la mitad del juego. Tendrás que personalizar carros que se adapten a tu competencia, lo cual es un poco tedioso porque tienes que regresar desde cero con otro auto para poderlo personalizar de acuerdo a las exigencias del momento. OK, veámoslo por el lado amable: esto le da mucha rejugabilidad al título y es satisfactorio porque realmente sientes que tus esfuerzos se adaptan a las necesidades.
Por otro lado, es muy probable que te pases más tiempo ‘pimpeando’ los autos más humildes en lugar de los Ferraris. Esos los compras ya tuneados y poderosos, pero lo verdaderamente divertido es personalizar una ‘carcachita’ que poco a poco va haciéndose poderosa, aunque, como te expliqué en el párrafo anterior, no deberías encariñarte mucho con ella.
Habría estado increíble tener la posibilidad de quitar y poner componentes de un mismo carro para poder adaptarlo a los diferentes retos pero por lo menos tienes buen espacio en tu garage para tener un carro listo para cada ocasión. Like a boss.
Por todo lo anterior, la estrategia de personalización es prácticamente nula: concéntrate en comprar lo más caro (que es lo más poderoso) o lo que necesitas para pasar cierto reto y ya.
Visual y técnicamente no hay queja alguna: cada detalle de Need for Speed brilla, literal y metafóricamente. Los ambientes nocturnos dan mucho pie a jugar con la luz y las sombras. Lo malo es que a veces hace falta algo de iluminación porque no se alcanzan a ver ciertos obstáculos en las calles. Todo ocurre de noche.
Lo que sí se pasa de ridículo son los diálogos y los cinemas de “trama”. Para empezar, eso de la trama es pura pantalla porque realmente no hay, como que aquí Ghost Games quiso imitar un poco la interacción entre personajes que se da en Rápidos y Furiosos, pero no le salió: todo queda a medias, los diálogos son bastante sosos y las animaciones son algo extrañas. Como sea, se agradece el esfuerzo, pero ignora todo.
Mejor concéntrate en las carreras. Todo ocurre en Los Ángeles y tienes varios eventos entretenidos además de la campaña. Lo malo viene cuando te das cuenta de que la exploración es un poco accidentada porque el juego no te muestra exactamente en dónde dar vuelta para llegar a los puntos de eventos. Deberás confiar mucho en tu orientación y en el minimapa.
Hablemos del multiplayer. Por supuesto es muy entretenido rodar con tus amigos por las calles de LA y participar en los diferentes retos. También puedes participar en eventos asíncronos para medirte con tus cuates. Si les ganas, te dan lana extra.
Es bastante molesto que el juego esté todo el tiempo conectado a internet porque no puedes poner pausa nunca, pero si te gusta el realismo que esto brinda, puede que lo disfrutes.
+ Gráficos decentes
+ Personalización sencilla
+ Eventos entretenidos fuera de la campaña
- Un auto no basta para pasar todo el juego
- Exploración accidentada
- Nula estrategia de personalización
- Trama vacía y diálogos ridículos
- El juego está todo el tiempo conectado a internet
Need for Speed
Desarrolla: Ghost Games
Publica: EA
Consolas: PC, PS4, PS3
Clasificación: T para adolescentes
Salida: 3 de noviembre