¿Qué hizo?

Nada, ser ella. Y, claro, ganar el premio a la peor influencia para los niños marca Disney de 2009. A quién no le gustaría ser como Miley, preguntamos: medio zorra, hipocritona con el cristianismo, mala cantante y con el ego inflado.

¿Cómo debió reaccionar?

Divorciarse de Disney. Ya vimos que lo suyo es seguir los pasos de Lindsay Lohan, ¿para qué esperar? Ser asociada con un personaje de niños sólo le resta puntos a su “prometedora” carrera.

Osómetro

12 (qué oso ser Miley, goe).