El escritor, dramaturgo y columnista del diario Reforma falleció este 2 de septiembre a las 18:35. Le gustaba leer, escribir y compartir con sus lectores experiencias. Probablemente, uno de los escritores más influyentes para nuestra ciudad y el país entero. Germán Dehesa estableció agenda, nos hizo reír y saber desmitificar a la clase política mexicana, nos metió en su vida y se metió en las nuestras. Una ciudad como esta, ameritaba tener a un escritor así.
Lo vamos a extrañar…
- Porque es uno de los pocos columnistas que le habló a más de una generación.
- Por su infalible "¿Qué tal durmió…?" de cada día, que incluía al final de su columna "Gaceta del Ángel", en donde enfatizaba la negligencia de los gobernantes con respecto a la situaciónen Ciudad Juárez. Fueron en total 1,892 entregas en las que exigió justicia, en su particular modo.
- Porque nunca olvidaremos "La Planta de Luz", el teatro bar que abrió en Plaza Loreto, en donde sacaba su lado histriónico y se consolidó como promotor de las artes en nuestro país.
- Por haber salido a vender el periódico a las calles, precisamente en Insurgentes Sur, por ahí de 1993, durante el conflicto del diario en el que trabajaba y la Unión de Voceadores.
- Por pambolero y no un villamelón… era Puma de corazón. Iba al estadio —en
el palco del Rector la mayoria de la veces—, gritaba los goles, maldecía las pifias
arbitrales y aceptaba las derrotas. Más allá de eso, era un buen analista,
apasionado y admirador del futbol propositivo. Lo leímos en más de una ocasión con su columna futbolera ¡Es Puma! En lo últimos meses lo vimos en
ESPN en el show “Los Capitanes”. - Por habernos abierto las puertas de su casa y considerarnos parte de su familia durante tantos años.
- Por la forma en la que confesó su enfermedad.
- Por su despedida. Siempre mantuvo su ácido sentido del humor: Al final de esa entrega, señaló:«"Yo tengo que guardar reposo por
algunos días, pero muy pronto volveré a vestir mi uniforme azul y oro y a
sembrar el pánico por todas las canchas de la República. Ahí me los
encontraré. Mañana nos vemos. ¿Entendido?».
Germán
Dehesa nació en el DF el 1 de julio de 1944, estudió becado con los
hermanos maristas e ingresó a la UNAM, donde estudió Ingeniería Química
y Letras Hispánicas. El mes pasado, Dehesa publicó en su columna el texto "El
corazón y sus figuraciones", en donde confesó que sufría cáncer.
A continuación un fragmento del texto publicado el 25 de agosto en el periódico Reforma:
"Creo que no les he contado que estoy enfermo, seriamente
enfermo. Tengo cáncer, pero hasta ahora la enfermedad no me ha producido ningún
dolor insoportable. Trato de vivir sobre las puntitas de los pies, pues en mis
delirios, imagino que si casi no hago ruido, la enfermedad no se va a percatar
de mi presencia y me permita colarme a la vida que es a donde me gusta estar.
Como quien dice, mi vida es casi secreta y su único nuevo rasgo que yo detecto
es la impaciencia. Así pues, no tiene ningún sentido que me saluden de
lejecitos, ni que me saquen la vuelta, ni ninguna patochada de ésas. Nadie
tiene idea de cuándo será la terminación cronológica de mi vida, pero calcula
la ciencia médica que esto ocurrirá hacia los finales de este año. Espero
distribuir generosamente entre el personal médico billetes de muy alta
denominación, de modo que este plazo se vaya ampliando, por lo menos, hasta
2020. Si se puede obtener más, ahi lo dejo en manos del gobierno. Tengo mucha
confianza en que nuestra burocracia acuse recibo de la solicitud en 2018, lo
cual nos da margen para seguir resollando. Lo que desde ahora les puedo
asegurar es que, mientras pueda yo menear la pluma y no comience a decir puros
despropósitos y marihuanadas, aquí me tendrán siempre a sus canijas órdenes y a
sus pies, si no les rugen, como solía decir la inmortal Borola Tacuche de
Burrón".
Y ustedes ¿Por qué lo recuerdan?